Comentario Pastoral
LO IMPORTANTE ES SEMBRAR

La explicación de la parábola del sembrador es como una homilía, que pasa el acento desde Dios al hombre, de la semilla al terreno, de la contemplación de fe al empeño moral y existencial. El tema central de esta interpretación está ligado al binomio «escuchar comprender», es decir, a la adhesión y aceptación de la Palabra de Dios y del Reino.

Los pájaros que devoran la simiente manifiestan un corazón poseído por el maligno, que arranca todo lo que ha sido sembrado. El terreno pedregoso que sólo permite que brote un tallo débil hace referencia a los inconstantes y débiles, que se abaten en la primera prueba. Las espinas son el símbolo de los superficiales y de los inestables, atados al bienestar y al orgullo. Los que se convierten a la Palabra de Dios son terreno fértil y fructífero.

En la parábola se sugiere un contraste duro entre la acción de Dios (semilla y sembrador) y el fallo humano (terrenos improductivos). La Palabra tiene como suerte más común el rechazo. La historia de la siembra es una alegoría de la libertad humana y de la eficacia del Reino, que es acogido en el corazón de unos «pocos». El pequeño grupo de los creyentes es el fermento que ayuda al mundo y a la entera humanidad a liberarse de los desequilibrios y a orientarse según los planes que Dios ha trazado. El cristiano debe acogerse y dejarse invadir por la semilla fecunda de la Palabra de Dios.

Andrés Pardo


Para orar con la liturgia
Padre santo:
Por Jesucristo, tu Hijo amado, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas;
tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo
y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor.
El, en cumplimiento de tu voluntad,
para destruir la muerte y manifestar la resurrección,
extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo.


Prefacio común VI


Palabra de Dios:

Isaías 55, 10-11

Sal 64, 10. 11. 12-13. 14

san Pablo a los Romanos 8, 18-23

san Mateo 13, 1-23

Comprender la Palabra

Comenzamos este Domingo, en la Lectura del Evangelio, el Tercer gran Discurso-Recopilación de enseñanzas de Jesús. Consiste en siete Parábolas sobre las circunstancias, condicionamientos, del Reino (Proyecto) de Dios en este mundo («Se parece el Reino de Dios a….) Hoy escuchamos la Primera Parábola.

Llama la atención que el «Sembrador» esparce la semilla sobre todo el terreno, esté o no preparado para recibir la semilla. Y no menos llama la atención la parte considerable de semilla que se pierde. Es evidente que así sucede desde Cristo hasta nuestros días, al menos en apariencia. Sin embargo en la 1ª Lectura escuchamos oportunamente las palabras proféticas, que Isaías pone en boca del mismo Dios: «Como baja la lluvia…así será mi Palabra (semilla), que sale de mi boca, no volverá a Mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo».

Pero también llama la atención que los receptores de la «semilla» (los diversos «terrenos») no son amonestados, inculpados, por la falta de preparación debida. La culpa de la esterilidad de la siembra la tienen agentes externos: el Maligno, las condiciones difíciles, hostiles, en que se viva…Por supuesto la «semilla» (el Reino de Dios, la Palabra de Dios) tiene que ser acogida. Los receptores de la «semilla» son personas, cuya libertad Dios respeta y cuya responsabilidad Dios solicita, pero no parece ser este el mensaje de la Parábola.

La “semilla» es la Palabra de Dios. El mismo Cristo nos lo dice en la explicación, que da a los discípulos. Pero El es la Palabra de Dios, -su Persona, el Acontecimiento de su Vida, toda ella salvifica-, que es acogido en la fe (la tierra buena) y que también es rechazado, perseguido («el terreno endurecido, pedregoso, entre zarzas”). Quiere el Señor darnos a entender que el Mensaje Evangélico, cifrado en su Persona, será contestado y al mismo tiempo aceptado, como así sucede.

Entre la Parábola y la explicación, que de ella da Jesús a los discípulos, se abre un paréntesis. Las Parábolas, todas ellas, son más o menos enigmáticas: dan que pensar. Sólo entiende el que inquiere, pregunta, como los discípulos. Además hay verdades reveladas, que se expresan mejor con los ejemplos, parábolas, que con lenguaje directo.


