Si Dios quiere hoy estaré camino del Santuario de Fátima (Portugal), para comenzar el curso con un grupo de jóvenes de la mano de la Virgen. Nuestro plan: rezar, dar gracias, programar un poco el curso y darnos cuenta de lo que Dios nos pide a cada uno y como parroquia y, desde luego, pasarlo bien. Llevamos también las peticiones que nos han hecho llegar otros de la parroquia para ponerlas a los pies de la Virgen. Tenemos que volver a Madrid el 12 y nos perderemos el día 13 de Octubre en Fátima, que fue el día de la última aparición de la Virgen y el día del “milagro del sol” visto hace casi 100 años por miles de personas. En ocasiones algún obtuso de mente me dice que por qué ir a Santuarios Marianos si el importante es Jesucristo. “Tanto con la Virgen que olvidáis a Dios.” Pero yo les pregunto a Quién lleva la Virgen en sus brazos, nos ofrece a su Hijo Jesús y nos recuerda que cuando los demás vean mi vida ojalá también yo pueda ofrecerles a Jesús, no “mis cosas”.

“Mientras Jesús hablaba a las gentes, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo:

-«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.»

Pero él repuso:

-«Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen. »”

Cada día con el rezo del rosario y especialmente cada sábado le pedimos eso al Señor: Escuchar su palabra y cumplirla. De poco valdría escuchar la palabra de Dios como un ruido más en mi vida si no cala en mi corazón y se hace vida en mi vida. De nada valdría ser un gran “cumplidor” si lo hago por soberbia o autocomplacencia para darle yo cosas a Dios y no querer recibir nada de Él. Igual que el peregrino tiene una meta y se conduce hasta ella (espero que el conductor del autobús nos lleve a Fátima, no a Lisboa que será muy bonito pero no es nuestro destino), el mirar a María y agarrarnos de su mano nos ayuda a saber encauzar nuestra vida, a corregir el rumbo y llegar hasta Dios. Quien quiera hacerlo sólo lo tiene mucho más difícil. No despreciemos los dones de Dios.

¿Y del Sínodo? Pues hoy le pedimos a Dios que todos los que participan y los que estamos participando desde fuera escuchemos a la Madre. ¿Cómo no va a ofrecernos la Virgen la mejor familia? Podrá a Jesús en el centro de todas las familias y en el centro de la Iglesia para que escuchemos la Palabra de Dios y la cumplamos con alegría.

(Posdata, recomendación de viajero eventual: Si alguna vez vais a Fátima con algo de tiempo no dejéis de acercaros a Santarem y visitar la Iglesia del milagro eucarístico. Allí un hombre y una mujer (no sé si son matrimonio) con sus años pero jóvenes de espíritu, muestran ese milagro eucarístico con toda atención, fe y disponibilidad. Rezar por el servicio que hacen y para querer cada día más a Cristo en la Eucaristía. Me acordaré de vosotros en Fátima).