San Juan Pablo II nombró a San Cirilo (+869) y San Metodio (+885) como patronos de Europa. Estos dos hermanos de sangre hicieron una laboriosa evangelización de los pueblos eslavos. Llegaron a crear una lengua para traducir la Biblia al contexto cultural de aquellos pueblos.

La creatividad misionera de la Iglesia a lo largo de la historia le ha permitido inculturar el Evangelio en lugares muy diversos, acomodando costumbres acordes con la fe, y superando, transformando o incluso suprimiendo otras que se manifestaban contrarias a la vida nueva que nos trae el Señor.

Son momentos de innovación misionera. Europa se define a sí misma como postcristiana, ha abdicado de la fe. Las legislaciones de casi todo el continente comienzan a señalar como delitos algunas verdades de fe reveladas por nuestro Señor, como la igualdad y diversidad entre hombre y mujer, o la naturaleza del matrimonio. Son tiempos de persecución “de guante blanco”, es decir, con una legislación aparentemente democrática en la mano.

Por otro lado, las costumbres de vida, salvando las infinitas diferencias entre una alemán y un griego, o un español y un islandés, se enmarcan excesivamente en el estado de bienestar, con una nueva divinidad o religión como telón de fondo: la salud y el placer.

Además, nuestra civilización avanza excesivamente rápido y los cambios generacionales son cada vez más cortos a causa de las tecnologías. Una década hoy día son como cincuenta años de antes. De este modo, la transmisión de valores que pasa de generación en generación —un proceso habitualmente lento—, se acelera cada vez más, y con las prisas, se van perdiendo datos importantes.

Este panorama nos tiene que llevar a afianzarnos más en la gracia de nuestro Señor, y a creer firmemente en los soplos del Espíritu Santo, que suscita en cada momento de la historia aquello que hace falta. En el siglo IX fueron San Cirilo y San Metodio, que tradujeron la Biblia para los pueblos eslavos. Hoy día también hay mucha gente trabajando por difundir el Evangelio en la Universidad, en el cine y el teatro, en los centros financieros, en las cárceles, en las redes sociales e internet.

Cristo en el Evangelio de hoy envía a 46 parejas de discípulos a esparcir su semilla. Hoy Cristo cuenta con la mayor red de difusión mediática de la historia, de la que nos beneficiamos todos. Internet, Facebook, YouTube, WhatsApp, el comentario del Evangelio de Archimadrid… Podemos hacer mucho bien a mucha gente. Seamos creativos. Que San Cirilo y San Metodio nos ayuden. Si hace falta, creemos una legua nueva.