Comentario Pastoral
TRES DEFINICIONES DE CRISTO

Hoy, en el evangelio de este cuarto domingo de Pascua, encontramos tres definiciones que hace Cristo de si mismo: es puerta, pastor y aprisco.

En la Biblia se habla muchas veces de la puerta de la ciudad, que, fortificada, garantiza la seguridad de los ciudadanos. Franquear las puertas de¡ templo significa acercarse a Dios; salvarse es penetrar por la puerta del cielo, que se abre a quien llama desde la fe. Jesús es la puerta de acceso al Padre, la puerta que introduce en los pastores donde se ofrecen libremente los bienes divinos. Los discípulos de Jesús deben ser siempre «puerta» abierta para los demás, y no pared de rebote o muro de choque. Y para que el cristiano aparezca ante el mundo como una «puerta» de entrada; como oferta de salvación, cada creyente tiene la responsabilidad de vaciarse de sí mismo para no ser un obstáculo.

Jesús es el único y buen pastor de la comunidad cristiana. Superando una idea bucólica o despectiva, hay que entender al pastor como el hombre de coraje, de audacia y de prudencia, que camina delante y conoce las ovejas. En lenguaje actualizado, el pastor es el líder y el guía. Desde las catacumbas, los cristianos siempre han reconocido a Jesús como el buen Pastor que da la vida por sus ovejas y muere como «cordero de Dios» para hacerse alimento de su rebaño. Por eso su ejemplo es camino para sus seguidores.

Jesús es también el aprisco del rebaño. En él se encuentra la defensa, el abrigo y el descanso. Él es el Reino de Dios, al que no se entra con astucia, corno los ladrones, ni con violencia, como los salteadores, sino en la fidelidad, en el servicio total, en la paz que es plenitud de bien.

En este domingo la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones- al sacerdocio y ministerios, a la vida misionera, a la profesión de los consejos evangélicos en la N ¡da religiosa o en institutos seculares. Es tarea permanente, pero más que nunca de este día, orar por las vocaciones consagradas: las que hay y las que tendría que haber. Para que sean puerta que abren el acceso a Dios y buenos pastores, como Jesús, para su pueblo.

Andrés Pardo


Para orar con la liturgia
Pastor bueno, vela con solicitud sobre nosotros
y haz que el rebaño adquirido por la sangre de tu Hijo
pueda gozar eternamente de las verdes praderas de tu reino
y tener parte de la admirable victoria de su Pastor.


Oración después de la comunión / Oración colecta


Palabra de Dios:

Hechos de los apóstoles 2, l4a. 36-41

Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5.

san Pedro 2, 20-25

san Juan l0, 1-10

Comprender la Palabra

No hay relación aparente entre las Lecturas Bíblicas de los Domingos del Tiempo Pascual. Sí, la hay en el fondo.
En la 1 ªLectura escuchamos hoy la conclusión de la alocución del Apóstol San Pedro a los reunidos ante el Cenáculo el Día de Pentecostés. El Domingo pasado escuchábamos el núcleo del Discurso, en el que se nos anuncia lo esencial del Mensaje cristiano, el Misterio Pascual, que nos salva y que requiere la fe-adhesión a Jesucristo; «Convertíos -responde el Apóstol- y bautizaos (sumergíos) en el Nombre de Jesucristo», es decir, en la Persona de Jesucristo, en el Acontecimiento de su Pascua, de su Paso por la Muerte a la Resurrección, ‘para que se os perdonen vuestros pecados (salvación radical, del mal-raíz de todos los males) y recibáis al Espíritu Santo «.
Lo mismo, en el fondo, dirá el Apóstol San Pedro en el fragmento de su Carta (2ª Lectura), evocando la Pasión y Muerte y Resurrección de Jesucristo, entendidas como Sacrificio Expiatorio. «Cristo padeció por nosotros (en favor, en provecho de nosotros) … cargado con nuestros pecados, subió al leño, para que, muertos al pecado (por el Bautismo), vivamos para la justicia (purificados, perfeccionados, santificados); sus heridas nos han curado».
Cristo es, desde la perspectiva de la Pascua, por su Resurrección Gloriosa, nuestro Pastor; a El referimos el Salmo meditativo» El Señor es mi Pastor… «, que el Salmista refiere al mismo Dios. En Cristo «habita la plenitud de la Divinidad» -dice el Apóstol San Pablo. Y el mismo Cristo nos revela veladamente su condición divina -su Filiación Divina- con sus afirmaciones solemnes, absolutas, v.gr. «Yo soy el Buen Pastor». «Yo soy la Puerta» del Redil de las ovejas -la Iglesia- (Lectura del Evangelio).
El Apóstol San Pedro, después de presentarnos el Misterio Pascual de Jesucristo en clave sacrificial expiatoria (2ª Lectura), concluye, diciéndonos: «Andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras vidas» -Jesucristo



