Al inicio del año siempre escuchamos la expresión: año nuevo, vida nueva. Cuantos de nosotros nos hemos marcados nuevos propósitos al inicio de cada año. En el fondo todos estos propósitos buscan mejorar nuestra vida y hacerla crecer en una dirección. La pregunta que surge es si descubrimos que vamos alcanzando ese propósito según la voluntad de Dios para nuestras vidas.

El evangelio de hoy nos muestra la fuerza que tiene la Palabra de Dios en cuanto a darle un propósito y una meta a la vida de todo hombre, así lo vivió Jesús. La Palabra de Dios es luz para nuestros pasos y senda para nuestras vidas. La Palabra de Dios tiene la grandeza de abrir caminos insospechados a todo hombre. En el relato de hoy así lo descubrimos:

“Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.

Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír».

Es impresionante como Jesús se identifica plenamente con la misión que aparece descrita en el libro de Isaías. Jesús se sabe enviado a una misión concreta y específica que viene descrita en la Palabra. Sabe que para ello encontrará la unción del Espíritu Santo. Y lo vive con tanta certeza que al cerrar el libro dice: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír».

¿Podrías decir tu lo mismo? ¿Podrías decir que en la Palabra de Dios hay un pasaje que cumple con el propósito de tu vida?

Recuerda que tener una meta en la vida te da:

Enfoque – por que sabemos que queremos lograr, cuáles son nuestras prioridades, que es realmente importante para nosotros.

Dirección – el tener un enfoque nos da certeza y claridad de hacia dónde nos dirigimos y eso nos da una sensación de control sobre nuestras vidas.

Motivación – si sabemos lo que queremos y hacia dónde vamos eso, automáticamente, nos da la motivación de hacerlo. Cuando estás construyendo tus sueños y tienes la certeza de que vas a lograrlos ponerte en acción es solo parte del proceso.

Propósito – El tener metas y retos que alcanzar, le da sentido a nuestra vida y el por que estamos aquí.

Recuerda que la diferencia entre un sueño y una meta es que las METAS son un SUEŇO con FECHA.