Comentario Pastoral
LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ

Si esta fiesta cae en domingo, lo suplanta, para celebrar la exaltación de la Santa Cruz. Esta fiesta indica la centralidad de un signo que es Símbolo de todo un misterio: el amor misericordioso del Padre que para salvar al hombre permite el sacrificio del Hijo en la cruz.

En el calendario de la Iglesia es de las fiestas más venerables y antiguas, pues comienza a celebrarse el año 335, en que se dedican dos iglesias en Jerusalén, erigidas en los lugares’ de la muerte y de la resurrección de Cristo, la basílica del «Martyrium» y la rotonda de la «Anastasis».

Tras la crucifixión de Cristo la cruz cambia de sentido y simboliza el triunfo sobre la muerte y, en sentido más lato, el triunfo sobre las cosas mundanas. No es de extrañar que durante 2000 años haya sido el inconfundible signo cristiano, con importante influjo en la vida y en el pensamiento: las iglesias se construyen normalmente siguiendo un plan cruciforme; la cruz es la figura más común de la heráldica; la señal de la cruz forma parte del ritual cristiano y de la vida corriente de las gentes.

Es paradójico que la cruz nos resulte tan familiar, que no despierte preguntas, que no sea crítica radical a todo triunfalismo fácil. Reivindicar el valor perenne de la cruz no es defender una ascética dolorista, que exalta el sufrimiento por el sufrimiento. La proliferación de cruces en todas partes, en iglesias, casas y campos, no debe significar una dulcificación de su mensaje. Porque una cosa son las cruces que adornan nuestros cuellos o condecoran nuestros pechos, y otra cosa es la cruz desnuda y atroz de Cristo.

Creer en el crucificado significa apostar por la vida, no ser causa de muerte para nadie, aliviar con esperanza pascual el dolor de los hermanos, liberar de sufrimientos al que camina a nuestro lado. Al trazar devotamente el triple signo de la cruz, debemos pensar que signamos nuestras frentes para mejorar los pensamientos, nuestros labios para que no pronuncien palabras que martiricen, nuestro corazón para que de él no broten nunca deseos de venganza y odio. »

Andrés Pardo


Palabra de Dios:

Números 21, 4b-9

Sal 77, 1-2. 34-35. 36-37. 38

Filipenses 2, 6-11

san Juan 3, 13-17

Comprender la Palabra

Cuando una Fiesta del Señor, v.gr., la Exaltación de la Santa Cruz, que se celebra anualmente el 14 de Septiembre, cae en Domingo, como ocurre este año, la celebración del Domingo correspondiente -el vigésimo cuarto del Tiempo Ordinario- cede.

La Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz tiene su origen en Jerusalén y su fecha de partida en la primera mitad del siglo VII», con ocasión de la victoria del Emperador Bizantino Heraclio sobre los Persas y la recuperación de grandes trozos de la Vera Cruz, custodiados desde su hallazgo (la Invención de la Santa Cruz) en la Basílica del Santo Sepulcro, y que habían sido robados tiempo atrás. Tan feliz acontecimiento fue recordado desde entonces con el título de la Exaltación (el Triunfo) de la Santa Cruz.

En la 1ª Lectura escuchamos oportunamente el Episodio de la exaltación -elevación sobre un estandarte- de la serpiente de bronce, como Dios le ordenó a Moisés, para que los mordidos por serpientes venenosas al dirigir hacia ella su mirada quedasen curados.

A este Episodio se refiere el mismo Cristo, en la Lectura del Evangelio, «Lo mismo que Moisés elevó la Serpiente (de bronce) en el desierto, así tiene que ser elevado (exaltado) el Hijo del hombre, para que todo el que cree en Él, tenga vida eterna «.

La Elevación -Exaltación- de Cristo se entiende en su doble sentido: la Elevación-Exaltación del Señor en la Cruz; la Elevación-Exaltación del Señor en su Gloria. La Cruz deviene símbolo: en el Crucificado transparece el Glorificado.

En el Himno, que el Apóstol recoge en su Carta (2a Lectura), se compendia el Misterio de Cristo: el Misterio de su Encarnación («tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos «) y el Misterio de su Pascua (“se rebajó hasta someterse incluso a la muerte…por eso Dios lo levantó sobre todo» lo exaltó). Y en el centro de la órbita pascual (rebajamiento-exaltación) es mencionada la Cruz.



