Comentario Pastoral
QUIERO MISERICORDIA Y NO SACRIFICIOS

E1 auditorio al que frecuentemente se dirige Jesús está compuesto por una colección de casos considerados irrecuperables desde el punto de vista de la moral rabínica: pecadores, marginados, enfermos, gente que no conoce la Ley y los Profetas, publicanos, prostitutas, etc. Los fariseos se lo echan en cara frecuentemente a Jesús, así como la clase dirigente judía compuesta además por los escribas, intelectuales arrogantes, y los ancianos.

Hoy, en la perícopa evangélica que se lee en este domingo, cobra relieve la figura de un publicano, Mateo, odiadísimo representante de una clase detestada, por ser signo visible de la opresión imperialista de Roma y de la humillación política del pueblo hebreo. Jesús escoge a Mateo para ser discípulo suyo. Y a la obvia oposición farisaica ante este hecho singular, Jesús replica con un elemental proverbio popular («no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos») y con una motivación teológica sacada de la Biblia, perteneciente al texto de Oseas leído también en este domingo: («quiero misericordia y no sacrificio?). Hay que esforzarse por conocer a Dios y encontrarlo allí donde él dice que está: en la práctica de la misericordia, de un amor que se debe enjusticia y que no puede sustituirse con un culto y unos holocaustos encubridores.

Para ser verdadero discípulo del Señor y entrar en su compañía y seguimiento hay que convertirse totalmente, y abandonar todo lo que hacemos, si es necesario, como hizo San Mateo. Por otra parte, no es fácil reconocer y admitir en la comunión eclesial a quienes hemos considerado pecadores y paganos intransigentes con la fe de la Iglesia de Jesús.

Un tratado talmúdico del siglo segundo anterior a Cristo, desde el punto de vista religioso, ponía la subsistencia del mundo en tres cosas: “la ley, el culto del templo y las obras de misericordia». Estas tres líneas de acción convergen en la exaltación de una fe que se basa en el amor, la fidelidad, la justicia y la misericordia».

Andrés Pardo


Palabra de Dios:

Oseas 6, 3-6

Sal 49, 1 y S. 12-13. 14-15

san Pablo a los Romanos 4, 18-25

san Mateo 9, 9-13

Comprender la Palabra

El Evangelista San Mateo, al redactar su Evangelio -la parte central, correspondiente al Ministerio Mesiánico de Jesús- organiza el contenido, que recibe de San Marcos, cuyo Relato Evangélico tiene presente, y de otras fuentes escritas y orales, distribuyéndolo en cinco grandes Secciones. Cada una de ellas comienza con una gran Recopilación de ense11anzas, referentes a asuntos de suma importancia para la vida de la Iglesia. A continuación de cada Recopilación (discurso, Sermón) a11ade diversos episodios… Este esquema: Enseñanza Actividades diversas, se repite cinco veces.

¿Pretende el Evangelista San Mateo darnos a entender que el Relato Evangélico es el Nuevo Pentateuco (penta – teuco= Cinco Libros), es decir, la Nueva Torah, la Nueva Ley? También el Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) está escrito alternando enseñanzas-leyes y hechos. ¿Pretende San Mateo decirnos que Jesucristo es el Nuevo Moisés, que está por encima de Moisés («Habéis oído que se dijo… pero Yo os digo… «)? La tradición judaica atribuye a Moisés el Pentateuco y ciertamente Moisés está en el fondo del Escrito.

Escuchamos hoy el único episodio del conjunto de hechos, que el Evangelista sitúa inmediatamente después de la Primera Recopilación de enseñanzas (Sermón de la Montaña). La elección del Episodio es obligada; se trata de la vocación-conversón de San Mateo.

El interés del Relato está en la cita, que Jesús hace del Profeta 05eas; cita, que escuchamos previamente en la 1ª Lectura: «Misericordia quiero y no sacrificios». «Aprended lo que significa» -amonesta el Señor. En la misericordia consiste el sacrificio. Si fijamos la atención en el ministerio Mesiánico de Jesús, observaremos que toda su vida es ofrenda-sacrificio – el sacrificio existencial-. Toda su vida la vive pendiente de la voluntad del Padre, que no es otra sino la entrega amorosa-MISERICORDIA- en el servicio a todos, hasta la muerte de cruz: hasta la Resurrección. He aquí el auténtico sacrificio, que tuvo su expresión (debió tenerla) en los sacrificios rituales del Templo de Jerusalén y que tiene su expresión sacramental en el Memorial del Sacrificio de Cristo: la Eucaristía

