Sábados: Partidos a las 18:00, 20:00 y 22:00 horas.

Domingos: Partidos a las 12:00, 16:00, 18:00 y 22:00 horas.

Lunes: Partidos a las 21:00 horas.

Este es el horario de la liga de fútbol de esta semana. Estoy planteándome mantener los domingos la Misa de 7:45 de la mañana para que algunos no tengan que perderse ningún partido, y de paso invitares a un bocadillo para que no tengan que moverse del sillón para el incómodo acto de comer como las personas. Yo creo que no soy apasionado de casi nada, pero comprendo a los que lo son y les encanta especialmente el deporte, que es algo bueno y saludable. Pero ciertamente, para algunos, el fútbol se ha convertido en el señor del sábado y del domingo. Si a esto le añades los campeonatos de automovilismo, de motociclismo, algo de tenis y un ratito para el baloncesto habrá que comprarse guantes para no hacerse llagas con el mando a distancia y una manta anti-escaras para las posaderas.

Unos fariseos les preguntaron:

-«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»

Jesús les replicó:

-« ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre?

Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»

Y añadió:

-«El Hijo del hombre es señor del sábado.»

Ya os he dicho que en estos días estoy releyendo algunos documentos de la Iglesia, en especial de Juan Pablo II. Hoy sería conveniente echar otro vistazo a la carta apostólica DIES DOMINI. En ella el Papa -la Iglesia-, nos recuerda la multitud de matices que tiene el domingo cristiano. No se trata solamente de ir a Misa (que ya es un don enorme), sino también sacar momentos más intensos de oración, de caridad, de trato en familia, de catequesis… pueden parecer muchas cosas, pero desde luego llevan menos tiempo que dos partidos de fútbol. ¿Os imagináis que los niños de nuestras catequesis supiesen tan bien el catecismo como la alineación del Villareal? ¿Que los padres leyesen con la misma avidez la Biblia como el Marca (periódico deportivo español)? ¿Que se escuchase la homilía con la misma pasión que la retransmisión de un partido Barca-Madrid?

Es estupendo disfrutar del deporte, e igualmente es estupendo aprender a disfrutar de Dios. No son excluyentes, pero a veces los horarios los hacen incompatibles. Entonces acordaros que el Hijo del Hombre es Señor del sábado y que “gracias a la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne, Dios os ha reconciliado para haceros santos, sin mancha y sin reproche en su presencia. La condición es que permanezcáis cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio que escuchasteis.”

Ojalá la Virgen nos ponga en nuestro corazón el deseo de no sólo cumplir, sino amar con intensidad los misterios de Dios. Y después que gane el Rayo Vaticano, que es mi equipo de siempre.