Hoy comienzo una vida sana. No es algo voluntario, que a mi me encanta todo lo que tenga colesterol y en lo que se pueda mojar pan. Pero el lunes tendrán que hacerme una colonoscopia (esta es la herencia que dejan los padres), y tendré que llevar el colon limpio, así que unos días tomando calditos, mucha agua y algunos laxantes. ¿Seré capaz de celebrar todas las Misas sin salir corriendo? Va a ser todo un reto. Lo que tengo que intentar es no alejarme más de cuarenta metros de un WC, que será el lugar de mi reposo estos tres próximos días. El lunes ayuno y por la noche una buena cena, una vez superada la afrenta. Para la prueba te duermen, es mucho mejor que estar despierto viendo como un señor trastea por detrás. La anestesia ha sido un gran invento, ya no hay que tomarse media botella de ginebra antes de una operación, a ver si la borrachera o el dolor te hacían perder el sentido. Pero no creo que en otras ocasiones nos guste que nos anestesien o nos hagan perder el sentido. Aunque en ocasiones nos gusta olvidar cosas, como dice ese típico refrancillo que ponen en muchas tascas: “Si bebes para olvidar, paga antes de beber”.

«Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.» Justo antes de comenzar el Adviento la Iglesia nos recuerda esta llamada a la vigilancia, a estar despiertos. Son sólo cuatro semanas y puede pasar que empecemos dormidos y acabemos borrachos el 31 de diciembre. El Señor llegará y no nos puede encontrar dormidos ni despistados.  Hay que vivir cada instante, pero en ocasiones el ahora nos impide mirar hacia arriba. Estar despiertos significa descubrir la presencia de Dios en cada persona y en cada acontecimiento. Estar despierto es buscar al Señor cada situación, nos parezca buena o mala. Estar despiertos significa el buscar a Cristo en el Sagrario más cercanos a nuestra casa y por todos los Sagrarios por los que pasemos cerca en nuestra jornada. Estar despierto significa tener un corazón capaz de amar como Cristo ama, especialmente a los que más lo necesitan. Estar despierto es hacer lo que tienes que hacer en cada instante y no dejarlo para más adelante o para nunca. Vivir es hermoso, aunque no sea fácil ni placentero, pero no podemos vivir dormidos.

Nuestra Madre la Virgen nos ayuda a descubrir a Cristo en cada rincón. El Espíritu Santo está deseando que encuentres ese sentido de la vida que te ayudará a no vivir dormido. Es hora de despertarse y pedir fuerzas. Dios no duerme cuidándote. Voy a tomar un caldito.