Avelino Cayón


sugerencias litúrgicas

Ofrecer las pequeñas dificultades cristianas


Quisiera añadir aún una pequeña observación sobre los acontecimientos de cada día que no es del todo insignificante. La idea de poder «ofrecer» las pequeñas dificultades cotidianas, que nos aquejan una y otra vez como punzadas más o menos molestos, dándoles así un sentido, eran parte de una forma de devoción todavía muy difundida hasta no hace mucho tiempo, aunque hoy tal vez menos practicada. En esta devoción había sin duda cosas exageradas y quizás hasta malsanas, pero conviene preguntarse si acaso no comportaba de algún modo algo esencial que pudiera sernos de ayuda. ¿Qué quiere decir «ofrecer»? Estas personas estaban convencidas de poder incluir sus pequeñas dificultades en el gran com-padecer de Cristo., que así entraban a formar parte de algún modo del tesoro de compasión que necesita el género humano. De esta manera, las pequeñas contrariedades diarias podrían encontrar también un sentido y contribuir a fomentar el bien y el amor entre los hombres. Quizás debamos preguntamos realmente si esto no podría volver a ser una perspectiva sensata también para nosotros.


Benedicto XVI

Enciclica «Spe Salvi”, n. 40

al ritmo de la semana


San Bernavé, apostol. Patrono de Europa – 11 de junio

José, a quien los apóstoles llamaban por sobrenombre Bernabé, que quie¬re decir hijo de la consolación (o de la pro¬fecía), levita, chipriota de nacimiento, hom¬bre bueno, lleno del Espíritu Santo y de la fe». Es el elogio que le tributa el libro de los
Hechos los Apóstoles (4,36 37), en el cual es llamado ‘apóstol. Tenía un campo, lo vendió y trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles. Parece que se hizo cristia¬no poco después de Pentecostés. En todo caso, tomó en serio el Evangelio, El nombre describe al hombre, al cual se le ve surgir siempre que hay que apaciguar un conflic¬to o conciliar puntos de vista encontrados.
Si acertaba en esto no era tanto porque po¬seyera un temperamento afable, sino por¬que era un hombre lleno de Dios.

Bernabé no dudó nunca en patrocinar los primeros pasos de Pablo en una comunidad que mantenía un tanto sus reservas respecto a aquel convertido, cuya hostilidad anterior no olvidaba. Fue compafiero suyo en los inicios de su actividad misionera entre los paganos. Después del concilio de Jerusalén, el aflo 49, sobrevendrá un desacuerdo entre los dos apóstoles en relación con Juan Marcos, y en lo sucesivo seguirá cada uno por su propio camino. Bernabé volvió a su patria Chipre. Fue apedreado por los judíos en Salamina. Dio testimonio del Señor confesando con valentía su fe en Antioquía de Pisidia y en Iconio.

«Señor, tú mandaste que San Bernabé, varón lleno de fe de Espíritu Santo, fuera designado para levar a las naciones el mensaje de salvación; concédenos, te rogamos, que el Evangelio de Cristo que él anunció con tanta firmeza, sea siempre proclamada en la Iglesia con fidelidad de palabra y de obra» (Oración colecta).


J. L. Otaño

Para la Semana

Lunes 3:


1 Reyes 17,1-6. Elías sirve al Señor Dios de Israel.

Mateo 5,1-12. Dichosos los pobres en el espíritu

Martes 3:

1 Reyes 17,7-16. La onza de harina no se vació como lo había dicho el Señor por medio de Elías.

Mateo 5,13-16. Vosotros sois la luz del mundo.

Miércoles 3:
San Bernabé, apóstol, compañera de San Pablo, intervino en el Concilio de Jerusalén, predicó el Evangelio en Chipre.

Hechos 11,21b 26; 13,1 3. Era hombre de bien, lleno de Espirim Santo y de fe.

Mateo 10,7 13. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca

Jueves 3:


1 Reyes 18,41-46. Elías oró, y el cielo derramó lluvia.

Mateo 5,20-26. Todo el que está peleado con su hermano será procesado.

Viernes 3:
San Antonio de Padua (+ 1231), franciscano portugués, que ejerció su apostolado en Italia.

1 Reyes 19,9a.11-16.Ponte de pie en el monte ante el Señor.

Mateo 5,27-32. El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero.

Sábado 3:


1 Reyes 19,19-21. Eliseo se levantó y marchó tras Elías.

Mateo 5,23-27. Yo os digo que no juréis en vano