Comentario Pastoral
SANTIAGO APÓSTOL

Santiago, discípulo de Jesús, hijo de Zebedeo, hermano de San Juan evangelista, es el patrón de España. Se le llama «el Mayor» para distinguirlo de su homónimo, el apóstol Santiago el Menor, hermano del Señor. Era pescador, y siguió con su hermano Juan el llamamiento de Jesús, dejando a su padre y su oficio.

Formó parte del grupo de los doce apóstoles y, junto con sus hermanos Juan y Pedro, ocupó un lugar privilegiado entre «los Doce» siendo testigo de tres momentos privilegiados en la vida de Jesús: la transfiguración del Señor en el monte Tabor, la resurrección de la hija de Jairo y la agonía de Jesús en el Getsemaní. Por la impetuosidad de su carácter Santiago y su hermano fueron llamados por Jesús «Boaenerges», que significa «hijos del trueno». Fue el primer apóstol que padeció martirio por Cristo bajo el poder de Herodes Antipas.

Tres tradiciones vinculan al apóstol y España. La primera es su predicación en España mencionada por San Isidoro de Sevilla. Otras menciones, mejor documentadas se remontan a los siglos VIII y IX, fijando su sepultura en Compostela, donde el obispo de Iría halló milagrosamente el sepulcro del apóstol.

La representación de Santiago el Mayor ha dado lugar a tres tipos iconográficos: el apóstol, el peregrino y el caballero. En las evocaciones más antiguas aparece como apóstol, vestido con larga túnica y sosteniendo el Nuevo Testamento en la mano derecha. Como consecuencia de las peregrinaciones a Compostela, a partir del siglo XII se representó a Santiago con el atuendo propio del peregrino con amplio sombrero, apoyado en un bordón y con el típico zurrón y la calabaza. Después de la batalla de Clavijo toma la figura de un caballero cristiano, que montado sobre un caballo, arremete contra los moros, enemigos de la fe cristiana.

El apóstol Santiago cumplirá en su vida el reto que a él y a su hermano les hizo Jesús: «¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?». Su muerte violenta, decapitado, culminará su vida de testimonio evangélico, hecho con valentía y coraje, movido por el Espíritu de Dios, al que es preciso obedecer antes que a los hombres.

Supliquemos la intercesión del protomártir de los apóstoles, para que con su guía y patrocinio se conserve la fe en los pueblos de España.

Andrés Pardo


Para orar con la liturgia



Palabra de Dios:

Hechos de los apóstoles 4, 33; 5, 12. 27-33; 12, 2 Sal 66, 2-3. 5. 7-8
san Pablo a los Corintios 4, 7-15 san Mateo 20, 20-28

Comprender la Palabra

Escuchamos en la Lectura del Evangelio la noticia más relevante, que nos dan los Evangelistas, sobre el Apóstol Santiago: su compromiso, su respuesta generosa, de fidelidad a Jesucristo: “lo somos” (”capaces de beber el cáliz, que Cristo había de beber”).

“Beber el cáliz” de la Pasión del Señor, como el mismo Cristo explica a continuación, consiste en ser “servidor”, “esclavo” , a imitación de Cristo, que “ ha venido, no para que le sirvan, sino para dar su vida en rescate por todos” (uno por los muchos). Con estas palabras (final de la Lectura del Evangelio) el Señor resume su Ministerio Mesiánico, que culmina en el Acontecimiento de su Muerte-Resurrección-Ascensión y Sesión a la Derecha del Padre. “Sentarse” al lado de Cristo, era lo que le pedían a Cristo los dos Hermanos por mediación de la madre de ambos.

Y lo que San Pablo les dice a los fieles de Corinto nos lo dice hoy el Apóstol Santiago a nosotros, sus hijos de España. En la Vida del Apóstol se cumple día a día el Misterio de la Muerte y Resurrección de Cristo, que nos anuncia. “Mientras vivimos (en este mundo) continuamente nos están entregando a la muerte por causa de Jesús – se refiere a la incesante persecución de los poderes malignos de este mundo -, para que también la Vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal”.

Es el Servicio del Evangelio, que según testimonio de San Lucas en el Libro de los Hechos de los Apóstoles 81ª Lectura), es contestado, impugnado, impedido, v.gr., por el Sanedrín: “Al oír el Anuncio del Evangelio en boca de Pedro y los demás Apóstoles se consumían de rabia y trataban de matarlos” . Y añade el Evangelista San Lucas la sobria noticia, que justifica la elección de esta Lectura en este día: “El rey Herodes hizo decapitar a Santiago, hermano de Juan”. Es la muerte del único Apóstol, que nos consta en las páginas del Nuevo Testamento.

Avelino Cayón


sugerencias litúrgicas

Importancia del canto


Amonesta el Apóstol a los fieles que se reúnen esperando la venida del Señor, que canten todos juntos con salmos, himnos y cánticos inspirados (cf Col 3,16). El canto es una señal de euforía del corazón (cf Hch 2,46). De ahí que san Agustín diga, con razón: “Cantar es propio de quien ama”; y viene de tiempo muy antiguos el famoso proverbio: “Quien bien canta, ora dos veces” (Ordenación del Misal Romano, 39).


Marta, María y Lázaro son los amigos del Señor, a quien ofrecieron hospitalidad en su casa de Betania, en las proximidades de Jerusalén. Marta es la mujer hacendosa, dinámica, organizadora y vehemente. A Lázaro le presenta el evangelista Juan como el amigo del Señor. María es el modelo evangélico de las almas contemplativas de todos los tiempos y de los que han escogido la mejor parte. Marta aparece tres veces en el Evangelio: en el banquete de Betania, en que junto con su hermana María recibe a Jesús en su casa; cuando la resurrección de su hermano Lázaro, en que con sus ruegos alcanzó de Jesús la resurrección de su hermano, y hace profesión de su fe en el «Hijo de Dios»; y en la comida ofrecida a Jesús seis días antes de la Pascua. En las dos comidas, María se ocupa del servicio, en tanto que María unge los pies del Señor con perfume precioso o se sienta a sus pies para escucharle. Cuando Marta se queja a Jesús de que su hermana no le ayuda, el Señor no rechaza su solicitud caritativa, pero le reprende por su inquietud y agitación, que tiene el peligro de dejar de lado lo esencial, que es su presencia ante él. Supuso para Marta un honor recibir a Jesús en su casa y sentarle a su mesa. Cada uno de nosotros puede ejercitar la misma hospitalidad: cuando servimos a un hermano nuestro lo hacemos al mismo Cristo. «Dios todopoderoso, cuyo Hijo aceptó la hospitalidad de Santa Marta y se albergó en su casa; concédenos, por intercesión de esta santa mujer, servir fielmente a Cristo en nuestros hermanos y ser recibidos, como premio, en tu casa del Cielo» (Oración colecta).




J.L.O

Para la Semana

Lunes 26:
San Joaquín y Santa Ana, padre de la Virgen María.

Jeremías 13,1-11. El pueblo será como ese cinturón, que ya no sirve para nada.

Mateo 13,31-35. El grano de mostaza se hace un arbusto y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.

Martes 27:
En Madrid: Beata María del Pilar Izquierdo, virgen (1906-1945), fundadora en Madrid de la Obra Misionera de Jesús y María.

Jeremías 14,17-22. Recuerda, Señor, y no rompas tu alianza con nosotros.

Mateo 13,36-43. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo.

Miércoles 28:
En Madrid: San Pedro Poveda Castroverde presbítero y mártir (1874-1936), fundador de la Institución Teresiana.

Jeremías 15,10,16-21. ¿por qué se ha vuelto crónica mi llaga? Si vuelves estarás en mi presencia.

Mateo 13,44-46. Vende todo lo que tiene y compra el campo.

Jueves 29:
Santa Marta junto con sus hermanos María y Lázaro, hospederos del Señor.

1 Juan 4,7-16. S nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros.

Lucas 10,38-42. Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas.

Viernes 30:
En Madrid: Beatos Jesús Gesta Piquer, (nació en Madrid en 1916), y 31 compañeros mártires religiosos. Hermanos de San Juan de Dios en 1936.

Jeremías 26,1-9. El pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del Señor.

Mateo 13,54-58. ¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo esto?

Sábado 31:
San Ignacio de Loyola (1491-1556). Herido en la defensa de Pamplona, durante su convalecencia experimenta una profunda conversión. En 1534 funda la Compañía de Jesús.

Jeremías 26,11-16.24. Ciertamente me ha enviado el Señor a vosotros, a predicar estas palabras.

Mateo 14,1-12. Herodes mandó decapitar a Juan y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús.