Comentario Pastoral
SABIDURÍA Y DESPRENDIMIENTO

Dos grandes temas de profundo valor teológico se nos proponen a nuestra consideración en este vigésimo octavo domingo ordinario: ¿en qué consiste la verdadera sabiduría ¿qué hay que hacer para seguir verdaderamente a Cristo? La primera lectura de la Misa es el elogio que el rey Salomón hace de la sabiduría, obtenida a través de la plegaria, Es un don mayor que toda riqueza, más que los cetros y los tronos, más que la salud, la belleza y la luz del día, En la Biblia la sabiduría no es la acumulación de conocimientos adquiridos con la experiencia de la vida, el estudio y el trato con los hombres sabios, Tiene una dimensión religiosa, es fruto de la cercanía a Dios, el Sumo Sabio, y se expresa en la piedad y en la observancia de la ley. En el mundo de hoy, ¿se puede llamar sabio al hombre espiritual? Evidentemente que sí. Porque el hombre sabio es el que intenta ver y juzgar las cosas y los acontecimientos como los juzga Dios: guiado por el Espíritu de la Sabiduría y ayudado por la fe traspasa las apariencias y trata de llegar hasta el interior. La verdadera sabiduría, hoy como siempre, no es principalmente un acto de la inteligencia, sino del corazón, es decir, de toda la persona. La sabiduría espiritual es gustar y ver qué bueno es el Señor. El segundo tema es el desprendimiento, dejar lo que se tiene para seguir a Cristo. El joven que se acercó a Jesús había cumplido los mandamientos desde pequeño, y estaba lleno de ideales más altos y de aspiraciones más grandes. Porque era bueno y bien intencionado, quería superar la simple observancia de la ley, para no quedarse en una religión de obligaciones cumplidas. De repente, Jesús le propone, con mucho amor, algo nuevo, impensado. Es llamado a un radicalismo para seguirle. Para emprender la aventura del Espíritu hay que ser capaz de dejar todo: riquezas, relaciones útiles, buen puesto en la sociedad. Vender los bienes materiales es adquirir la libertad interior, superar ataduras terrenas, abandonar privilegios confortables, para alcanzar la disponibilidad del corazón que hace al hombre pobre de espíritu y rico en Dios.


Andrés Pardo


Para orar con la liturgia
«Desde la profundidad del corazón surge la apregunta que el joven rico dirige a Jesús de Nazaret: una pregunta esencial e ineludible para la vida de todo hombre, pues se refiere al bien moral que hay que practicar y a la vida eterna. El interlocutor de Jesús intuye que hay una conexión entre el bien moral y el pleno cumplimiento del propio destino. El es un israelita piadoso que ha crecido, diríamos, a la sombra de la Ley del Señor…Siente la necesidad de confrontarse con aquel que había iniciado su predicación con este nuevo y decisivo anuncio: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva».

Juan Pablo II, VS 8


Palabra de Dios:

Sabiduría 7, 7 11

Sal 89, 12-13. 14-15. 16-17

Hebreos 4, 12-13

san Marcos 10, 17-30

Comprender la Palabra

Atención a las palabras, con que comienza la Lectura del Evangelio: “Cuando salía Jesús al camino…” Se entiende el camino, que Jesús ha emprendido desde Galilea hasta Jerusalén, donde tendrá lugar el Acontecimiento de la Pascua de Cristo: su Muerte y Resurrección. El Camino, jalonado por las tres predicciones de la pasión-Muerte-Resurrección de Cristo, constituye la 1ª Sección de la 2ª Parte del evangelio según San Marcos. Por el camino de Jesús imparte sus enseñanzas, en el fondo de las cuales le encontramos a Él; Él es el Camino.

En el diálogo de Jesús con el Joven Rico el centro de interés está en la propuesta de Jesús: “Una cosa te falta; vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres… y luego sígueme” (por el camino, que es Cristo).

Lo que Jesús le propone al Joven no es otra cosa diversa de lo que ya venía haciendo. Le está invitando a profundizar en los Mandamientos, que el Joven dice cumplir. Le incita a cumplirlos en toda su radicalidad. Obsérvese que los Mandamientos, que Jesús le enumera no son los referentes al amor, al culto, de Dios, sino los referentes al amor al prójimo. Le invita, como a los demás discípulos, como a los apóstoles, a entregar su vida en el servicio, por amor al prójimo, en seguimiento de Cristo, cuya vida consiste en el Servicio – el Servicio Mesiánico – hasta la muerte, hasta la Resurrección.

Ciertamente realizar este Programa de vida (Reino, Proyecto de Dios) que lleva consigo la transformación, la plenitud, del hombre, excede la capacidad humana; “es imposible para los hombres, no para Dios, Dios lo puede todo.

Sin embargo cuántos a lo largo de la Historia, como Pedro y los demás Apóstoles, “lo han dejado todo y han seguido a Jesús”. “Cuántos, en expresión del Autor del Libro de la Sabiduría (1ª Lectura), “han preferido a quién es la Sabiduría y en su comparación han tenido en nada la riqueza…pues todos los bienes juntos les han venido con Él” Como el mismo Cristo les asegura, “recibiréis ahora cien veces más… y en la edad futura vida eterna”

Avelino Cayón


sugerencias litúrgicas

Palabra y Eucaristía


Palabra y y Eucaristía no son intercambiables. La comunión con el Padre en Cristo y con los hermanos en la Eucaristía es una verdadera cima, a la que se sube por las veredas ascendentes de la Escritura. La Palabra está orientada hacia una más fructuosa celebración de la Eucaristía y de los sacramentos. A su vez, la Eucaristía se enraiza en la Eucaristía. Las palabras centrales de la Plegaría Eucarística son precisamente el relato escriturístico de la Cena Pascual del Señor. La Palabra de Dios se hace carne sacramental en el acontecimiento eucarístico y este acontecimiento lleva a su cumplimiento la Sagrada Escritura.

“Palabra y Eucaristía están tan estrechamente unidas entre sí que constituyen un solo acto de culto”. Esto significa que la proclamación de la Palabra no es sólo anuncio de la salvación, sino acontecimiento salvador. Significa, asimismo, que la celebración de la Eucaristía es no sólo acontecimiento, sino anuncio. “Siempre que coméis de este pan y bebéis de este cáliz, aunciáis la muerte del Señor hasta que él venga” (1Co 11,26)

celebrar mejor


Nuestra Señora del Pilar – 12 de octubre

“Tú permaneces como la columna que guiaba y sostenía día y noche al pueblo en el desierto”. Una columna de fuego por la noche y de nube durante el día acompañaba al pueblo de Israel peregrino por el desierto, dirigiendo su camino. Según una tradición la Virgen María se apareció al apóstol Santiago en Zaragoza sobre una columna. Esta columna o pilar se ha converido en el signo de la presencia de María en medio de su pueblo, guiándolo y protegiéndolo en su peregrinación por este mundo.

La Virgen del Pilar es invocada como refugio de pecadores, consoladora de afligidos, madre de España, patrona de la Hispanidad. Por encima de milagros espectaculares, la santa Capilla es un lugar privilegiado de oración, donde sopla la fuerza del Espíritu. Nunca faltan fieles que vienen a postrarse ante la imagen bendita en busca de reconciliación, paz, gracia y diálogo con Dios.

la devoción al Pilar tiene una gran repercusión en Iberoamérica cuyas naciones celebran la fiesta del Descubrimiento de su Continente el 12 de octubre, es decir, el mismo día del Pilar. Como prueba de su devoción a la Virgen, los numerosos mantos que cubren la sagrada imagen y las banderas que hacen guardia de honor a la Señora ante su santa Capilla, testimonian la vinculación fraterna que Iberoamérica tiene, por el Pilar, con la patria española.

“Brilla aquí, en la tradición firme y antiquísima del Pilar, la dimensión apostólica de la iglesia en todo su esplendor… La fe que los misioneros españoles llevaron a Hispanoamérica es una fe apostólica y eclesial, heredada según venerable tradición que aquí junto al Pilar tiene su asiento secular – de la fe de los apóstoles… Aquí en Zaragoza, luce también la dimensión misionera de la Iglesia y bien en concreto de la Iglesia en España”. “Virgen del Pilar: desde este lugar sagrado alienta a los mensajeros del Evangelio…” (Juan Pablo II, Zaragoza, 10 de octubre 1984)


J. L. O.

Para la Semana

Lunes 3:
Nuestra Señora del Pilar, fiesta de España e Hispanoamérica.

1 Crónicas 15.3-4. 15-16;16,1-2. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado.

Hechos 1,12-14. Se dedicaban a la oración, junto con María, la madre de Jesús.

Lucas 11,27-28. Dichoso el vientre que te llevó.

Martes 3:


Romanos 1,16-25. Conociendo los hombres a Dios, no le han dado la gloria que Dios se merecía.

Lucas 11, 37-41. Dad limosna y lo tendréis limpio todo.


Miércoles 3:
San Calixto (+222), papa y mártir, lucho contra los herejes adopcionistas y modalistas.

Romanos 2,1-11. Pagará a cada uno según sus obras, primero al judío, pero también al griego.

Lucas 11.42-46. ¡Ay de vosotros, fariseos! ¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley!

Jueves 3:


Eclesiástico 15,1-6. La llena de espíritu, de sabiduría e inteligencia.

Mateo 11,25-30. Soy manso y humilde de corazón.

Viernes 3:
Santa Eduvigis (1174-1242), madre de siete hijos, muy caritativa a la muerte de su esposo, se hizo religiosa o Santa Margarita-María de Alacoque (1647-1690), religiosa, destacó por su devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Romanos 4,1-8. Abrahán creyó a Dios y esto le valió la justificación.

Lucas 12,1-7. Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados.

Sábado 3:
San Ignacio de Antioquía /+107), obispo, condenado a las fieras, mártir.

Romanos 4,13,16-18- Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza.

Romanos 4,13,16-18- Apoyado en la esperanza.

Lucas 12,8-12. El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.