Comentario Pastoral
NACIDO DE MUJER SE LLAMARÁ JESÚS

E1 calendario hace coincidir, esta vez, el comienzo del año con un domingo. Feliz coincidencia. El día del Señor se hace uno con la fiesta de Santa María en medio de las celebraciones navideñas. Se trata de una magnífica oportunidad de contemplar, a un tiempo, lo que nunca debemos separar en nuestra meditación: el misterio de la cercanía de Dios y el modo concreto e histórico de hacerse real esa presencia.
La figura de María nos recuerda permanentemente algo que tendemos a olvidar: que Dios ha «jugado limpio» con nosotros. Que ha tomado en serio nuestra humanidad y, desde lo más profundo de ella, nos ha invitado a descubrirla en su capacidad de insospechado crecimiento. Las palabras de san Pablo, llenas de estremecedora sobriedad, lo dicen todo de manera admirable: «nacido de mujer, nacido bajo la ley».
En el evangelio de la Misa del 1 de enero se lee, al final, que al hijo de María se le impuso el nombre de Jesús, tal como había anunciado el ángel. Meditar en el significado de este nombre santo es descubrir la revelación de Dios, manifestada en la salvación ofrecida a todos los hombres.
Cuando una persona nos dice su nombre y nos invita a que la llamemos así nos introduce en su intimidad. Es signo de confianza y de amistad. Para el semita el nombre es la definición de la persona que lo lleva. Al contrario de lo que ocurre en nuestra sociedad moderna, no se imponía el nombre por razones de euforia o gusto personal.
Jesús significa salvador. Vino a revelarnos el amor infinito de Dios. Jesús es el verdadero «hermano del hombre”, nacido de mujer, que consagra la carne y el tiempo humano.

Andrés Pardo


Para orar con la liturgia
Dios eterno, principio de toda criatura
concédenos que en este año, cuyo comienzo te ofrecemos,
abundemos en bienes de la tierra,
seamos luz de¡ mundo por la santidad de nuestras obras
y podamos vivirlo día a día en tu paz y en tu amor.


Al comienzo del año civil.
Oraciones colecta y sobre las ofrendas


Palabra de Dios:

Números 6. 22-27

Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8

san Pablo a los Gálatas 4, 4-7

san Lucas 2, 16-21

Comprender la Palabra

En la Celebración de este Día confluyen motivos diversos:
Hoy es la Octava de la Navidad: la Solemnidad de la Natividad del Señor, prolongada durante ocho días, como si fueran uno solo. Por tanto, Hoy celebramos también el Nacimiento de Cristo, La Lectura del Evangelio es continuación de la Lectura del Evangelio de la Solemnidad de la Navidad del Señor (Misa de Medianoche): los pastores, iluminados por la Palabra Revelación de Dios, se ponen en camino a Belén y verifican el Anuncio del Angel; contemplan, adoran y dan testimonio: «Contaron todo lo que les habían dicho de aquel Niño». «Y todos los que lo oían -los alojados en la posada se admiraban de lo que decían los pastores».
El Relato del Nacimiento del Señor concluye, diciendo: «A los ocho días tocaba circuncidar al Niño… «. La Celebración de este Día, durante siglos, tuvo como título Solemnidad de la Circuncisión del Señor. El Apóstol San Pablo nos advierte (2ª Lectura) que «Dios envió a su Hijo … nacido bajo la Ley (mosaica) que prescribe la circuncisión para rescatar a los que vivían bajo la Ley», liberándonos de la minuciosa legislación particularista judaica.
Hoy es, sobre todo como dice el título recuperado de siglos atrás la Solemnidad de Santa María Madre de Dios. El icono de María aparece con todo su relieve en la Lectura del Evangelio: «Los pastores encontraron a María y a José y al Niño acostado en un pesebre». De nuevo San Lucas vuelve a mencionarla: «Y María conservaba todas estas cosas lo que contaban del Niño los pastores , meditándolas en su corazón «. Y el Apóstol San Pablo implícitamente confiesa la Maternidad Divina de María: «Cuando se cumplió el tiempo, mandó Dios a su Hijo, nacido de una Mujer… » (2ª Lectura),
Y un motivo más tenemos en cuenta en la Celebración de este Día: el Comienzo del Año Nuevo Civil. En la lª Lectura escuchamos la Bendición Solemne, que el Sumo sacerdote del Templo de Jerusalén pronunciaba al comienzo del año judaico, al final de la recolección en Otoño.


