Comentario Pastoral
RICOS ANTE DIOS

La primera lectura de este domingo comienza con la célebre reflexión, tantas veces repetida: «Vaciedad sin sentido, todo es vaciedad». ¿Qué saca el hombre de todo su trabajo y de los afanes con que trabaja bajo el sol?». Se pueden tener muchas cosas y estar vacío por dentro. Se puede ser humanamente rico y espiritualmente pobre. El egoísmo de acumular y llenar bien los propios graneros nos puede dejar vacíos ante Días.
En el Evangelio, Jesús utiliza un lenguaje parecido al del antiguo sabio de Israel, al condenar la voluntad explícita de querer solamente almacenar para uno mismo, olvidándose de lo fundamental: la urgencia y necesidad de ser rico ante Dios. Es oportuno volver a recordar que el ideal, el sueño dorado del hombre no debe ser la posesión y acumulación de los bienes de la tierra. «Pues aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes». Hay un hecho muy importante, el hombre al morir no puede llevarse ninguno de sus bienes materiales. Esto significa que no debe pasarse la vida reuniendo tesoros para sí mismo como única obsesión-preocupación-tranquilidad-felicidad, pues en el momento más inesperado (esta misma noche puede sernos arrebatado todo) la vida se escapa de nuestras manos. Pensar solamente en la riqueza material con desprecio y marginación de la riqueza espiritual es un grave error, pues los bienes terrenos han de ser entendidos y usados en la perspectiva y valoración de los bienes celestiales.

Andrés Pardo


Para orar con la liturgia
«Cuando damos a los pobres las cosas indispensables no les hacemos liberalidades personales, sino que les devolvemos lo que es suyo. Mas que realizar un acto de caridad, lo que hacemos es cumplir un deber de justicia».

S. Gregorio Magno


Palabra de Dios:

Eclesiastés 1, 2; 2, 21-23

Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17

San Pablo a los Colosenses 3, 1-5. 9-11

San Lucas 12, 13-21

Comprender la Palabra

Comienza la Lectura del Evangelio de este Domingo con la anécdota (cabe decir así) del que solicita la intervención de Jesús para el reparto de una herencia. La respuesta de Jesús es pertinente. Pero el Señor, como en tantas ocasiones, también en ésta, va al fondo de la cuestión y no es otro que la codicia. «Guardaos de toda clase de codicia -les dice a los congregados para oirle- pues, aunque uno ande sobrado, la vida no depende de sus bienes».

Es sin duda San Lucas el Evangelista que más pone de relieve la enseñanza de Jesús sobre el necesario desprendimiento de los bienes, como requisito indispensable para la salvación del mundo; enseñanza de Jesús, que han vivido en toda su radicalidad tantos y tantos a lo largo de los tiempos en seguimiento de Cristo, Pobre en e! espíritu y Dichoso por antonomasia.

La Parábola del Rico Avaro concluye con la advertencia, que Dios le hace, mientras «va echando sus cálculos»: «Necio, esta noche te van a exigir la vida, lo que has acumulado ¿de quién será?».

En el fondo de estas palabras resuenan aquellas otras del Libro del Eclesiastés (1ª Lectura); «Hay quien trabaja con destreza…y tiene que legarle a quien no ha trabajado…¿qué saca el hombre de todo su trabajo?…» y repite una y otra vez, como un estribillo; «Vaciedad de vaciedades,- todo es vaciedad».

Entiéndase correctamente: El mal («la vaciedad») no está en los bienes, sino en la actitud pecaminosa del que los adquiere, los usa, los destina. Dicho de otro modo, con las palabras, con las que e! Señor concluye y comenta la Parábola: «El que amasa riquezas para sí no es rico ante Dios «. indudablemente aquí está la clave de solución del problema siempre pendiente de la justa distribución de los bienes de la tierra.

Avelino Cayón


sugerencias litúrgicas

Participamos con el olfato


En las celebraciones festivas, en las solemnidades, no debe faltar el incienso; del incienso se requiere, no el humo de su combustión, si no el perfume.