Avelino Cayón


sugerencias litúrgicas

Conocimiento de la Palabra de Dios en la historia de la salvación


Entre los fieles (parroquias, comunidades religiosas, movimientos) ¿qué idea se tiene de Revelación, Palabra de Dios, Biblia, Tradición, Magisterio? ¿Se perciben los diversos niveles de sentido de Palabra de Dios? ¿Jesucristo es comprendido como núcleo central de la Palabra de Dios? ¿Cuál es la relación entre Palabra de Dios y Biblia? ¿Cuáles son los aspectos menos comprendidos? ¿Por qué razones? Palabra de Dios e Iglesia

¿En qué medida el contacto con la Palabra de Dios aumenta la consciencia viva de pertenecer a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y lleva a la auténtica misión eclesial? ¿Cómo es entendida la relación entre Palabra de Dios e Iglesia? ¿Se mantiene una correcta relación entre Biblia y Tradición, en el estudio exegético y teológico y en los encuentros con el Libro Sagrado? ¿Es guiada la catequesis por la Palabra de Dios? ¿Es adecuadamente valorizada la Sagrada Escritura en la catequesis? ¿Cómo es percibida la importancia y la responsabilidad del Magisterio en la proclamación de la Palabra de Dios? ¿Hay una escucha genuina de fe de la Palabra de Dios? ¿Cuáles son los aspectos que es necesario aclarar y reforzar?


Sínodo de los obispos 2008

Lineamenta. Cuestiones

al ritmo de la semana


Nuestra Señora del Carmen – 16 de julio

Nuestra Señora del Carmen es una advocación popular de la Virgen muy unida a la Orden carmelitana y difundida por ella. Una fiesta surgida entre los carmelitas en el siglo XIV y extendida por Benedicto XIII a toda la Iglesia el 24 de diciembre de 1726. El Monte Carmelo, que domina la llanura de Galilea, no lejos de Nazaret, y cuya hermosura canta la Biblia fue donde en el siglo IX antes de Cristo, Elías se refugió para ser fiel al Dios único y verdadero, y el lugar de los encuentros entre el Señor y su pueblo. El recuerdo del Profeta «abrasado de cejo por el Dios vivo» había de perpetuarse en el Carmelo. Durante las Cruza. das las grutas del monte Carmelo dieron acogida a los ermitaños cristianos. Pero hasta el siglo XIII estos ermitaños no formaron una familia religiosa, a la que el patriarca Alberto de Jerusalén les dio una Regla de Vida hacia el año 1209, regla confirmada por el papa Honorio III en el 1226. La Orden del Carmelo ha querido ponerse desde sus orígenes bajo el patrocinio de la Madre de los Contemplativos. «Te suplicamos. “Señor, que la poderosa intercesión de la Virgen María, en su advocación del monte Carmelo, nos ayude y nos haga llegar hasta Cristo, monte de salvación» (Oración colecta). «Ella, por medio del Espíritu Santo, conservó y cumplió fielmente tu Palabra y perseverando en oración con los Apóstoles, fue asociado de un modo admirable al misterio salvador de Cristo y constituida madre espiritual de todos los hombres. Y ahora, mientras cuida con afecto maternal de todos los hermanos de Cristo, su Hijo nos precede, como señal de esperanza segura y de consuelo, a lo largo de nuestro peregrinar hacia el monte de la gloria; porque en ella» como en la imagen más pura, contemplamos gozosos realizando lo que en la Iglesia ansiamos y esperamos alcanzar» (Prefacio).


J. L. O.

Para la Semana

Lunes 3:
San Camilo de Lelis (1550-1614), presbítero, cambió la carrera de las armas por el servicio a los enfermos, para lo que fundó una congregación religiosa.

Isaías 1,10-17. Lavaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones.

Mateo 10,34-11,1. No he venido a sembrar paz, sino espadas.

Martes 3:


Isaías 7,1-9. Si no creéis, no subsistiréis.

Mateo 12,46-50. Señalando a los discípulos, dijo:» son mi madre y mis hermanos».

Miércoles 3:
Nuestra Señora del Carmen. Advocación popular de la Virgen. Recuerda el Monte Carmelo en Palestina, donde nació la Orden Carme1ita.

Isaías 10,5-7.13-16. ¿Se envanece el hacha contra quien la blande?

Mateo 11 ,25-27. Has escondido estas cosas a los sabios y se las has revelado a la gente sencilla.

Jueves 3:



Isaías 26,7-9.12.16-19. Despertarán jubilosos los que habitan en el polvo.

Mateo 11,28-30. Soy manso y humilde de corazón

Viernes 3:


Isaías 38,1-6.21-22.7-8. He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas.

Mateo 12,1-8. El Hijo del Hombre es Señor del sábado.

Sábado 3:


Miqueas 2,1-5. Codician los campos y se apoderan de las casas.

Mateo 12,14-21. Les mandó que no le descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta.