¡Por fin! ya hemos firmado el contrato de construcción de la parroquia con una empresa. han sido meses y meses de estudios, pedir ofertas, re-pedir ofertas, discutir con el ayuntamiento, volver a discutir con el Obispado, intercambiar opiniones, esperar muchas semanas que se tomen decisiones…, pero por fin ya hay una empresa que ha firmado la construcción de la parroquia. La próxima vez que escriba un comentario espero estar rodeado de máquinas y celebrando la Misa al lado de un agujero. ¡La cantidad de papeles que han tenido que firmar! Y la cuestión es que firman sin leer. Desde los plazos, hasta cada material y su precio, el tipo de entrega…, un montón de cosas (gracias a que la junta parroquial de mi parroquia lleva todas esas cosas). Y ahora empezará la construcción, y se vigilará que cada tipo de material y cada aparejo de la obra sea conforme se ha descrito en el proyecto firmado. Cada cosa tiene que ser cada cosa, aunque se haya firmado “muy alegremente”. Se les seguirá muy de cerca, aunque yo no entienda nada de esas cosas.

“Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al lago, embarcaron y empezaron a atravesar hacia Cafárnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando. Habían remado unos cinco o seis kilómetros, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago, y se asustaron.”  En ocasiones llega la noche oscura. No me atrevo a compararla con la de los místicos, pero hay ocasiones en que uno se encuentra como más solo y más perdido. La oración no apetece, la Misa aburre y parece que las dificultades las pasamos solos. Parece que es noche cerrada. Lo que menos esperamos es que Dios esté cerca de nosotros, nos parece que nos ha dejado y se ha ido lejísimos. Sin embargo Jesús nunca nos deja, ni cuando nos parece que estamos más lejos y desolados. Y asusta. asusta saber que Dios ha estado allí, con nosotros, nunca a estado lejos y -por lo tanto-, no podemos echarle la culpa. Y es que Dios “firmó un contrato” con nosotros el día de nuestro bautismo. Y se leyó toda la letra chica, hasta esa que nos daba libertad. Y Dios no rompe sus contratos ni los incumple. Está siempre con nosotros, aunque no le hagamos caso, aunque le decepcionemos, aunque corramos en dirección contraria. Él ya ha pagado el precio del contrato y no piensa echarse atrás. parece que está muy lejos y nos sigue muy de cerca. La negociación ha sido muy dura, ha llevado hasta la cruz, pero nos ha valido la pena. Nunca pienses que Dios está lejos, confía y descubrirás lo cerca que está.

«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.» Les queda una tarea muy dura a los miembros de la junta parroquial de aquí, yo con celebrar Misa tengo bastante. Rezar por ellos para que acierten en sus decisiones y dentro de quince meses os pueda decir que el templo está acabado, y Dios tiene su rinconcito en este barrio.

Cuidarme a la Virgen en este mes de mayo, ella también está siempre cerca.