Tengo algunos amigos hipocondriaco.Una, en especial, se llama Poli Son muy entretenidos pues cualquier prueba médica tiene las siguientes fases: Se enteran que alguien a tenido una enfermedad (cualquiera), empiezan a padecer los mismos síntomas (aunque un poquito acentuados), miran por Internet (deberían prohibir las páginas de medicina), van a un médico y a otro hasta que consiguen que uno les mande hacer análisis y alguna prueba. Casi peor, porque los análisis están bien menos el azúcar que está en el límite, la tensión un poco baja, unas siglas que nadie sabe lo que son rayan lo justo…, y después de volver a consultar internet están peor que antes y ya están convencidos de su próximo internamiento en un hospital para bien morir. Cuando el quinto médico les dice que eso no significa nada y que están completamente normal, hablan con otro que tiene otra enfermedad y empiezan a notar los síntomas, volviendo a la segunda línea de este comentario. Pobrecitos. Sufren con todo y parece que cuando les dicen que están bien se decepcionan. ya e sabe que lo importante es que hablen de ti aunque sea mal.

“Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.” Siempre hay profetas de catástrofes que avisan del fin del mundo. Siempre hay quien mira todo lo negativo y siembra el miedo y el pánico (y parece que se ponen tristes cuando no llega el fin del mundo). Los hijos de Dios no somos así. Dentro de unos días vamos a comenzar el adviento, que es esperar la segunda venida del Señor y además con esperanza. Jesucristo no nos da miedo -a pesar de nuestros pecados y miserias-, sino que nos da paz y alegría. Pero si nos quiere aquí, es donde mejor podemos estar. Cristo nos liberará del pecado, de la muerte eterna y de todo mal e injusticia. Pero también nos libera aquí. El que sabe hijo de Dios sabe que, aunque las cosas estén muy mal, esas no son las cosas definitivas. Somos capaces de estar rodeados de leones, como Daniel, y mantener la paz y la esperanza. La confianza en Dios frente a todas las circunstancias. ¿Que parece que ganan los malos? Pura ilusión, Jesús ya ha vencido al mundo. ¿Que nos hacen daño? Sólo será un rato, después la gloria. Que se desesperen los que no tienen fe, nosotros somos personas de esperanza firme y fuerte, asentada en Aquel que nos ha salvado. En ocasiones puede parecer difícil tener esperanza, pero tenemos todo el Adviento para darnos cuenta que no es tan difícil.

Vamos a ir agarrándonos de la mano de María para hacer este camino de Adviento, y si vienen épocas malas no agachemos la cabeza, sino que alcemos la cabeza y miremos a los ojos de nuestro Salvador.

(Posdata: Poli, cuando acabes de leer este comentario acuérdate que estás sana y tu marido más sano aún.)