Comentario Pastoral
INCOHERENTES
Jesús ha desenmascarado la mentira que ha encontrado en su caminar diario, pero nunca lo ha hecho con más violencia que cuando se ha enfrentado a los dirigentes de aquella sociedad. No soporta la actuación de aquellos que «han sentado cátedra» en medio del pueblo para exigir a los demás lo que ellos mismos no viven. Jesús condena su descarada incoherencia. «Dicen y no hacen». Hay una profunda división entre lo que enseñan y lo que practican, entre lo que pretenden de los demás y lo que se exigen a sí mismos.
Las palabras de Jesús no han perdido actualidad. El pueblo sigue escuchando a dirigentes que «no hacen lo que dicen». Defensores del orden cuya vida es desordenada. Proclamadores de justicia cuyas actuaciones están al margen de todo lo que es justo. Educadores cuya conducta deseduca a quienes la conocen. Reformadores incapaces de reformar su propia vida. Revolucionarios que no se plantean una transformación radical de su existencia. Socialistas que no han «socializado» mínimamente su vida.
También hoy se levantan maestros que detectan «herejías ocultas» y diagnostican supuestos peligros para la ortodoxia, sin ayudar luego positivamente a vivir con fidelidad la adhesión a Jesucristo. También hoy se condena con rigor desde ciertas cátedras el pecado de los pequeños y débiles, y se olvidan escandalosamente las injusticias de los poderosos.
Nuestra sociedad no necesita demagogos declamadores de palabras hermosas sino dirigentes que, con su propia conducta, impulsen una verdadera transformación social.
La Iglesia necesita creyentes verdaderos que con su vida irradien un aire más evangélico. Hombres y mujeres que vivan su fe, creyentes de existencia convincente.
Andrés Pardo
Para orar con la liturgia
La sencillez, la fraternidad, el servicio… son virtudes subrayadas en nuestro tiempo. Proporcionan paz en este mundo tan competitivo, Bella oración la del salmo responsorial: «Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor…. no pretendo grandezas ….”
Palabra de Dios: |
Malaquias 1, 14-2, 2b. 8-10 |
Sal 130, 1-3 |
san Pablo a los Tesalonicenses 2, 7b-9. 13 |
san Mateo 23, 1-12 |
Comprender la Palabra
Escuchamos hoy en la Lectura del Evangelio la 1ª parte del Capítulo 23 del Evangelio según San Mateo. El Capítulo consiste en una serie de invectivas de Jesús contra los dirigentes religiosos de Israel. Impresiona la extremada dureza con que Jesús se expresa. ”Ay de vosotros… » comienza, repitiendo siete veces. Pero la Lectura del Evangelio sólo recoge el encabezamiento, en el que Jesús denuncia la hipocresía, la incoherencia, de los dirigentes religiosos. «No hacen lo que dicen » dice de ellos a la gente . Lo único, que les preocupa viene a decir de ellos a la gente, a los discípulos es guardar las apariencias de justos, perfectos, santos, sin procurar serlo; de modo que cuantos les vean, les veneren y les honren como s i lo fueran. “Les gusta dice el Señor que les hagan reverencias por la calle y que la gen te les llame «maestro «.
A propósito del título de «maestro » Jesús abre un paréntesis: » Vosotros no os dejéis llamar maestro … no llaméis padre vuestro a nadie … no os dejéis llamar jefes… « ‘
Y sin embargo, a pesar de la advertencia del Señor, por no decir su prohibición, estos títulos y otros similares son de uso corriente en la Iglesia. ¿Qué decir acerca de esto?
Es correcto usar estos títulos, si se entienden y así debe ser relativamente, es decir, en relación a quien es el único Padre Dios, el único Maestro, el único Señor Jesucristo
Dicho de otro modo, en el ministro de la Iglesia “padre » trasparece, debe trasparecer, la solicitud paternal de Dios; en el ministro de la Iglesia «maestro» “jefe» ‘ debe trasparecer Jesucristo Maestro, Señor. Son títulos, que suponen, requieren, la coherencia, la autenticidad, la verdad
No es esta la primera vez que Jesús denuncia la hipocresía de los dirigentes religiosos del Pueblo de Dios. Recordemos las palabras de Cristo en el Sermón de la Montaña: «Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos». Bien está parecer bueno, justo, pero es necesario serlo.
