(Gema, también rezo por ti, hasta los corazones más duros los ha cambiado el Señor).

La primera frase viene a cuento de los comentarios de ayer, así todos rezáis por Gema y por los que lo estén pasando mal. Leer los comentarios no es sólo para nuestro aprovechamiento espiritual personal, también sirven para rezar por tantas personas anónimas, pero hijas de Dios, que cada día quieren confrontar su vida con el Evangelio. Así que todos unidos en la oración, que nadie se sienta solo.

Esta semana está acabando muy sacramental. El jueves hablamos de la Confesión, el viernes del Matrimonio y hoy del Bautizo. En esta parroquia se bautiza mucho, cada sábado y cuando se pide, de tal manera que cualquier sacerdote que esté aquí destinado en unos pocos meses se sabe el ritual de memoria. Aunque las ceremonias son todas iguales (la predicación no, ni las lecturas y hacemos las variantes que deja el ritual en las oraciones), como bautizamos individualmente a cada niño cada bautizo es distinto. Cuando pregunto a los padres «¿sabéis que os comprometéis a educarlo en la fe para que este niño, guardando los mandamiento de Dios, ame al Señor y al prójimo como Cristo nos enseña en el Evangelio?» y responden afirmativamente pienso; «¡Vaya tarea tenéis por delante!»

Pasan los años y cuando los niños vienen a catequesis te das cuenta que muchos llegan a los 7 años sin haber rezado jamás, sin haber entrado a una iglesia desde el día de su bautismo y, por supuesto, sin saber nada en absoluto de la fe. ¿Había mala intención en los padres al bautizar a su hijo? Estoy convencido que no, pero si lo padres no quieren seguir a Cristo es muy difícil enseñarlo.

-«Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos». Tristemente muchas veces ya le hacemos la tarea al mundo, el demonio y la carne y mantenemos a los niños lejos de Dios, se lo presentamos y ya no volvemos a dejar que se acerquen a su buen Padre Dios.  ¿Tan poco valor tienen nuestras promesas hechas a Dios en la Iglesia? ¿Se nos olvida lo que hemos prometido según cruzamos el umbral de la parroquia? Cuando viene un padre o una madre desesperados pues su hijo de 16 años ya no quiere ni oír hablar de la Iglesia y ha dejado de ir a Misa, y esos padres se culpan pensando que habrán hecho mal, les digo que su hijo es muy libre y que si ellos han sembrado no se culpen y recen por su hijo. Pero cuando llega un niño de 6 años y  desde su bautismo no conocen en absoluto a Jesús ni han rezado nunca, entonces sí culpabilizo a los padres. Muchas veces en los bautizos pido por la conversión de los padres. Tal vez fracasen en la educación cristiana de su hijos, pero que al menos lo intenten.

Tenemos que agradecer a los abuelos la ingente labor de educación en la fe que llevan haciendo tantos años, desde que muchos padres se retiraran de esas funciones. Pero padres, os gustaría escuchar un día de labios de Jesús «¿por qué me escondiste a tu hijo?». Yo me moriría de vergüenza.

Así que padres y madres ¡Ánimo!, mostrar a Cristo con vuestra vida y vuestros hijos sabrán elegir lo mejor. Muchas veces pregunto a los padres ¿Dónde aprendisteis el Ave María?. No se acuerdan y todos suponen que de sus padres, de rezarlo con ellos de pequeñín. Ojalá puedan decir lo mismo vuestros hijos.