Avelino Cayón


el Sínodo Diocesano

Principales Objetivos de nuestro Sínodo Diocesano (I)


Llegado el momento de convocar la Asamblea Sinodal, quiero explicitar de nuevo lo que de ella esperamos de acuerdo con las razones pastorales de la convocatoria primera el III Sínodo Diocesano de Madrid. Si queremos que sea un tiempo de gracia para nuestra Iglesia diocesana y para la sociedad madrileña, exige de nosotros una gran apertura y docilidad al Espíritu; es la condición primordial para llegar a ser sus auténticos colaboradores en la obra de la santificación del hombre y del mundo. Él es el verdadero protagonista de la misión y el artífice principal de la comunión.


Antonio María Rouco Varela

Cardenal Arzobispo de Madrid
8 septiembre 2004

celebrar mejor

Del carácter central de la Eucaristía en la vida y en el ministerio de los sacerdotes se deriva también supuesto central en la pastoral de las vocaciones sacer-dotales. Ante todo, porque la plegaria por las vocaciones encuentra en ella la máxima unión con la oración de Cristo sumo y eterno Sacerdote; pero también porque la diligencia y esmero de los sacerdotes en el ministerio eucarístico, unido a la promoción de la participación consciente, activa y fructuosa de los fieles en la Eucaristía, es un ejemplo eficaz y un incentivo a la respuesta generosa de los jóvenes a la llamada de Dios. Él se sirve a menudo del ejemplo de la caridad pastoral ferviente de un sacerdote para sembrar y desarrollar en el corazón del joven el germen de la llamada al sacerdocio.

Todo esto demuestra lo doloroso y fuera de lo normal que resulta la situación de una comunidad cristiana que, aún pudiendo ser, por número y variedad de fieles, una parroquia, carece sin embargo de un sacerdote que la guíe. En efecto, la parroquia es una comunidad de bautizados que expresan y confirman su identidad principalmente por la celebración del Sacrificio eucarístico. Pero esto requiere la presencia de un presbítero, el único a quien compete ofrecer la Eucaristía ¡n persona Christi.


Juan Pablo II.
Ecclesia de Eucharistia, nn. 31-32

Para la Semana

Lunes 3:

Hechos 11,1-18. También a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que lleva
a la vida.

Juan 10, 11 -1 S. El buen pastor da la vida por las ovejas.

Martes 3:

Hechos 11,19-26. Se pusieron a hablar tam-bién a los griegos, anunciándoles al Se-ñor Jesús.

Juan 10,22-30. Yo y el Padre somos uno.


Miércoles 3:

Hechos 12,24-13,5a. Apartarme a Bernabé y a Saulo.

Juan 12,44-50. Yo he venido al mundo como luz.

Jueves 3:
: San Anselmo (1033-1109).Benedictino, obispo de Canterbury, teólogo insigne.

Hechos 13,13-25. Dios sacó de la descendencia de David un salvador.

Juan 12,44-50. Yo he venido al mundo como luz.

Viernes 3:

Hechos 43,26-33. Dios ha cumplido la pro-mesa resucitando a Jesús.

Juan 14,1-6. Yo soy el camino, y la ver-dad, y la vida.

Sábado 3:
San Jorge, mártir. San Adalberto, mártir.



Hechos 13,44-52. Sabed que nos dedicamos a los gentiles.

Juan 14,7-14. Quien me ha visto a mi ha visto al Padre.