PRIMERA LECTURA

Construid el Templo, para que pueda complacerme

Comienzo de la profecía de Ageo 1, 1-8

El año segundo del rey Darío, el mes sexto, el día primero, vino la palabra del Señor, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Josadak, sumo sacerdote:
«Así dice el Señor de los ejércitos:
Este pueblo anda diciendo:
«Todavía no es tiempo de reconstruir el templo.»»
La palabra del Señor vino por medio del profeta Ageo:
«¿De modo que es tiempo de vivir en casas revestidas de madera, mientras el templo está en ruinas?
Pues ahora -dice el Señor de los ejércitos meditad vuestra situación: sembrasteis mucho, y cosechasteis poco, comisteis sin saciaros, bebisteis sin apagar la sed, os vestisteis sin abrigaros, y el que trabaja a sueldo recibe la paga en bolsa rota. Así dice el Señor: Meditad en vuestra situación: subid al monte, traed maderos, construid el templo, para que pueda complacerme y mostrar mi gloria -dice el Señor-.»

Palabra del Señor.