Comentario Pastoral
DIVERSOS MODOS DE ACERCARSE A CRISTO

En el Evangelio de este domingo decimotercero del tiempo ordinario se nos narran dos milagros de Cristo: la resurrección de la hija de Jairo y la curación de la mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. En cada uno de ellos vemos el modo diverso de acercarse a Cristo y la actitud interior y exterior que anima a cada protagonista.
Jairo es un hombre importante, un jefe de la sinagoga, que en el momento crucial de la enfermedad grave de una hija se olvida de todo para comportarse como un padre lleno de dolor y desconcierto ante lo que parece que no tiene remedio humano. Por encima de cualquier juicio de vecinos y de devaluadas interpretaciones de matiz religioso, cree que debe acercarse a Jesús para decirle que venga a curar a su hija.
Cuando está suplicando la curación, le comunican a Jairo que su hija ha muerto. Y en ese momento sigue al lado de Jesús, en vez de salir corriendo para comprobar cómo todo se ha acabado y su esperanza es ya inútil. Entonces escucha estas palabras: «No temas, basta que tengas fe».
Al llegar Jesús a casa de Jairo encontró el lógico alboroto y muchos gritos y llantos de dolor. ‘La muerte es ocasión de lamentos. Sin embargo, Jesús quiere poner calma en estas circunstancias, por eso echa de la casa a todos los que causan estrépito con sus llantos. Jesús no soporta las posturas derrotistas, los lamentos puramente terrenos, las lágrimas ficticias de los que lloran por profesión o por dinero. Echa afuera a los flautistas y plañideras. que van.a todos los entierros y a todas las muertes para decir palabras y tocar músiCas de un dolor que no sienten por dentro.
Cristo no soporta las mentiras de la vida; quiere que exista plena correspondencia y verdad entre los signos externos y los sentimientos del corazón. Por eso es muy necesario que Cristo venga a nuestro mundo lleno de mentiras y de tantas conveniencias sociales, para barrer todo lo que es falso y volver a decir: ,»talitha qumi», niña, levántate; hombre, levántate, vive, ama, espera, ten fe. Este es el verdadero milagro de resurrección.
En el segundo relato evangélico se nos presenta a la hemorroisa enferma, que piensa que basta con tocar el borde del vestido de Cristo, para sentirse curada. Se acercó con fe e inmediatamente notó que se secaba la fuente de sus hemorragias. Si nosotros hacemos lo mismo, sentiremos que todo lo que nos acobarda, nos mancha y nos hace sufrir, cesa de repente. Y estaremos a gusto en la cercanía de Dios.

Andrés Pardo


Palabra de Dios:

Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24

Sal 29, 2 y 4. 5 6. 11 y l2a y 13b

san Pablo a los Corintios 8, 7. 9. 13-15

san Marcos 5, 21-24. 35b-43

Comprender la Palabra

Cuatro son los Milagros, que el Evangelista San Marcos pone en la segunda Sección de la Primera Parte de su Relato Evangélico. Veíamos el domingo pasado el Primero de ellos sobre la naturaleza inanimada: a Jesús, calmando la tempestad del Lago. Se omite el segundo Milagro, la Curación del Endemoniado de Cerosa, y hoy escuchamos la narración de dos Milagros contenidos en un mismo relato: la Curación de la Mujer; que padecía hemorragias internas, mientras Jesús se dirigía a casa de Jaira, Jefe de la Sinagoga, para curar a su hija, que muere antes de llegar Jesús a la casa.

San Marcos ha elegido, en esta Sección, cuatro Milagros significativos, que los Profetas del Antiguo Testamento atribuían al futuro Mesías, Cristo: su poder sobre la enfermedad y la muerte, sobre el predominio de Satanás y sobre los fenómenos meteorológicos.

Los Milagros de Cristo apuntan hacia el final, más allá de este mundo, más allá de la Historia, cuando el Mal, ya vencido, sea definitivamente aniquilado.

Los Milagros de Cristo son así signos, que nos abren a la esperanza. Las palabras del Salmo -«Me hicisteis revivir, cuando bajaba a la fosa»-. que el Señor Jesús hace suyas, podemos también nosotros. con El y por El. hacerlas nuestras.

Llama la atención la descripción minuciosa de los cuatro Milagros de esta Segunda Sección. Cabe pensar en la fina observación de quien procuró la información. el apóstol San Pedro. San Marcos -nos consta- fué discípulo suyo.

