Comentario Pastoral
¿POR QUÉ EXISTE EL DOLOR EN EL MUNDO?

Ante el dolor y la enfermedad la boca se nos llena de preguntas. ¿Por qué el hombre sufre tantas tribulaciones en la vida? ¿Por qué existe tanto dolor en el mundo? ¿Por qué innumerables criaturas inocentes son víctimas de enfermedades incurables? Si Dios existe y es bueno, ¿por qué permite el mal? Toda página del libro de la historia humana está llena de estos interrogantes dramáticos sobre el dolor, el huésped más extraño del mundo. Es dificil aceptar y entender la pena, el dolor, el sufrimiento, la enfermedad y la muerte.

Job, hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y rico, que vivía feliz, se ve privado de todos sus bienes materiales, de sus hijos que mueren todos, y cae enfermo con una enfermedad dolorosa y repugnante. En esta situación extrema su mujer le exhorta a maldecir a Dios y sus amigos tratan de convencerte de que ha debido cometer una culpa grave para haber acumulado tanto sufrimiento. Job, con su paciencia proverbial, resiste y proclama que el sufrimiento no es castigo por el pecado que su dolor no se debe a culpas personales. Es el sufrimiento del inocente probado por Dios, que es bueno y providente pero misterioso.

En el texto breve que se lee hoy, Job manifiesta su inocencia y reflexiona sobre la condición humana. En su trágico dolor es ejemplo para todos los hombres que sufren. No hay que caer en la desesperación. Por eso, el hombre religioso, ante el enigma del dolor, debe recorrer un largo camino para entrar en el misterio de Dios y comprender que el dolor puede ser acto de amor y dádiva de redención con un sentido último purificador.

En el evangelio de la Misa se narra la curación de la suegra de Pedro y de otros enfennos y poseídos. Es un relato lleno de frescura y simplicidad, que encierra un gran mensaje: Jesús no se desentiende de la enfermedad, no pasa de largo ante el que sufre, sino que se inclina y aproxima ante quienes padecen, para curar, levantar e infundir resurrección y vida. En toda su actividad pública Jesús se hizo «médico y medicina» como afirma San Jerónimo.

Andrés Pardo


Para orar con la liturgia
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo Unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, a la aflicción o a la enfermedad, la gracia de sentirnos elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo por la redención del mundo.

Misa por los enfermos


Palabra de Dios:

Job 7, 1-4. 6-7

Sal 146, 1-2. 3-4. 5-6

san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23

san Marcos 1,29-39

Comprender la Palabra

Continúa en la Lectura del Evangelio la narración comenzada el Domingo anterior. Recordemos: Es Sábado y Jesús acude a la Sinagoga; allí enseña y expulsa demonios. Recordemos también el asombro de la gente al escucharle. «Al salir Jesús de la sinagoga …… Sigue diciéndonos el Evangelista prosigue en su actividad mesiánica, curando a la suegra de Pedro… «Al anochecer, cuando se puso el sol… «, es decir, cuando pasó el Sábado, el Día del Descanso, en que no se podía hacer largo camino (!), ni curar (!!), «le llevaron todos los enfermos y poseídos (del demonio), La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos … expulsó muchos demonios… «. Podemos arriesgarnos a decir que también les hubiera curado, si se lo hubieran pedido antes de ponerse el sol, en sábado.

Y sigue la narración: «Se levantó Jesús de madrugada…» Da la impresión de que el Evangelista tuviera en sus manos la Agenda de Jesús y nos fuera leyendo los quehaceres anotados en un Día cualquiera.

Atención; Jesús nos dice «enseñaba … curaba… y ORABA (!), «Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar». ¿No querrá decirnos el Señor que su Misión Mesiánica (que El prosigue en su Iglesia), consiste en tres funciones esenciales: Palabra, testimonio de vida y oración?

Contrasta la actividad, la diligencia, la animosidad, de Jesús con la desesperanza, el desaliento, de Job, enfermo de lepra (figura no obstante de Cristo Paciente); nos dice dice en su plegaria: «Mis días se consumen sin esperanza … mis ojos no verán más la dicha» (1ª Lectura) Contrastan ciertamente estas palabras con la Buena Noticia (Evangelio), que Jesús nos trae, dando así cumplimiento al Mensaje contenido en el Libro de Job.

Atención a la frase inicial de la 1ª Lectura: «El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio». Palabras clave para interpretar el sentido de la Vida de Cristo, el Servidor de Dios; y también nuestra vida en Cristo.


