Ayer, cuando anochecía, llegaba la noticia de que tenemos un nuevo Papa. A través de muchas páginas de internet, y por otros medios de comunicación, podremos ir conociendo mejor cual ha sido su itinerario vital y también lo iremos siguiendo en su pontificado. Yo sólo lo conocía de nombre, ahora lo quiero como Papa. Me emocionó al seguir el anuncio por televisión su recuerdo de Benedicto XVI y que rezara por él. También me llegó a lo más profundo que, antes de impartir la bendición Urbi et Orbi, pidiera a la gente que rezaran por él para que el Señor lo bendijera. Finalmente que mostrará su devoción a la Virgen María.

Estos días hemos oído muchos comentarios de los vaticanistas, que a buen seguro seguirán estos días. También se realizaban quinielas. No sé si el actual Papa estaba en ellas. Como nuevo Papa quiero escuchar lo que tenga que decirme y seguirle. Estoy contento y doy gracias a Dios, que nos habla en cada momento de la historia a través de personas concretas. Creo que lo primero que hemos de hacer es, siguiendo su petición, intensificar nuestra oración por su persona. Quien da la misión da también la gracia para cumplirla, y es nuestra obligación pedir al Señor para que no le falte ni la iluminación ni las fuerzas que pueda necesitar.

Las lecturas de la Misa de hoy nos ayudan a pensar sobre la figura del Papa. En la primera lectura se nos narra como Moisés intercede por el pueblo de Israel, después de que este pecase adorando a un novillo de fundición. Moisés hace lo que Dios quiere que haga, que es pedir misericordia. Había sido elegido para conducir al pueblo hacia la Tierra Prometida, y se encuentra con que todos los que están allí no responden a la llamada que Dios les ha hecho y, en seguida, se olvidan de lo que han recibido. Moisés no repudia a su pueblo. En plena fidelidad con Dios, y hablando con Él “como lo hace un amigo con su amigo”, aparta la amenaza que iba a caer sobre Israel. Ciertamente todo estaba en el plan de Dios. Pero Dios quiere que nosotros intercedamos para que se manifieste su misericordia. Lo mismo que también pone a personas “al frente de su casa”. Por eso me ha tocado que el nuevo Papa, Francisco I, hiciera tanto hincapié, de una manera práctica en la oración.

También esta lectura me sugiere otro aspecto importante, aunque más general. En la Iglesia tenemos la suerte del magisterio. Gracias a él nos es posible entender mejor lo que Dios quiere de nosotros. ¡Con qué facilidad se separó Israel de Dios, y con un pecado abominable, como es la idolatría! Se dejaron arrastrar por la desesperanza, porque Moisés tardaba en regresar, y quizás también por lo que veían en pueblos vecinos. Necesitaban de un pastor, que los amara, pero que antes amara a Dios De esa manera podía conducirlos por el camino de la verdad. Igualmente, en el Evangelio, Jesús reprocha a los fariseos u maestros de la ley, que han leído las Escrituras, pero no las han entendido. Por eso no le reconocen.

Gracias, Señor por la Iglesia. Gracias por el ministerio petrino. Gracias porque con el suave soplo del Espíritu Santo nos vas guiando por los caminos de la historia. Te pido por el nuevo Papa, Francisco I, para que lo guardes y protejas y pueda cumplir fielmente su misión al frente de tu Iglesia.