En la Cena Pascual Judaica se usa el incienso; también en la Cena del Señor, en la Cena de la Institución de la Eucaristía. Y las flores, que no sólo deleitan la vista, sino también perfuman el ambiente.

Recordemos a propósito el Santo Crisma (aceite enriquecido con esencia de nardo), con el que son ungidos (untados) los bautizados, los ordenados obispos y presbíteros, y principalmente los que reciben el Sacramento de la Confirmación…
Todos -nos dice el Apóstol San Pablo- debemos exhalar «el buen olor de Cristo».


Avelino Cayón


al ritmo de la semana


La Transfiguración del Señor – 6 de agosto

Cuarenta días antes de la Exaltación de la Santa Cruz (14 septiembre) celebramos la Transfiguración del Señor. Figura en el calendario de la Iglesia Romana desde 1457, pero en Oriente ya era conocida la fiesta en el siglo V.

La Transfiguración se asemeja en algunos detalles al Bautismo del Señor. La nube que envuelve a Jesús, la voz del Padre que la señala como a su Hijo Amado, son una repetición de la manifestación del Jordán. En la Transfiguración se añade la presencia de Moisés y de Elías, como aportación del testimonio de la Ley y los Profetas, de los que dirá Jesús que habían profetizado su muerte y resurrección. Pero la finalidad de la Transfiguración era fortalecer la fe de los Apóstoles: «Cristo manifestó su gloria a unos testigos predilectos, y les dio a conocer en su cuerpo, en todo semejante al nuestro, el resplandor de su divinidad. De esta forma, ante la proximidad de la Pasión, fortaleció la fe de los apóstoles, para que sobrellevasen el escándalo de la cruz, y alentó la esperanza de la Iglesia, al revelar en sí mismo la claridad que brillará un día en todo el cuerpo que le reconoce como cabeza suya» (Prefacio). Tanto en el Bautismo corno en la Transfiguración se prefigura la perfecta adopción que convertirá a todos los creyentes en hijos de Dios y coherederos con Cristo en la gloria


J. L. O.

Para la Semana

Lunes 3:
Transfiguración del Señor. Los discípulos pudieron contemplar la gloria del Señor y comprender su crucifixión.



Daniel 7,9-10.13-14. Su vestido era blanco como la nieve.

2 Pedro 1,16~19. Esta voz traída del cielo la oímos nosotros.

Lucas 9,28b-36. Moisés y Elías hablaban de su muerte.

Martes 3:
En Madrid: Santos Justo y Pastor, mártires en su ciudad natal, Alcalá de Henares, a los siete y nueve años, respectivamente

Números 12,1-13. Moisés no es como los otros profetas, ¿cómo os habéis atrevido a hablar contra él?

Mateo 14,22-36. Mándame ir hacia ti andando sobre el agua.

Miércoles 3:
Santo Domingo de Guzmán (1170-1221), canónigo de asma, predicador contra tos albigenses, fundador de la Orden de Predicadores con un estilo de vida de pobreza.

Números 13,1-2.25-14,1.26-30.34-35. Despreciaron una tierra envidiable.

Mateo 15,21-28. Mujer, qué grande es tu fe.

Jueves 3:
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stcin), patrona de Europa (1891-1942), de gran talento, bautizada a los 31 años, carmelita, humilde. Murió en la cámara de gas de Auschwitz.

Eclesiástico 51,1-12. Me auxiliaste con tu gran misericordia.

Mateo 10,28-33. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo.

Viernes 3:
San Lorenzo (s. 1lI), diácono de la Iglesia de Roma, martirizado en la persecución de Valeriano.



2 Corintios 9,6-10. Al que da de buena gana lo ama Dios.

Juan 12,24~26. A quien me sirva, el Padre le premiará.

Sábado 3:

Santa Clara (1193-1253), virgen, imitadora de San Francisco de Asís, fundadora de las Clarisas.

Deuteronomio 6,4.13. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón.

Mateo 17,14-20. Si tuvieras fe, nada os sería imposible.