Avelino Cayón


sugerencias litúrgicas

Comunión y Caridad (II)


He aquí la fuente incesante de la comunión eclesial, ilustrada por san Juan con la imagen de la vid y los sarmientos, y por san Pablo con la imagen del cuerpo. La Eucaristía hace la Iglesia (cf. Ecclesia de Eucharistia), colmándola de la caridad de Dios y espoleándola a la caridad. Al presentar, juntamente con el pan y el vino, ofertas en dinero u otros dones para los pobres, se recuerda que la Eucaristía es compromiso de ser solidarios y de compartir los bienes. Con tal propósito el Santo Padre ha hecho un insistente llamado: «¿Por qué, pues, no hacer de este Año de la Eucaristía un tiempo en el que las comunidades diocesanas y panoquiales se comprometan especialmente a afrontar con generosidad fratema alguna de las múltiples pobrezas de nuestro mundo? (Mane nobiscum Domine, 28).

La oración litúrgica, aunque implica individualmente a los participantes, está formulada siempre como ‘nosotros»: es la voz de la Esposa que alaba y suplica, una voce dicentes.

Las mismas actitudes que asumen los participantes, manifiestan la comunión entre los miembros de un único organismo. (IGMR, 32).

El saludo de la paz, antes de la comunión, (o antes de llevar las ofrendas al altar, como en el rito ambrosiano) es expresión de la comunión eclesial necesaria para hacer la comunión sacramental con Cristo. El fruto de la comunión es la edificación de la Iglesia, reflejo visible de la comunión trinitaria (cf. Ecclesia de Eucharistia, 34).


Sugerencias y propuestas, n. 27

al ritmo de la semana


San Pablo Miki y compañeros mártires – 6 febrero

Nagasaki se hizo famosa en el mundo entero por la bomba atómica que cayó sobre ella arrasándolo todo el 9 de agosto de 1945. Pero a los cristianos trae el recuerdo de las 26 cruces que fueron levantadas de cara al mar el 5 de febrero de 1597. Reproducían la imagen de la cristiandad japonesa. Ese día eran martirizados 6 franciscanos, de los cuales 4 eran españoles, un mejicano y otro indio; tres jesuitas japoneses, entre los que se encontraba Pablo Miki, de noble familia; y 17 seglares, todos ellos japoneses, menos uno, que era coreano. Entre estos últimos había catequesis, intérpretes, un soldado, un médico, y hasta dos niños, de doce y trece años. A todos ellos se les cortó la oreja izquierda y fueron exhibidos en otras ciudades para aterrorizar a los demás. Crucificados en la colina de Tateyama, cerca de Nagasaki, después de haber sido encadenados o atados a las cruces en el suelo, se les remató uno a uno con la lanza. Desde lo alto de su cruz, Pablo Miki proseguía su predicación, invitando a cuantos le rodeaban a que se convirtieran y perdonando a los responsables. Todos se encontraban sonrientes y no pocos cantando. Así concluyó su configuración con Cristo. Fueron canonizados por Pío IX en 1862. Representan a la multitud de cristianos de Extremo Oriente que han muerto por la fe.



J. L. O.

Para la Semana

Lunes 3:
San Pablo Miki (+ 1597), jesuita japonés, crucificado con otros 25 compañeros.

1 Reyes 8,1 7.9 13. Llevaron el arca de la alianza al Santísimo, y la nube llenó el templo.

Marcos 6,53 56. Los que lo tocaban se ponían sanos.


Martes 3:

1 Reyes 8,22 23.27 30. Sobre este templo quisiste que residiera tu nombre. Escucha la súplica de tu pueblo, Israel.
Marcos 7,1 13. Dejaís a on lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.

Miércoles 3:
San Jerónimo Emillano (1486-1537), fundador de los clérigos de Somasca, para ayudar a niños pobres y huérfanos.

1 Reyes 10, 1 10. La reina de Saba vio la sabiduría de Salomón.
Marcos 7,14 23, Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.



Jueves 3:

1 Reyes 11,4 13. Por haber sido infiel al pacto, te voy a arrancar el reino de las manos; pero dejaré a tu hijo una tribu en consideración a David.
Marcos 7,24 30. Los perros debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.

Viernes 3:
Santa Escolástica (480 547), virgen, hermana de San Benito, vivió monacalmente.

1 Reyes 11,29 32; 12,19. Se independizó Israel de la casa de David.

Marcos 7,31 37, Hace oír a los sordos y hablar a los mudos,


Sábado 3:
Nuestra Señora de Lourdes. Recuerda las apariciones de la Virgen

Isaías 66,10 14c. Yo haré derivar hacia ella, coro un río, la paz.
Juan 2, 1 11. La madre de Jesús estaba allí.