Comentario Pastoral
EL ESCÁNDALO DEL PROFETA

Este puede ser el título emblemático (tiene un significado que va más allá del episodio), que resume el contenido de los textos bíblicos que se leen en la eucaristía de este domingo decimocuarto ordinario.
La primera experiencia escandalizante es la de Ezequiel (primera lectura), Se narra la vocación de este profeta en clave de meditación sobre la dramaticidad de la misión profética en un mundo incomprensivo y hostil. El profeta es un mártir en el doble sentido de «testimonio» y de «hombre inmolado». Israel es un pueblo testarudo y obstinado, pero que no podrá hacer callar ni ignorar la voz del profeta, que habla con firmeza de parte de Dios.
En la segunda lectura escuchamos un trozo de la carta a los Corintios, que es una autobiografía de San Pablo, apóstol contestado, incomprendido y rechazado. Su ministerio pasa por muchas pruebas y se desarrolla en medio de debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades. De igual suerte, el cristiano, que en todo momento debe ser profeta de la fe y del amor en un mundo en el que la incredulidad y el egoísmo avanzan con fuerza esterilizante, ha de estar dispuesto a superar la debilidad congénita del pecado y la humillación del rechazo.
El punto culminante es la narración evangélica del rechazo de Jesús en su patria. Al retornar a Nazaret después de haber iniciado su ministerio público, lo hace no como el simple carpintero de meses anteriores, sino como maestro que habla con autoridad y llama a la fe auténtica. La escena se desarrolla en la sinagoga, centro local del culto y de la oración, Podemos imaginamos la expectativa y curiosidad de los nazaretanos. El resultado fue una nueva sabiduría, y una imposición de manos curativa sobre los enfermos que circundaban la sinagoga. Jesús no fué escuchado en su patria entonces, ni ahora su evangelio es bien recibido e interpretado, porque el hombre prefiere seguir viviendo en la tiniebla en vez de en la luz, que presenta la novedad de Dios, el cambio de mentalidad y de vida,

Andrés Pardo


Para orar con la liturgia
«Cristo, que es Maestro y Señor nuestro, manso y humilde de corazón, atrajo e invitó pacientemente a los discípulos. Cierto que apoyó y confirmó su predicación con milagros para excitar y robustecer la fe de los oyentes, pero no para ejercer coacción sobre ellos. Cierto que reprobó la incredulidad de los que le oían, pero dejando a Dios el castigo para el día del Juicio. Al enviar a los Apóstoles al mundo, les dijo: «El que creyere y fuere bautizado, se salvará; más el que no creyere, se condenará».

Mc 16,16


Palabra de Dios:

Ezequiel 2, 2-5

Sal 122, 1-2a. 2bcd. 3-4

san Pablo a los Corintios 12, 7b-10

san Marcos 6, 1-6

Comprender la Palabra

Concluye la segunda Sección de la Primera Parte del Evangelio según San Marcos con el episodio de Jesús en la sinagoga de Nazaret.


Pone de relieve el Evangelista la falta de fe de los oyentes de Jesús, sus paisanos, vecinos, parientes, que le han visto crecer y le han tratado como a uno de tantos día tras día. En la escena, que Marcos nos describe con su gracejo personal, nos ha dejado constancia de las murmuraciones de unos y otros, mientras escuchan: «¿De dónde saca todo eso? ¿No es este el carpintero? .. » Se topan con el muro inevitable de lo humano de Jesús y son incapaces de traspasar el muro y percibir lo Transcendente.


No es esta la primera vez que San Marcos nos hace constar la falta de fe, la dureza de corazón, la falta de atención, el desinterés, de los oyentes de Jesús. Su ministerio mesiánico no fue tarea fácil, como bien sabemos. En la 1 a Sección de la Primera Parte del Evangelio según San Marcos, el Evangelista pone de relieve la hostilidad de los dirigentes religiosos contra Jesús, porque se centra en lo esencial, en los mandamientos de Dios -v.gr., curar en sábado- y pasa por alto preceptos humanos, aunque tengan carácter religioso, contenidos en la Legislación Mosaica. La hostilidad llega hasta el extremo de »ponerse pe acuerdo los fariseos y los herodianos para planear el modo de acabar con El». Así concluye la 1ª Sección.


En la 2ª Sección el Evangelista nos deja constancia de la incomprensión y la falta de fe de los oyentes hasta el extremo de pensar que «Jesús no estaba en sus cabales» o que «tenía dentro a Belcebú y que echaba los demonios en nombre del jefe de los demonios».


