Las primeras comuniones dan mucho juego. Los niños llegan con toda la ilusión a la celebración –y con muchos nervios-, y si les preguntas son capaces de responder cualquier cosa. El sábado por la tarde me di cuenta que ninguno sabía lo que era una vid ni un sarmiento por lo que el Evangelio les había sonado a chino. Otra vez les pregunto ¿Estáis dispuestos a ser siempre amigos de Jesús y venir cada domingo a estar con Él en la Misa? “Síííííííííí” responden todos. ¿Incluso cuando llegue junio y abran las piscinas y tengáis que elegir entre seguir daros un baño o venir a Misa? ¿Vendréis a Misa? “Síííííííííí” Volvieron a contestar todos a una. Lo cierto es que al domingo siguiente de la comunión no han venido a Misa ni 10 niños de los 140 que llevan hecha la comunión este año. El “Síííííííííííí” se convierte en “Nooooo” en cuanto salen por la puerta con sus padres. Una lástima, pero sus padres sabrán. Puede parecer cosa de niños, que son volubles y maleables, pero también nos puede pasar a nosotros, que nuestro sí sea no y nuestro no sí.
“En aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad”. En cuanto llegan unos de fuera con un mejor hablar o unas maneras más atrayentes…, Pablo y Cristo a la calle apedreados. Nosotros no solemos ir tirando piedras a la gente (aunque sí que se las tiran a los cristianos perseguidos, rezad todos los días por ellos), pero cuántas veces tenemos pensado ir a Misa, hacer un rato de oración, desgranar el rosario…., y llega una visita inesperada, empieza un programa en televisión que no sabíamos que era a esa hora o descubrimos una estantería que hay que ordenar justo en ese momento y Dios queda expulsado fuera. O peor cuando escondemos nuestra condición de bautizados (y algunos de sacerdotes), por vergüenza, timidez o miedo al qué dirán, entonces también le apedreamos.
“«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.” La paz, que algunos confunden con la calma chicha y que nunca pase nada, se puede vivir en medio de la contienda. Cuando sabemos con la certeza que da la fe que Dios no nos abandona aunque todos nos abandonen, nos denigren y nos persigan. Vivimos muy de cerca la realidad de la Iglesia perseguida hoy en tantos países. La firmeza de su sí en dar la vida debería ser la firmeza de nuestro sí en las cosas pequeñas o no tan pequeñas de nuestra vida de fe y de caridad. Y entonces se vive en paz en medio de la contienda, a la sombra del Espíritu Santo. Que María, nuestra Madre del cielo, nos ayude a no ser volubles y maleables (excepto por el Espíritu Santo), como los niños y aunque se pongan quinientas piscinas olímpicas delante no antepongamos nada al Señor.
Los niños/as no solo van con ilusión a recibir la primera comunión, tambien ansian la segunda…muchos si tienen padres o abuelos o hermanos que asisten diariamente a la santa misa se «apuntan»…aunque luegoles entre tambiénla pereza y los agobios…como a los adultos…todos sabemos que la verdadera dificultad para ellos es la falta de ejemplo en su familia.
Seamos positivos y optimistas; estos pequeños son muchas veces el instrumento para acercar a sus padres, con una fé «abandonada» a los sacramentos…porque a la hora de la verdad todos queremos lo mejor para nuestros hijos…y queremos que «crean» y sean «buenas personas».
Se me ocurre un «voluntariado» para los jóvenes de post-comunión; acompañar a ancianos y enfermos en silla de ruedas…a la misa dominical…Los que tienen alguien que les requiere no pierden la misa…porque tiene un sentido de servicio que ellos entienden muy bien…¿Podria proponerse en las parroquias? ¡Nos encontramos con los niños y los ancianos del «descarte»…juntémoslos y reservémosles los primeros bancos!
Muchas gracias padre.
ya extrañaba sus comentarios tan apegados a la realidad y fáciles de entender.
Muchas Felicidades por su aniversario!!
Ese mismo domingo 3 de Mayo de 1992, yo agradecía a Dios por permitirme iniciar un noviazgo con el que ahora es mi esposo.
Diferentes vocaciones… asi nos llama el Señor, y nos colma de bendiciones.
Agradezco y pido a Dios porque los siga iluminando con su sabiduria y a Maria para que continue guiando sus pasos.
Dios los colme de bendiciones. Gracias.!!!
De nuevo encantada con su comentario a la lectura de hoy
Por desgracia el «problema» de las primeras comuniones es el mismo en todas las parroquias
Que suerte tienen sus feligreses con esas homilias que les pueden hacer tan cercano el mensaje del Evangelio
Yo soy feligrés suyo y sí, estoy de acuerdo en que tengo mucha suerte.
Gracias Padre por su comentario.
Nos alegramos que explique la realidad y con ese sentido del humor que Vd. Sabe dar al comentario de la palabra de Dios.
Dios nos bendiga