Comentario Pastoral
¿QUÉ ES LA ASCENSIÓN?

Ascender es una esperanza tan vieja como el mundo y uno de los deseos más constantes de la vida del hombre. Toda ascensión tiene atractivo por la situación nueva que se vislumbra. Incluso los riesgos que comporta son compensados por la conquista de niveles más altos y desconocidos. En el plano religioso también se manifiesta un constante deseo de ascensión. Con lenguaje sencillo y normal se dice que quien ha muerto en la fe ha subido al cielo; que la oración confiada es escuchada en lo alto: que un día seremos elevados para vivir eternamente en el reino celeste. La solemnidad de la Ascensión del Señor, que se celebra en este domingo, nos revela el sentido exacto de la ascensión del cristiano. La Ascensión es el lazo de unión entre Pascua y Pentecostés. El misterio pascual, que se funda en la muerte del Señor, no se detiene en su resurrección; se desarrolla en la Ascensión, que es la aceptación por parte de Dios de la obra de Cristo y su consagración como Señor de cielos y tierra; y se consuma en Pentecostés con el envío del Espíritu. La Ascensión no es el final de la historia de Jesús de Nazaret sino el punto de partida de la misión de la Iglesia, que es la proclamación de la buena noticia de la salvación. El tiempo para esta misión va desde la Ascensión hasta la Parusía: !lId al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación». Cristo, en su ascensión a los cielos, alcanza la plena soberanía sentándose a la derecha de Dios Padre (sentarse en el trono es el signo de realeza). Esta glorificación no es signo de la ausencia de Jesús en la tierra ni de distanciamiento de la historia del mundo y de la vida de la Iglesia. Es el inicio de la nueva presencia del Resucitado en medio de sus discípulos. La ascensión de Jesús es el punto de unión de lo eterno con nuestro tiempo fugaz y caduco, es garantía de la victoria de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio, de la esperanza sobre la angustia y desesperación de la condición humana.

Andrés Pardo


Para orar con la liturgia
«El Señor ‘arrastró cautivos cuando subió a los cielos, porque con su poder trocó en incorrupción nuestra corrupción. Repartió sus dones, porque enviando desde arriba al Espíritu Santo, a uno les dio palabras de sabiduría, a otros de ciencia, a otros de gracia de los milagros, a otros la de curar, a otros la de interpretar. En cuanto Nuestro Señor subió a los cielos, su Santa Iglesia desafió al mundo y, confortada con su Ascensión, predicó abiertamente lo que creía a ocultas».

San Gregorio Magno, hom. 29 in EV


Palabra de Dios:

Hechos de los apóstoles 1, 1-11

Sal 46, 2-3. 6-7. 8-9

san Pablo a los Efesios 1, 17-23

san Marcos 16,15-20

Comprender la Palabra

Desde hace casi tres décadas venimos celebrando la Solemnidad de la Ascensión del Señor, no en su fecha correspondiente, el Jueves de la Semana sexta de Pascua, a los cuarenta días después de la Solemnidad de la Pascua, sino el Domingo Séptimo de Pascua, al que fue trasladada por exigencia del calendario civil.
Las dos primeras Lecturas son fijas en los tres ciclos A, B, y C.
La lª Lectura, el Relato de la Ascensión, con el que San Lucas comienza su Libro de los Hechos de los Apóstoles, es obligada… También la 2ª Lectura, en la que el Apóstol nos dice qué sentido tiene para nosotros la Ascensión del Señor. El Apóstol contempla la Ascensión del Señor, sin nombrarla, indicándonos su comienzo y su término, dentro del dinamismo del Acontecimiento Pascual: «Dios desplegó en Cristo la eficacia de su fuerza poderosa, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo». Pero la Resurrección-Glorificación de Jesucristo es representativa (primicia, garantía) de nuestra resurrección-glorificación en Cristo. Así Dios Padre nos muestra «la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros»; la riqueza de gloria, que nos da en herencia».
«El Señor Jesús -nos dice el Evangelista (Lectura del Evangelio)- después de hablar a los Once ascendió al cielo y se sentó a la Derecha de Dios «.
Como en el Relato de San Lucas (1ª Lectura), también en el de San Marcos la Ascensión del Señor es punto final de las Apariciones del Señor Resucitado a sus discípulos y punto de partida de la Misión de la Iglesia: «Id al mundo entero y predicad el Evangelio» -les dice el Señor-.
En efecto, «Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes». Y así sigue sucediendo. Pero la Iglesia, simbolizada en los Apóstoles -la Iglesia Apostólica-, no está sola en su misión en medio del mundo. Cristo, misteriosamente presente en su Iglesia, continúa su Misión Mesiánica: «El Señor actuaba con ellos (su Iglesia) y confirmaba la Palabra con los signos, que los acompañaban «. La Iglesia es así Sacramento de Cristo.


