Ayer por la noche vino un sacerdote para ver le sistema de iluminación de la parroquia, una vez acabadas sus tareas sacerdotales a quedar con el electricista a ver cómo puede mejorar la iluminación de su templo. Muchas veces un sacerdote es de todo: decorador, electricista, escayolista, especialista en obras, contable inspector de humedades, diseñador gráfico, cantor, escribiente, especialista en rebajas, asistente social…, pero no puede olvidar su única razón de ser: el de ser sacerdote. Muchas veces te dicen que tienes que aprender a delegar cosas, pero no es sencillo encontrar personas que estén dispuestas a cualquier hora del día a ver cualquier asunto de la parroquia. Pero la verdad es que lo que somos es sacerdotes…, y nos hace mucha falta vuestra oración.

“Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: -«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía.» Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: -«Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros.»” La Fiesta de hoy suele pasar desapercibida, la fiesta de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote. Es la fiesta que nos recuerda a los fieles y a los sacerdotes que el único sacerdote es Jesucristo y, todos los demás –por el sacerdocio común o ministerial-, participamos de su sacerdocio. No somos dueños, creadores ni creativos de nuestro sacerdocio, sino que participamos del de Jesucristo. Por eso no es concebible en ningún cristiano, y menos en un sacerdote, que no quiera identificarse más con Cristo, parecerse más a Él, actuar en su nombre y nunca en nombre propio. Es cierto que la soberbia, el cansancio y la rutina entran en ocasiones en nuestras vidas, pero tenemos que renovar la ilusión y las ganas de ser sacerdotes.

Muchas calumnias se dicen sobre los sacerdotes, aunque en ocasiones seamos grandes pecadores, pero estoy convencido que hay muchísimos sacerdotes fieles, entregados, generosos, piadosos e ilusionados que desganados y aprovechados. Pero hace falta oración y hacen falta vocaciones.

Que en el día de hoy pidamos a María, madre de los sacerdotes, la fidelidad de todos y el aumento de vocaciones.