Comentario Pastoral
VIGILANTES DESDE LA FE

Estar en vela significa renunciar al sueño de la noche. Se suele renunciar al sueño para prolongar el trabajo, para cuidar a un enfermo, para evitar ser sorprendido por el enemigo. Por eso estar en vela es lo mismo que ser vigilante, luchar contra el torpor y la negligencia a fin de conseguir lo que nos proponemos.
El cristiano vive en vigilia para estar pronto a recibir al Señor cuando llegue, ya sea entrada la noche o de madrugada. Todos sabemos que los trabajos de día son más activos, que en la luz estamos más despreocupados. Sin embargo, por la noche instintivamente nos situamos en actitud más expectante, agudizamos el oído ante cualquier ruido, somos más sensibles ante cualquier destello de luz. De ahí que ser vigilante es siempre un trabajo comprometido y responsable, sobre todo cuando hay que vivir en la noche sin ser de la noche.
Mal se puede vigilar si la lámpara de la fe está apagada o escasea el aceite de la esperanza. La alerta supone atención a lo primordial y despego de lo accesorio; exige también sobriedad, es decir, renuncia a los excesos nocturnos. Y no hay que ser vigilante solamente un día, sino todos, pues el cristiano es el hombre perseverante que espera siempre el retorno del Señor.

Andrés Pardo


Para orar con la liturgia
Sea la fe precursora de tu camino, sea la Escritura divina tu camino. Bueno es el celestial guía de la palabra. Enciende tu candil en esta lámpara, para que luzca tu ojo interior, que es la lámpara de tu cuerpo. Tienes multitud de lámparas: enciéndelas todas, porque se te ha dicho: «Tened ceñida la cintura y encendida las lámparas». Donde la oscuridad es muy densa, se necesitan muchas lámparas, para que en medio de tan profundas tinieblas brille la luz de nuestros méritos. » .

San Ambrosio de Milán
Comentario sobre el salmo 118


Palabra de Dios:

Sabiduría 18, 6-9

Sal 32, 1 y 12. 18-19. 20 y 22

Hebreos 11, 1-2. 8-19

San Lucas 12, 32-48

Comprender la Palabra

En la Lectura del Evangelio de este Domingo distinguimos dos partes sin aparente relación entre ellas: a) -la enseñanza de Jesús sobre el desprendimiento de los bienes («Vended…dad. limosna…haceos un tesoro…en el cielo…») y b) -la llamada a la vigilancia activa en el cumplimiento fiel de la tarea encomendada («Dichoso el criado, a quien el Amo lo encuentre portándose así… «).

La enseñanza sobre el desprendimiento necesario para ser conclusión de la Parábola del Rico Avaro (líneas más arriba), que escuchábamos el Domingo pasado.

La exhortación a la vigilancia activa comienza con una breve Parábola: la de los Criados Vigilantes. Esta Parábola centra nuestra atención, porque la 1ª Lectura -fragmento de un extenso Poema sobre la Historia de la Salvación, recogido en el Libro de la Sabiduría- se refiere veladamente a la Cena Pascual Judaica la Noche de la Salida de Egipto (Éxodo o Pascua). Así el Poema nos da la clave de interpretación de la Parábola Evangélica: Hemos de vivir en este mundo -nos dice el Señor- «ceñida la cintura», es decir, dispuestos a la travesía, a ir pasando (pascual, con las lámparas encendidas», es decir, en vigilancia activa, «como los que aguardan a que su Señor vuelva…para abrirle, apenas vuelva y llame». Y entonces El, en recompensa, nos introducirá en el Banquete Glorioso. Pero todo esto se nos anticipa simbólicamente, sacramentalmente, en la celebración de la Solemne Vigilia Pascual, en la que aguardamos vigilantes con los cirios encendidos en la llama del Cirio Pascual, a que el Señor Jesús, Resucitado, Glorioso, venga y nos introduzca en la Sala del Banquete, nos haga sentar a la mesa y el mismo nos vaya sirviendo». He aquí una velada alusión a la Eucaristía: a la Cena Pascual Cristiana, la Celebración Eucarística más importante del Año Cristiano.

«Dichosos los criados, a quienes el Señor, al llegar, los encuentre portándose así… » La Dicha, la Bienaventuranza eterna, en el Banquete Celestial se nos anticipa esta Noche Santa, más aún se prolonga durante el Tiempo Pascual, símbolo del Reino Eterno Glorioso. En la antigua Liturgia Hispana el Tiempo Pascual era denominado «Pascua riente»; la risa, como expresión de la felicidad eterna.


Avelino Cayón


sugerencias litúrgicas

Participamos con gestos corporales (I)


En el momento de comulgar, el gesto de extender las manos, la derecha debajo de la izquierda, para recibir el Pan Consagrado, tomándolo con los dedos de la mano derecha y llevándolo a la boca; o bien, recibiéndolo en la boca de mano del que lo distribuye.
En manera alguna procede tomar el Pan Consagrado del recipiente, el vaso sagrado. Los Sacramentos se reciben. Es Cristo, el Ministro Invisible, quien se nos da, a través del ministro visible, que actúa en Persona de Cristo.

Excepcionalmente el sacerdote que preside y los sacerdotes concelebrantes, que han consagrado el pan y el vino de la Eucaristía, se dan a sí mismos la Comunión.


Avelino Cayón

al ritmo de la semana


La Asunción de la Virgen María – miércoles 15 de agosto

La fiesta de la Asunción de la Virgen María, llamada en oriente de la Dormición de la Virgen María, nos recuerda su tránsito de este mundo al Padre, es decir, su nacimiento para el cielo, su Pascua. La fe católica confiesa que «la inmaculada Madre de Dios, al final de su vida terrena, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo» (Pío XII, noviembre 1950). «En la solemnidad del ] 5 de agosto celebramos la gloriosa Asunción de María al cielo: fiesta en que recordamos su destino de plenitud y bienaventuranza, la glorificación de su alma inmaculada y de su cuerpo virginal, su perfecta configuración con Cristo resucitado. Fiesta que propone a la Iglesia y a la humanidad la imagen y la consoladora garantía del cumplimiento de la esperanza final. Pues dicha glorificación plena es el gozoso destino de todos aquellos a quienes Cristo ha hecho hermanos, teniendo en común con ellos la carne y la sangre» (Marialis Cultus, 6), La misa de la vigilia se fija en el fundamento de la asunción de la Virgen, su divina maternidad. María es glorificada por haber llevado en su seno al Hijo de Dios. La misa del día desarrolla más este misterio, viendo en la Virgen la imagen de la Iglesia. «Hoy ha sido llevada al cielo la Virgen, Madre de Dios; ella es figura y primicia de la Iglesia que un día será glorificada; ella es consuelo y esperanza de tu pueblo, todavía peregrino en la tierra. Con razón no quisiste, Señor, que conociera la corrupción del sepulcro la mujer que, por obra–del Espíritu, concibió en su seno al autor de la vida, Jesucristo».» (Prefacio).


J. L. O.

Para la Semana

Lunes 3:

San Ponciano, papa y San Hipólito, presbítero, condenados a trabajos forzados en las minas de Cerdeña durante la persecución del emperador Maximino (s. III).

Deuteronomio 10,12-22. Circuncidad vuestro corazón. Amarás al forastero, porque forasteros fuisteis.

Mateo 17,22-37. Lo mataron, pero resucitará. Los hijos están exentos de impuestos.

Martes 3:

San Maximiliano-María Kolbe (+ 1941). Ofreció su vida en el campo de concentración de Auschwitz como holocausto de caridad.



Deuteronomio 31,1-8. Sé fuerte y valiente, Josué, porque tú has de introducir a tu pueblo en la tierra.

Mateo 18,1-5.10.12~14. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños.

Miércoles 3:

La Asunción de la Virgen María. La Madre del Hijo de Dios no podía corromperse en el sepulcro; por eso «al final de su vida terrestre» fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo».



Apocalipsis 11,19a; 12,1.3-6a.10ab. Una mujer vestida de sol, la luna como pedestal.

I Corintios 15,20-27a. Primero Cristo como primicia; después todos los que son de Cristo.

Lucas 1,39-56. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí; enaltece a los humildes.

Jueves 3:

San Esteban de Hungría (s. XI). Quiso servir a su pueblo como rey con la mayor generosidad de ánimo.

Josué 3,7-10a.11.13-17. El Arca de la Alianza va a pasar el Jordán delante de vosotros.

Mateo 18,21-19,1. No te digo que perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Viernes 3:


Josué 24,1-13. Tomé a vuestro padre del otro lado del río; os saqué de Egipto, os dí una tierra.

Mateo 19,3-12. Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaras de ‘vuestras mujeres; pero al principio no era así.

Sábado 3:

En Madrid: Beato Nicolás Factor (+ 1520), presbítero, predicador en Valencia y Cataluña, confesor de las Descalzas Reales de Madrid.



Josué 24,14-29. Escoged hoya quien queréis servir.

Mateo 19,13-15. No impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos.