Tan sólo quedaban diez días para la boda cuando he recibido un correo diciéndome que no me preocupe por ir, se ha anulado la ceremonia. Es un momento difícil. Después de todas las preparaciones, invitaciones, búsqueda de Iglesia, salón de banquetes, la alegría de la familia…, el tener que dar marcha atrás. Me da pena por ellos, pero también me da alegría. La felicidad no la hacen los solomillos al Pedro Ximenez, ni una ceremonia preciosa, y el hombre está hecho para la felicidad. El camino de la felicidad es, en ocasiones, tortuoso y empinado, parece que en ocasiones la vida se nos complica demasiado; pero cuando la meta es la auténtica felicidad se supera cualquier obstáculo pues la felicidad auténtica está en hacer lo que Dios quiere, y si el amor de esa pareja no era de Dios, tendrán que seguir buscando. Sin duda algún día lo encontrarán.

«Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.» La respuesta de este escriba no deja de estar llena de sabiduría, aunque parezca que repite lo que dice Jesús. A fin de cuentas el pueblo de Israel es el pueblo escogido, e inteligencia no les falta. El escriba añade que amara a Dios y al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Como escribo la tarde antes no sé si habré dejado hoy de fumar y estaré pisando la yugular a un feligrés, pero lo cierto es que hoy nos cuesta hacer sacrificios y más nos cuesta hacer holocaustos. Algunos empezarán a hacer sacrificios afrontando la “operación bikini” y mostrar los michelines justos en la playa, otros harán sacrificios por ganar un mundial de fútbol, algunos por mantener su puesto de trabajo. Pero esos son sacrificios de vanidad, que nacen de nosotros y esperamos que vuelvan a nosotros. Suelen ser infructuosos y la tripita cervecera vuelve a surgir a mediados de julio.

Me ha llamado la atención los significados tan diversos que tiene la palabra “holocausto” en el diccionario. Copio: 1. m. Gran matanza de seres humanos. 2. m. Acto de abnegación total que se lleva a cabo por amor. 3. m. Entre los israelitas especialmente, sacrificio en que se quemaba toda la víctima. El escriba se refería ala tercera acepción, todos rechazamos la primera y hoy nos fijamos en la segunda, la que tiene sentido desde Jesucristo. “Éste ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna. Es doctrina segura: Si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.” La felicidad de la que hablábamos al principio viene del holocausto, de la entrega total por amor. Si alguien ve que su entrega no será completa, que se guardará cosas para sí que no se case, ni se ordene, ni haga los votos. Hasta que no estemos dispuestos a la entrega completa mejor no hacer experimentos.

Hoy en Madrid no es el Corpus, pero no vendría mal ir a Misa, mirar a Cristo Eucaristía y contemplar el holocausto de Dios por nosotros.

Tengo dicho que no me pasen los correos que mandáis a la página web, los lee Blanca y ya está. ¿Por qué? Porque espero que estos comentarios no sean algo mío, sino lo que Dios haga en vosotros por ellos: alguna vez bien, alguna otra vez mal y muchas veces os dejarán indiferentes; pero mi nombre y esas cosas os tienen que dar igual, pedir por mi para que sea fiel y lo agradezco. Pero como ayer empezó la página web con su nuevo formato Blanca me mano algunos de vuestros comentarios y así sé que Elena tiene la suerte de estar hoy en la procesión del Corpus de Toledo. Una maravilla en honor de la Eucaristía. Estará todo el recorrido engalanado y lleno de estandartes en las ventanas. Se hace por amor a Dios y por amor a Cristo Eucaristía, pero también por la belleza del acto y que mucha gente los ve. Nos propone que el domingo 6, en que celebraremos el Corpus, pongamos también un estandarte en la ventana o el balcón. Tal vez nadie lo mire, tal vez esté solo en medio de un mar de ventanas, pero algunos sabremos que en esa ventana vive alguien que ama a Cristo. Yo pondré algo, aunque sea una sábana, que cada cual haga lo que quiera. Y de paso también rezo por Luisa que, desde Venezuela, se va haciendo “cuero viejo”, pero con alma de terciopelo.

Que la Virgen María nos ayude a correr detrás de la felicidad, de la entrega completa, sin miedos, y a encontrarla a los pies de Cristo. Rezar por esa pareja de ex-novios, se merecen ser felices. Sólo quedaban 10 días, con Dios nos podemos encontrar en un segundo.