Comentario Pastoral
LAS TENTACIONES DE SIEMPRE

Tentación es todo lo que puede apartarnos, en un momento concreto, del camino trazado por Dios. La tentación es una proposición o insinuación revestida de bondad, que aparece como una liberación, una puerta abierta hacia las obras fáciles, hacia la satisfacción del propio yo.

Al recordar las tentaciones de Cristo, que son las nuestras, es oportuno observar que las insinuaciones del diablo, a excepción quizá de la tercera, no constituyen ningún disparate manifiesto, ni ninguna maldad en sí mismas: manifestarse al pueblo, obrar milagros, evitar el mal… Todo aparece en un plano de gran naturalidad y de cierta bondad humana. Incluso parece escogido exprofeso para entrar en la línea de la vocación mesiánica. De hecho Cristo, más adelante, se manifestará al pueblo, multiplicará los panes, hará milagros y se esconderá de los judíos que le buscan.

La «tentación de los panes? se resuelve con la adhesión a la Palabra de Dios, que es verdadero alimento del espíritu. La «tentación del templo» se resuelve con el rechazo de la pseudoreligión, que en vez de servir a Dios, pretende servirse de Dios. La «tentación del monte» se resuelve con el rechazo del poder opresivo y egoísta y con la aceptación del verdadero señorío de Dios. Tres tentaciones que en vez de producir magia, infidelidad y orgullo producen en Jesús fe, amor y abandono en el proyecto divino. En esta biografía espiritual de Jesús se puede y se debe encuadrar nuestra biografía.

Cristo venció la tentación primera del mesianismo terrenista; el cristiano no debe estar ligado a la materialidad de las cosas. Cristo venció la tentación segunda del mesianismo taumatúrgico; el cristiano debe liberarse de un concepto de religión mágico y publicitario. Cristo venció la tentación tercera del mesianismo político; el cristiano debe liberarse de la idolatría del bienestar y del poder.

Andrés Pardo


Para orar con la liturgia
Cristo al abstenerse durante cuarenta días de tomar alimento,
inauguró la práctica de nuestra penitencia cuaresmal,
y al rechazar las tentaciones del enemigo nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado;
de este modo, celebrando con sinceridad el misterio de esta Pascua,
podremos pasar un día a la Pascua que no acaba.


Prefacio


Palabra de Dios:

Génesis 2, 7-9; 3, 1-7

Sal 50, 3-4. 5-6a 12-13. 14 y 17

san Pablo a los Romanos 5, 12-19

san Mateo 4, 1-11

Comprender la Palabra

El Domingo 1º del Tiempo de Cuaresma escuchamos siempre el relato de la Distancia-Travesía de Jesús por el Desierto de Judea durante «cuarenta» días; allí fue tentado por Satanás… El Relato simboliza el tiempo en que Jesús ejerce su Ministerio Mesiánico, acosado, perseguido, por el Maligno hasta la victoria final, atisbada en el final del Relato: «Entonces le dejó (definitivamente) el diablo y se acercaron los ángeles y le servían «.

También nosotros, en seguimiento de Cristo, atravesamos el «desierto» de nuestra vía en este mundo, simbolizada en la Cuaresma –Cuaresma =Cuadragésima=Cuarenta (días)- Cuarenta significa tiempo provisional; no podemos instalarnos aquí; estamos de paso -Pascua-, hasta llegar a lo definitivo, más allá de este mundo.

En los Domingos de Cuaresma las tres Lecturas se correlacionan. La 2″ Lectura es clave de interpretación de las otras dos. Así la 2ª Lectura nos obliga a fijar nuestra atención en las tentaciones, que Jesús soportó (Lectura del Evangelio) en contraste con la tentación a la que sucumbió Adam (1″ Lectura).

Adam cae en la tentación y «come del árbol del conocimiento del bien y del mal». El árbol simboliza a Dios, el Único, que puede conocer (decidir) lo que es bueno y lo que es malo, para que el hombre se realice, adquiera la plenitud, la felicidad, la divinización. Adam «come», es decir, atenta contra Dios, pretende arrebatarle a Dios su poder de decisión, suplanta a Dios, sé erige en Dios («seréis como dioses en el conocimiento -poder de decisión- del bien y del mal»). Es la tentación constante. Pensemos en el ambiente sociológico actual, en el que, nos movemos. «La muerte» de Dios -se dice con razón- es la muerte del hombre. «Por el pecado de Adam entró la muerte en el mundo». ,

Cristo vence al Maligno, que le tienta, para que ejerza su Ministerio Mesiánico, buscando su seguridad personal («Di que estas piedras se conviertan en panes»), alardeando de su poder («tírate abajo… «), ejerciendo el dominio sobre todos («Todo esto te daré…) Pero Jesús ejercerá su Misión Mesiánica, sumiso a la voluntad del Padre «sin tentar a Dios», «dándole sólo a El culto»,viviendo pendiente de toda palabra, que sale de la boca de Dios». Al final de la 2ª Lectura el Apóstol nos resume su pensamiento (Revelación de Dios). «Si por la desobediencia de un solo nombre (Adam) Todos fueron constituidos pecadores. por la obediencia de un solo (Cristo) todos serán constituidos justos».

