¿Quién es Jesús? La pregunta por la identidad del Nazareno para unos, o el galileo, para otros, es de vital importancia. Jesús no es un hombre cualquiera. Ante el Misterio de Jesús hay que tomar partido.

El evangelio de hoy nos habla de dos modos de acercamiento a la persona de Jesús. Según sea este será nuestra vida cristiana. Estos dos caminos para acercarnos a Jesús son la opinión y la experiencia.

Por medio de los dos podemos saber algo acerca de Jesús pero no son de la misma importancia. No es lo mismo tener opinión de Jesús que tener experiencia de Jesús.

El Maestro pregunta primero por la opinión: ¿Quién dice la gente que soy yo? La respuesta es muy variada, como variadas son las opiniones. Pero a Jesús le importa más la segunda pregunta: Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Los discípulos no pueden pensar lo mismo que el resto de la gente porque su relación con Él es distinta al del resto de la gente. Ellos son dichosos porque ven lo que no ven los demás. Son dichosos porque viven una intimidad singularísima con el Maestro. Son dichosos porque viven con Él.

Los discípulos no pueden tener una mera opinión acerca de Jesús porque ellos tienen experiencia de Él. Pedro tomará la palabra y en nombre de todos hará una confesión de fe: Tu eres el Mesías, el Cristo.

La experiencia que tienen de Jesús es extraordinaria, por eso, movido por inspiración divina reconoce en Jesús al enviado, al que cumple todas las promesas. Reconoce en Jesús al Cristo. Pero ahora Jesús da un paso más. Completa la experiencia que tienen con la revelación. Jesús les manifiesta el modo en que Él realiza su mesianismo: el de la cruz.

La clave de interpretación del misterio de Jesús no es otro sino el de la cruz. Jesús es Mesías pero siervo, es rey pero coronado de espinas, es maestro pero servidor.

Quizás hoy sea el momento de preguntarme cual es el modo de mi acercamiento a Jesús. ¿Tengo opinión o experiencia de Jesús?

Que María nos ayude a buscar al Jesús para contestarle desde nuestra relación íntima con Él.