La hostilidad y la incomprensión culminarán en la Pasión y Muerte de Cruz.

Jesús es consciente de ser el Profeta despreciado, al que se refiere el Profeta Ezequiel. En Jesucristo se cumple el Oráculo Divino, dirigido al profeta Ezequiel en primer término: «Ellos, te hagan caso o no te hagan caso (pues son un pueblo rebelde), sabrán que hubo un profeta en medio de ellos» (1ª Lectura).



Avelino Cayón


sugerencias litúrgicas

La participación de los fieles en la Eucaristía


La encíclica Mediator Dei (Pío XII, 1947) enseña expresamente que la Eucaristía es centro y fuente de la verdadera piedad cristiana, ocupándose también de los fieles en el sacrificio eucarístico para poder obtener sus frutos de salvación. Con todo detalle analizó Pío XII (+ 1958) el significado y el alcance de la participación. Esta constituye un deber de los fieles. «No con un espíritu pasivo y neligente, discurriendo o divagando por otras cosas, sino de un modo intenso y tan activo, que estrechísimamente se unan con el Sumo Sacerdote».

La participación ha de ser, ante todo, interna, es decir, «ejercitada con ánimo piadoso y atento, a fin de unirse íntimamente al Sumo Sacerdote … y con él y por él ofrecer el sacrificio». Los fieles participan de modo activo al ofrecer el sacrificio eucarístico por ministerio del sacerdote, y en cuanto ellos mismos ofrecen unidos a Cristo.


Mons. Julián López Martín


Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia, con ocasión de cumplirse en el 2008 los 50 años de la muerte de Pío XII

al ritmo de la semana


San Benito, Abad. Patrono de Europa – 11 de julio

Con razón se ha llamado a San Benito padre de los monjes de Occidente y fue declarado por Pablo VI en 1964 patrono de Europa, juntamente con los santos Cirilo y Metodio. Su nombre significa «bendito”, bendito de Dios y de su Iglesia. Nació Benito en Nursia por el año 480. Luego de haber estudiado en Roma, con la idea de romper con el mundo se retiró a Subiaco para llevar una vida eremítica. Se trasladó después a Casino en donde fundó el célebre monasterio y escribió la Regla para los monjes. Pronto se extendió desde Monte Casino por el occidente europeo una red de monasterios, observantes de la Regla de San Benito, en la que supo conjugar la experiencia ascética del talante cristiano y el sentido humano de la vida occidental con los más puros valores del Evangelio. San Benito quiso fundar una escuela en que se aprendiera a «servir al Señor», por la senda de los mandamientos con libertad de corazón»; hizo de la concordia fraterna y de la paz el alma de la vida comunitaria, insistiendo por encima de todo en el servicio de Dios por medio de la oración y de la disponibilidad con los hermanos, en los que hay que descubrir al mismo Jesús. Los monjes benedictinos, cuyo lema es llorar y trabajar» llevaron a cabo silenciosa y pacientemente durante largos siglos, la tarea de evangelización de los pueblos bárbaros, que en su día se asentaron en la Europa occidental.Y, con el Evangelio, supieron, llevarles también la cultura en todas sus. dimensiones: desde el cultivo del campo hasta las letras y la convivencia ciudadana.


J. L. O.

Para la Semana

Lunes 3:

Génesis 28, l 0-22. Vio una escalinata y ángeles de Dios que subían y bajaban y a Dios que hablaba.

Mateo 9,18-26. Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, y vivirá.

Martes 3:


Génesis 32,22-32. Te llamarás Israel, porque has luchado contra dioses y has podido.

Mateo 9,32-38. La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos.

Miércoles 3:

Génesis 41,55-57; 42,5-7.17-24a. Estamos pagando el delito contra nuestro hermano.

Mateo 10,1-7. Id a las ovejas descarriadas de Israel.


Jueves 3:

Génesis 44, 18-21.23b-29;45, 1-5. Para salvación me envió Dios a Egipto.

Mateo 10,7-15. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.


Viernes 3:


Génesis 46,1-7.28-30. Puedo morir, después de haberte visto en persona.


Mateo 10,18-23. No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre.

Sábado 3:
San Benito (480-547), abad, patrono de Europa. Figura cumbre de la vida monástica por su testimonio personal y su Regla de vida. Su lema: ora y trabaja.

Proverbios 2,1-9. Presta atención a la prudencia.

Mateo 19,27-29. Vosotros, los que me habéis seguido, recibiréis cien veces más.