EPIFANÍA DEL SEÑOR

La Solemnidad de la Epífanía del Señor junto con la Solemnidad de la Navidad del Señor dan consistencia al Tiempo de Navidad. Ambas Solemnidades son EPIFANÍA, término griego, que significa MANIFESTACIÓN; manifestación del Señor: manifestación de su Divinidad, a través de su Humanidad.
Existe un paralelismo entre los Relatos Evangélicos de la Natividad del Señor (Misa de Medianoche en la Solemnidad de la Navidad) y de la Epifanía del Señor.
En ambos Relatos, los Pastores y los Magos, reconocen al Señor (Dios) en el Recién Nacido en Belén: Los Magos, al ver al Niño con María su Madre «cayendo de rodillas, lo adoraron»; los Pastores «encontraron a María y a José y al Niño acostado en el pesebre» y «se volvieron, dando gloria y alabanza a Dios por los que habían visto y oído».
En ambos Relatos, el fenómeno luminoso: “la luz, que les envuelve con su claridad» a los Pastores; y “la estrella», que «comenzó a guiar a los Magos». La «claridad» de la visión angélica y “la estrella» son símbolos de la Revelación Divina y de la Fe.
Pero en uno y, otro Relato lo decisivo fue la Palabra (Revelación de Dios, que suscita la fe, la fe conversión a Jesucristo. Así en el anuncio, que reciben los Pastores: «Hoy os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor». Así también en la respuesta (Sagrada Escritura), que reciben los Magos: «De tí (Belén) saldrá un Jefe , que será el Pastor (Mesías, Dios-Pastor) de la Casa de Israel».
Los Magos simbolizan a todos los que, iluminados por la Luz de Dios en Cristo, reflejada en la Iglesia, se ponen en camino, según la Visión del Profeta Isaías (1ª Lectura).
Y este es el Misterio, al que se refiere el Apóstol San Pablo en la 2ª Lectura.



Avelino Cayón


celebrar mejor


Reyes Magos y regalos

Con la fiesta de los Reyes Magos o de los regalos clausuramos la Navidad. ¿Una Navidad sentimental o comercial o familiar o popular, o más bien cristiana, vivida a la luz de la fe, en un clima de recogimiento y de paz, o un poco de todo?
Nuestra imaginación se ha desbocado en torno a los Reyes Magos. La tradición cristiana ha completado y adornado esta historia sobre un relato más austero del Evangelio. Hemos convertido en reyes a los que para San Mateo sólo eran magos. En el siglo IV, la piedad popular afirmó que eran tres, en el XV se determinaron sus razas y les pusieron los nombres de Melchor (blanco). Gaspar (amarillo) y Baltasar (negro). Según San Mateo los magos ofrecieron tres dones a Jesús: oro como rey, incienso como Dios y mirra como hombre. Los hemos representado montados en bellos caballos, camellos o dromedarios.
La generosa donación de los magos ha dado lugar a los regalos que unos y otros nos intercambiamos, como expresión de una amistad sincera. Lo paradójico de esta sociedad es que sabe crear gestos tan humanos como el regalo, vaciándolos de su contenido más profundo. Todo ha sido convenientemente explotado: se nos invita a comprar, consumir y gastar siempre más y más. Nuestra sociedad interesada y egoísta está olvidando lo que es el verdadero regalo: saber que el Dios, a quien nadie ha visto jamás, se nos ha manifestado ahora en Jesús. Es saber que no podemos vivir únicamente de lo prosaico o de los regalos de la vida y que hay que buscar siempre una estrella, un sentido, una brújula que dé consistencia a lo que tenemos entre manos. Es saber que esa estrella nos señala siempre a ese «Dios con nosotros», junto a su Madre, que es siempre nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida. Que no transformemos la fiesta de hoy en la fiesta de un despilfarro sin imaginación y de un consumo absurdos, sino que gocemos del regalo que nos ha hecho el mismo Dios, el único que sabe regalar de verdad.



J. L. O.

Para la Semana

Lunes 3:
San Basilio (330 370), obispo de Cesárea de Capadocia, luchador contra los arrianos, escritor notable y San Gregorio (3 3 0 3 90), ob ispo de Constantinopla, teólogo, doctor.

1 Juan 2,22 28. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Juan 1, 19 28. En medio de vosotros hay uno que no conocéis.

Martes 3:
Santísimo Nombre de Jesús.



1 Juan 2,29 3,6. Todo el que permanece en él no peca.
Juan 1,29 34. Este es el Cordero de Dios.


Miércoles 3:

1 Juan 3,7 10. No puede pecar, porque ha nacido de Dios.
Juan 1,35 42. Hemos encontrado al Mesías.

Jueves 3:

1 Juan 3,11 2 1. Hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos.

Juan 1,43 51. Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel.

Viernes 3:
Epifanía del Señor. La estrella condujo a los Magos a Jesús para adorarle y ofrecerle sus dones. Jesús viene a iluminar a los hombres de todos los confines de la tierra.

Isaías 60,1 6. La gloria del Señor amanece sobre ti.
Efesios 3,2 3a.5 6. Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos de la promesa.
Mateo 2,1 12. Venimos de Oriente para adorar al Rey.

Sábado 3:
San Rairnundo de Peñafort (1175-1275), canónigo de Barcelona, dominico, general de su Orden, especialista en el sacramento de la reconciliación.

l Juan 3,22 4,6. Examinad si los espíritus vienen de Dios.
Mateo 4,12 17.23 25. Está cerca el reino de los cielos