Y tanto. Hoy ha sido un día muy largo, miro el ordenador, miro la cama,…, y está ganando por amplia goleada la cama.
“Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies, y él los curaba. La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y dieron gloria al Dios de Israel.” ¿Cómo ser cristiano y no admirarse? A continuación el Señor multiplica los panes y los peces para que la gente “no se desmaye por el camino”. Podemos acudir a la Eucaristía con sueño, despistados, , preocupados, cansados, aburridos, despistados o enfadados. Pero una vez en ella ¿cómo no admirarnos del amor que Dios nos tiene?. Nos da su Palabra, su Cuerpo y si Sangre en un poco de pan y vino, nos une a toda la Iglesia de todos los tiempos y palpamos que “el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país”. Podemos entrar en la celebración de la Misa como queramos, pero deberíamos salir llenos de admiración por nuestro Dios que nos quiere tanto.
En este día de adviento vamos a pedirle a nuestra Madre la Virgen que, cuando vayamos a Misa, sacudamos la modorra y el acostumbramiento y nos llenemos de admiración por nuestro Dios que viene y nos salvará.