Reyes 24, 8-17 

 Sal 78, 1-2. 3-5. 8. 9 

san Mateo 7, 21-29

 Dices que te hacen la vida imposible: los unos tiran de ti para un lado, los otros hacia el contrario… Poco a poco, te van cargando: no te agradecen lo que haces, te importunan con sus insolencias, no te aprecian en lo que vales… Y, claro, al final, revientas, sales por peteneras con una mala contestación y mandas a todo el mundo a esparragar. ¿Caíste tú o te tumbaron los demás?

Las tentaciones -dices- son muy fuertes. Las resistes al principio, pero, poco a poco, van minando tu capacidad de resistencia. Al final, y después de una larga lucha, la tentación te venció y pecaste. ¿Caíste tú o te tumbó el Demonio?

“¡Si usted conociera, padre, a esta persona! No me deja vivir. Me va pinchando, y pinchando, y pinchando… Yo, como creo en Dios, hago lo posible por poner buena cara y no darme por aludido. Intento incluso ser amable. Pero, claro, una vez, y otra, y otra…

Al final, no me he podido contener y he explotado”… ¿Caíste tú o te tumbó “esta persona”?

“En este ambiente, ya sabe, todo el mundo lo hace. Hombre, yo, como cristiano, quisiera ser coherente y no prestarme a ese juego, pero… ¡No hay otra forma de sobrevivir en este ambiente! ¡Dios tiene que comprenderlo! ¡Son las reglas del juego!”…¿Caíste tú, o te tumbó “el ambiente”?

“El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los rios, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca”… ¡Y caíste tú! De nada te servirá, en la presencia de Dios, culpar a los demás de tus pecados. Si tuvieras una sólida vida interior y fortalecieses tu alma con los sacramentos, si fueras perseverante en la piedad y confiaras menos en tus fuerzas… En definitiva: si hubieras edificado tu casa sobre roca, no habría prójimo, ni tentación ni demonio ni ambiente que pudieran hacerte caer. Reza, por el Amor de Dios, y déjate de excusas. La misma fuerza que mantuvo en pie a María junto a la Cruz te mantendrá en pie a ti hasta la vida eterna.