Es difícil, muy difícil, casi misión imposible. Tendríamos que llamar a Tom Cruise a ver si lo consigue, pero será casi imposible que consiga que haya silencio en las primeras comuniones. Cinco sábados con dos tandas cada sábado llenando la Iglesia con niños encantados de recibir a Jesús y un montón de personas que pasan completamente de lo que realmente importa y se pasan la ceremonia dándose besos, abrazos y haciendo fotos con el iPhone. Si nos diésemos cuenta del don de Dios estaríamos sobrecogidos, asombrados, expectantes…, pero preferimos escondernos en lo externo, en lo intranscendente, en lo que no perdura.

«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»  No nos damos cuenta de la profundidad de esa afirmación. Lo que se había roto por el pecado puede volver a renovarse. El Papa lo está repitiendo ahora varías veces: el importante es Jesús, no es el pecado que ha sido vencido, pero preferimos nuestras energías en evitar el pecado en vez de mirar a Jesús. Cuando vivíamos realmente unidos a Cristo el pecado desaparecerá: “Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo” y en Cristo no hay lugar para el pecado

Y hoy celebramos la venida del Espíritu Santo, que hizo de esos hombres cobardes y temerosos, los primeros testigos de Cristo resucitado. No tenían nada especial, Jesús no les escogió por una cualidad concreta: su altura, su peso o su inteligencia, su locuacidad ni tan siquiera por su fidelidad. Es el Espíritu Santo el que los convierte en testigos. Lo decía ayer el Papa en la Plaza de San Pedro, recordando a Juan Pablo I y a Benedicto XVI, el mundo está necesitado de testigos. “Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro”, También recordaba ayer el Papa que la crisis de hoy no es simplemente una crisis económica o de valores., es una crisis del hombre, que está vacío. ¿Tú que prefieres? Una vida vacía, intrascendente, gris, dejándote llevar por los vientos de las épocas, o recibir los dones y frutos del Espíritu Santo: Don de Ciencia, Don de Consejo, Don de Fortaleza, Don de Inteligencia, Don de Piedad, Don de Sabiduríay el  Don de Temor de Dios. Y sus frutos: Gozo. Paz. Paciencia. Longanimidad.  Bondad. Benignidad. Mansedumbre. Fe. Modestia. Continencia. Castidad. Personalmente prefiero vivir lleno de Dios que vacío del todo. No me acuerdo bien del día de mi confirmación, fue en el colegio, pero seguro que el Espíritu Santo  tuvo algo que ver. Seguro que tiene algo que ver en tu vida.

Pidamos hoy a la Esposa del Espíritu Santo que hoy nos conceda poner en práctica los dones que nos da