“Tu fe te ha curado» -le dice Jesús a la Mujer; «Basta que tengas fe» -le dice a Jairo, cuando llega la noticia de la muerte de su Hija. Es la fe en Dios, en Jesucristo, Salud, Vida, imperecederas. Son los Milagros de Cristo un anticipo de su Resurrección Victoriosa.

La reflexión del Libro de la Sabiduría (1ª Lectura) a propósito de la resurrección de la hija de Jairo, requiere una relectura cristiana: La muerte, que, por envidia del Diablo, entró en el mundo y que experimentamos todos los mortales. ha sido apurada y superada por quien, por amor a nosotros, se hizo mortal para darnos a todos el don de la inmortalidad.





Avelino Cayón


al ritmo de la semana


San Pedro y San Pablo, Santo Tomás

SAN PEDRO Y SAN PABLO lunes, 29 junio

Solemnidad de san Pedro y san Pablo, apóstoles. Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llamado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos. Los dos con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio … Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza abajo y sepultado en el Vaticano, cerca de la vía Triunfal, y Pablo, degollado y enterrado en la Vía Ostiense.

«Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo, el maestro que la interpretó; aquel fundó la primera Iglesia con el resto de Israel, éste la extendió a todas las gentes. De esta forma, por caminos diversos, los dos congregaron la única Iglesia de Cristo».

En este día, su triunfo es celebrado por todo el mundo con honor y veneración.



SANTO TOMÁS, apóstol – Lunes, 3 Julio

El apóstol Santo Tomás, por su incredulidad ante la Resurrección de Jesús, que se aparece a los demás apóstoles, es el patrono de los cristianos que dudan en su fe. Pero al mismo tiempo es un modelo porque a los ocho días ante una nueva aparición de Jesús Resucitado, confesó su fe, diciendo: «Señor mío y Dios mío», y reparando su escéptico comportamiento primero. Tomás ya había demostrado su espíritu crítico en el diálogo con Jesús después de la Última Cena. Al indicarles el Maestro a sus apóstoles que conocen el camino hacia donde, se dirige, Tomás le interrumpe con cierta viveza: «Señor, no sabemos dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino? Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí». Otro rasgo de Tomás es el coraje que demuestra cuando, con ocasión del viaje de Jesús a Betania, donde le buscaban para darle muerte, exclama: «Vamos también nosotros a morir con él».
Poco se sabe de su predicación después de la Ascensión. Los cristianos de Malabar, en la costa Oeste de la India, lo tienen como su primer evangelizador y fundador de su Iglesia. Sus restos reposan en Edesa, Mesopotamia, a donde fueron trasladados un 3 de julio. En el 232 ya hay testimonio de ello. Antes de la reforma litúrgica se celebraba la fiesta de Santo Tomás el 21 de diciembre, fecha medieval de los siglos VII-VIII, coincidiendo con la preparación de la Navidad.


J. L. O.

Para la Semana

Lunes 3:
San Pedro y San Pablo, Solemnidad antiquísima, que celebra animosamente a dos pilares más destacados de la Iglesia de Cristo: Pedro, el mayor y Pablo el evangelizador.



Hechos 12,1-11. Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes.

2 Timoteo 4,6-8,17-18. Ahora me aguarda la corona merecida.

Mateo 16,13-19. Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.

Martes 3:


Génesis 19,15-29. El Señor hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra.

Mateo 8,23-27. Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.

Miércoles 3:


Génesis 21,5.8-20. El hijo de esa criada no va a repartirse la herencia con mi hijo Isaac.

Mateo 8,24-34. ¿Has venido a atormentar a los demonios antes de tiempo?

Jueves 3:


Génesis 22,1-19. El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.


Mateo 9,1-8. La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.



Viernes 3:
Santo Tomás. Su incredulidad primera ante la resurrección de Cristo desembocó después en un ardiente testimonio de fe pascual.

Efesios 2,19-22. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles.

Juan 20,24-29. ¡Señor mío y Dios mío!.


Sábado 3:
Santa Isabel de Portugal (1227- 1331). Destacó por su espíritu de oración y fortaleza de ánimo. Al morir su marido, rey de Portugal, distribuyó sus bienes entre los pobres.



Génesis 27,1-5.15-29. Jacob echó la zancadilla a su hermano y le quitó su bendición.


Mateo 9,14-17. ¿Es que pueden guardar luto mi entres el novio está con ellos?