Sólo El, Jesucristo, el Justo, el Santo de Dios, tiene plena autoridad moral para acusarnos, para juzgarnos a todos.
Las imprecaciones de Cristo están en la misma onda, que las que el Profeta Malaquias (1ª Lectura) pone en boca del mismo Dios.
Solemnidad de Todos los Santos
Celebramos hoy a «la muchedumbre inmensa, que nadie podía contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas «, que «están ante el Trono y el Cordero «.
Ellos son los «dichosos» (así llamados por Cristo). Ya lo eran también en este mundo, no obstante las desdichas de esta vida. Y son “dichosos «porque Dios les ha enriquecido con el don de Sí mismo; porque han alcanzado la misericordia de Dios; porque son consolados por Dios; porque se sienten saciados de Dios; ellos, que en este mundo fueron pobres, desprendidos por amor; fueron misericordiosos con todos; lloraron con los que lloraban; tuvieron hambre y sed de justicia (justicia en el más amplio y profundo sentido de la palabra).
Ellos son “semejantes» a Dios (en expresión atrevida del Apóstol), porque se esforzaron en purificarse y renovarse incesantemente.
Ellos son los que llevan «túnicas blancas» (revestidos de la gloria de Cristo) y “palmas en sus manos» (en señal de victoria contra el mal).
Los santos son como cantamos en la Plegaria Eucaristica de este Día «los mejores hijos de la Iglesia», “la Jerusalén celeste». Habría que añadir: son la realización perfecta del idea humano (según el proyecto de Dios en Cristo). Ante la grandeza de los hombres y mujeres santos palidecen todos los modelos humanos en sabiduría, en ciencia, en arte, en deporte…
Avelino Cayón
al ritmo de la semana
Solemnidad de Todos los Santos – 1 de noviembre
“Alegrémonos todos en el Señor al celebrar este día de fiesta en honor de todos los Santos. Los ángeles se alegran de esta solemnidad y alaban a una al Hijo de Dios» (antífona de entrada). Son «una muchedumbre inmensa, que nadie podía contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas…» (1ª Lectura). Ellos son de los que dice el Evangelio: «Dichosos los pobres en el espíritu … los sufridos … los que lloran … los que tienen hambre y sed de la justicia … los misericordiosos … los limpios de corazón … los que trabajan por la paz … los perseguidos por la justicia … porque de ellos es el Reino de los Cielos … heredarán la Tierra … serán consolados … alcanzarán misericordia … verán a Dios … su recompensa será grande en el cielo».
A ellos sí que se ha manifestado Dios, son semejantes a él, le ven tal cual es (2ª Lectura). “Porque hoy nos concedes celebrar la gloria de todos los Santos, nuestros hermanos, asamblea de la Jerusalén celeste, que eternamente te alaba. Hacia ella, aunque peregrinos en país extraño, nos encaminamos alegres, guiados por la fe y animados por la gloria de los Santos; en ellos encontramos ejemplo y ayuda para nuestra debilidad (Prefacio).
«Dígnate aceptar, Señor, las ofrendas que te presentamos en honor de todos los Santos, y haz que sintamos interceder por nuestra salvación a todos aquellos que ya gozan de la gloria de la inmortalidad» (Oración sobre las ofrendas).
J. L. O.
Para la Semana
Lunes 3: |
Romanos 11,29 30. Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos. Lucas 14, 12 14. No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados. |
Martes 3: |
Apocalipsis 7,24.9 14. Apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lenguas. Mateo 5,1 12a. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. |
Miércoles 3: |
Lamentaciones 3,17 26. Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor. Romanos 6,3 9. Andemos en una vida nueva. Juan 14,1 6. En la casa de mi Padre hay muchas estancias |
Jueves 3: |
Romanos 14,7 12. En la vida y en la muerte somos del Señor, Lucas 15, 1 10. Habrá alegria en el cielo por un pecador que se convierta. |
Viernes 3: |
Romanos 15,14 21. Ministro de Cristo Jesús para con los gentiles, para que la ofrenda de los gentiles agrade a Dios, Lucas 16,1 8. Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz. |
Sábado 3: |
Romanos 16,3 9.16.22 27. Saludaos unos a otros con el beso ritual. Lucas l6,9 15. Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? |