Avelino Cayón


el Sínodo Diocesano

La Unción de enfermos


36. Considerar la pastoral de los enfermos y moribundos, así como la atención a las personas mayores en las comunidades cristianas, en los hospitales y en las residencias de ancianos, como una prioridad pastoral y una necesidad para que las celebraciones individuales y comunitarias del sacramento de la Unción adquieran su verdadero sentido.
37. Formar a los cristianos para que afronten, desde la fe, la realidad de la enfermedad grave y de la muerte. Y cuidar, por parte de los sacerdotes y de los miembros de las comunidades cristianas, los momentos finales de la vida de los bautizados. 38. Facilitar la participación en la Eucaristía a los miembros enfermos que no puedan acudir al templo; y recuperar y redescubrir el sentido del Viático.


Constituciones

celebrar mejor


La Última Semana de la Cincuentena Pascual

En muchos países la solemnidad de la Ascensión se celebra el domingo VII de Pascua por no ser fiesta laboral el jueves de la VI semana de Pascua, día en que se celebraba desde el siglo IV-V: El misterio de la Ascensión del Señor está en íntima conexión con la Pascua en un doble aspecto: glorificación de Cristo y comienzo de la glorificación de la Iglesia, cuerpo ‘»de Cristo. «…la ascensión de Jesucristo, tu Hijo, es ya nuestra victoria, y él, que es la cabeza de la Iglesia, nos ha precedido en la gloria, a la que hemos sido llamados como miembros de su cuerpo» (oración-colecta).
El cirio pascual no se apaga después del Evangelio, como se hacía en otros tiempos, sino que sigue junto al altar o junto al ambón hasta el domingo de Pentecostés inclusive. Después se coloca en el baptisterio para utilizarlo en la celebración del bautismo. Así se simboliza la presencia de Cristo resucitado en todos los sacramentos.
«Las ferias que van desde la Ascensión hasta el sábado antes de Pentecostés preparan para la venida del Espíritu Santo». Después de la Ascensión de Jesús a los cielos «los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte de los Olivos…Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María. la madre de Jesús y con sus hermanos» (Hech 1,12-14). De la misma manera la Iglesia espera en oración la venida del Espíritu Santo. Aunque esta espera ha estado presente durante toda la cincuentena pascual, se pone de relieve de manera especial en la última semana. En las antífonas de entrada y de comunión y en el versículo del aleluya antes del evangelio se emplean las mismas palabras de Jesús que promete el Paráclito. En la oración-colecta se pide al Padre que llene su Iglesia con el don de su Espíritu, o que nos fortalezca con su poder para que hagamos su voluntad y le seamos fieles, o que haga nuestros corazones agradables a él, o que robustezcan nuestra fe.


J. L. O.

Para la Semana

Lunes 3:

Hechos 19, 1-8. ¿ Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?

Juan 16,29~33. Tened valor: yo he vencido al mundo

Martes 3:
San Fernando (1198-1252), rey de Castilla y León, canonizado en 1671.

Hechos 20,17~27. Completo mi carrera, y cumplo el encargo que me dio el Señor Jesús.

Juan 17, 1-11 a. Padre, glorifica a tu Hijo.

Miércoles 3:
La Visitación de la Virgen María. «Dichosa tú, porque has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».

Sofonías 3,14-18a. El Señor será el rey de Israel en medio de ti.

Romanos 12,9-16b. Contribuid en las necesidades del Pueblo de Dios.

Lucas 1 ,39-56. ¿Quién soy yo para que me .. visite la madre de mi Señor?

Jueves 3:
San Justino (s.II), filósofo y mártir.



Hechos 22,30; 23,6-11. Tienes que dar testimonio en Roma.

Juan 17.20-26. Que sean completamente uno.

Viernes 3:
San Marcelino y San Pedro, mártires.

Hechos 25,13-21. Un difunto llamado Jesús, que Pablo sostiene que está vivo.

Juan 21,15-19. Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas.

Sábado 3:
San Carlos Luanga y compañeros mártires de Uganda, condenados por el rey en el siglo XIX.

Hechos 28,16-20.30-31. Vivió en Roma, predicando el reino de Dios.

Juan 21,20-25. Este es el discípulo que ha escrito todo esto, y su testimonio es verdadero.