Avelino Cayón


sugerencias litúrgicas

La Palabra de Dios penetra y anima, en la potencia del Espíritu Santo, toda la vida de la Iglesia (II)


«Para que la Palabra de Dios realice efectivamente en los corazones 10 que suena en los oídos, se requiere la acción del Espíritu Santo, con cuya inspiración y ayuda la palabra de Dios se convierte en fundamento de la acción litúrgica y en norma y ayuda de toda la vida. Por consiguiente, la actuación del Espíritu no sólo precede, acompaña y sigue a toda acción litúrgica, sino que también va recordando (cf Jn 14,15-17.25-26;15,26-16,15), en el corazón de cada uno, aquellas cosas que, en la proclamación de la palabra de Dios, son leídas para toda la asamblea de los fieles, y, consolidando la unidad de todos, fomenta asimismo la diversidad y proporciona la multiplicidad de actuaciones”.


Sínodo de los obispos 2008

Lineamenta, n° 20

al ritmo de la semana


La Exaltación de la Santa Cruz – 14 septiembre

«Nosotros hemos de gloriarnos en la Cruz en nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, vida y resurrección; él nos ha salvado y libertado» (antífona de entrada). La fiesta de la Exaltación de la santa Cruz va unida en su origen a la dedicación de las dos basílicas constantinianas; la del Gólgota y la de la Resurrección, el 13 de septiembre del año 335. Al día siguiente fue expuesta a la veneración de los fieles la reliquia de la cruz. Otro suceso posterior vino a influir en su celebración: la recuperación el año 630, bajo el emperador Heraclio, de, las reliquias de la cruz que habían sido sustraídas. por los persas.

El mismo título de la fiesta nos recuerda la profecía de Jesús: «Tiene que ser elevado el Hijo del hombre». Se compara su cruz con el palo sobre el que Moisés elevó la serpiente de bronce. «Se rebajó hasta someterse a la muerte, y una muerte de cruz». La cruz es el lugar privilegiado en que se manifiesta la gloria del Señor. El madero de la infamia se ha convertido, por la muerte de Cristo en él, en el signo de su amor redentor, y en la señal del cristiano.»»,,.has puesto la salvación del género humano en el árbol de la Cruz, para que donde tuvo origen la muerte, de allí res urgiera la vida, y el que venció en un árbol, fuera en un árbol vencido».» (Prefacio).

Al día siguiente se celebra la memoria de la Virgen Dolorosa, «ocasión propicia para revivir el momento decisivo de la historia de la salvación y para venerar junto con el Hijo exaltado en la Cruz a la Madre que comparte su dolor» (Marialis Cultus, n.7).


J. L. O.

Para la Semana

Lunes 3:
Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores.

Hebreos 5,7-9. Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación eterna.

Juan 19,25-27. Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena.


Martes 3:
Santos Cornelio, papa y Cipriano, obispo, mártires en el destierro, en el 253 y en la persecución de Valeriano en el 258, respectivamente

lCorintios 12,12-14.27-31a. Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro.

Lucas 7,11-17. ¡Muchacho, a ti te digo, levántate!

Miércoles 3:
San Roberto Belarmino (s. XVI),jesuita, obispo de Capua, cardenal, doctor, célebre por sus disputas en defensa de la fe católica.

lCorintios 12,31-13,13. Quedan la fe, la esperanza, el amor. La más grande es el amor.

Lucas 7,31-35. Tocamos y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis.

Jueves 3:


lCorintios 15,1-11. Esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

Lucas 7,36-50. Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.

Viernes 3:
San Jenaro, obispo martirizado en la persecución de Dioc1eciano.

I Corintios 15,12.20. Si Cristo no ha resucitado, nuestra fe no tiene sentido.

Lucas 8,1-3.Algunas mujeres acompañaban a Jesús y le ayudaban con sus bienes.

Sábado 3:
San Andrés Kim Taegon y San Pablo Chong Hasang, mártires de Corea a principios del siglo XIX. En este siglo hubo 103 mártires de toda edad y condición social.

lCorintios 15,35-37.42-49. Se siembra corruptible, renueva incorruptible.

Lucas 8,4-15. Los de la tierra buena son los que escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando.