Ya sólo nos queda un suspiro para terminar el año. Tal vez sea bueno hacer un poco de introspección y examen de conciencia para preparar el año que viene. Los periódicos se van llenando de reportajes sobre los acontecimientos más importantes del año que termina, las radios hacen sofritos de noticias antiguas y la wikipedia pide dinero. En resumen, llegar a fin de año es mucho más fácil que empezar el año que viene. Pero sin duda los acontecimientos de este año (los de cada día), nos marcan y orientan nuestro futuro, por eso es bueno hacer examen y descartar lo malo y quedarnos con lo bueno para ir bien encaminados. Hace poco hablaba con un chaval metido en bandas, tráfico de todo, vida de “lujo” y ahora preso. Quiere cambiar su vida, pero no sabe si es demasiado tarde por lo que le pesa su pasado …, pues si se queda con lo bueno, aunque parezca poco, podrá; con la ayuda de Dios, de sus amigos y de vuestra oración.

“Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.” Simeón tardó una vida, y parece ser que larga, en ver cumplida la palabra que Dios le había dado. Pero si Simeón hubiera dejado el templo desesperado y se hubiera ido a vivir a Miami, nunca habría mantenido en sus manos al Salvador. Una buena pregunta para el examen de conciencia es si he sido este año fiel a las promesas de Dios, si no he desesperado, no me he cansado, no he tirado la toalla, no me he quedado en un “ir tirando”. Tenemos que descubrir el cómo Dios va cumpliendo sus promesas, despacito y con buena letra, en nosotros y nuestro mundo.

Siempre me ha asombrado la gente que se dice “más cristiana” (lo del medidor de la fe aún lo estoy buscando), y eso significa que se enfada más, que es más intransigente y falta más a la caridad. Sólo hace falta acercarse a los comentarios de muchas webs religiosas -que se van convirtiendo en una especie de escupidera gigante-, para darse cuenta que muchos consideran ser más cristiano con amar menos al prójimo. “Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.” Quien falta a la caridad, aún en nombre de la “ortodoxia”, no va por buen camino. En la vida nos encontraremos con santos y pecadores (seguramente pongamos peor a los santos), y si somos fieles a Cristo muchas veces seremos bandera discutida, pero no por faltar a la caridad, sino por proponer la vida de Cristo, que es posible para todo hombre que se deje iluminar por la gracia de Dios y escuche un poquito al Espíritu Santo.

Ser piedra de escándalo no es faltar a la caridad, ser fiel a la Iglesia no es insultar a nadie e insultar a alguien es no ser fiel a la Iglesia. En fin es bueno hacer un examen de conciencia para acabar al año y crecer en fidelidad, felicidad y amabilidad.

Que María nuestra Madre y San José nos ayuden a ir preparando muy bien el comienzo del año.