Avelino Cayón


sugerencias litúrgicas

Tiempo de Cuaresma


La Cuaresma que nosotros celebramos es una síntesis de un triple itinerario ascético-sacramental: la preparación de los catecúmenos al bautismo, la penitencia pública y la preparación de toda la comunidad cristiana para la Pascua. «La celebración anual de la Cuaresma es un tiempo favorable, durante el cual se asciende a la santa montaña de la Pascua. El tiempo de Cuaresma. con su doble carácter, prepara tanto a los catecúmenos como a-los fieles en orden a la celebración del misterio pascua!. Los catecúmenos se encaminan hacia los sacramentos de la iniciación cristiana, tanto por la ‘elección’ y los escrutinios’, como por las catequesis; los fieles. por su parte, dedicándose con más asiduidad a escuchar la palabra de Dios y a la oración. y mediante la penitencia, se preparan a renovar sus promesas bautismales»‘(Ceremonial de Obispos, núm. 249): “Por él (Cristo, Señor nuestro) concedes a tus hijos anhelar, año tras año, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que, dedicados con mayor entrega a la alabanza divina y al amor fraterno, por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios» (Prefacio 1 Cuaresma). «Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la ‘montaña santa, con él corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu Palabra, y experimentar con gozo tus maravillas» (Prefacio V Cuaresma)


J.L.O.


al ritmo de la semana


San Cirilo, monje y San Metodio, obispo – 14 de febrero

El 14 de febrero se celebra la fiesta de los Santos Cirilo y Metodio, proclamados por Juan Pablo II el 31 de diciembre de 1980, junto con San Benito, abad, copatronos de Europa.

Metodio y Constantino, llamado Cirilo después de su profesión religiosa, eran hijos de un alto funcionario de Bizancio destacado en Tesalónica, donde nacieron hacia el año 825. Después de haber estudiado en Constantinopla, fueron enviados por el patriarca Focio a Moravia, donde lograron un gran éxito apostólico por la creación del alfabeto eslavo y la traducción en esta lengua de la Biblia y de la liturgia, adaptándose a los pueblos evangelizados. Son un ejemplo de adaptación del mensaje a la cultura del pueblo, conciliando la búsqueda de la unidad con el rechazo de la uniformidad. Fueron denunciados ante el papa por los misioneros latinos y tuvieron que regresar a Roma para presentar sus disculpas el año 868. Al año siguiente moría allí mismo Constantino, habiendo profesado de monje con el nombre de Cirilo. Metodio fue ordenado obispo de Sirmio y enviado por el Papa como legado apostólico de los eslavos. Habían de surgir ciertas discrepancias entre Roma y el legado con relación a la lengua litúrgica, hasta el punto de ser desaprobado éste por un sínodo. Aunque el papa Juan VIII lo defendió, prohibió durante algún tiempo el uso de] eslavo en la liturgia y restringió la jurisdicción de Metodio. Murió en Checoslovaquia en 885, y fue enterrado con los ritos eslavo, griego y latino.

La obra de los dos copatronos de Europa constituye una aportación eminente para la formación de las comunes raíces de Europa, no obstante la diversidad de tradiciones: la oriental, derivada de Constantinopla, y la occidental, derivada de Roma. Y a la vez una contribución decisiva para la construcción de Europa, no sólo en la comunión religiosa, sino también en vista de su unión civil y cultural.



J. L. O.

Para la Semana

Lunes 3:


Levítico 19,1-2. 11-18. Juzgarás con justicia a tu prójimo.

Mateo 25,31-36. Lo que hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicísteis.

Martes 3:

Isaías 55,10-11. Mi Palabra no volverá a mí vacía, sino que hará mi vo1untad.

Mateo 6-7.15. Vosotros rezad así.

Miércoles 3:

Jonás 3,1-10. Los habitantes de Nínive se arrepintieron de su mala conducta.

Lucas 11 ,29-32. A esta generación no se le dará más signo que el de Jonás.

Jueves 3:
San Cirilo, monje, y San Metodio, obispo (s. IX), infatigables predicadores del Evangelio, copatronos de Europa.

Hechos 13,46-49. Sabed que nos dedicamos a los gentiles.

Lucas 10,1-9. La mies es abundante y los obreros pocos.

Viernes 3:

Ezequiel 18,21-28. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado y no que se convierta de su camino y viva?

Mateo 5,20-26. Vete primero a reconciliarte con tu hermano.

Sábado 3:

Deuteronomio 26,16-19. ¡Serás un pueblo consagrado al Señor tu Dios!

Mateo 5,43.48. Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.