La primera lectura de hoy nos pone ante el ejemplo de un amor fiel e incondicional. Se trata del de Rut frente a Noemi.
Orfá, su otra nuera, se despidió de su suegra Noemi y volvió a su pueblo, cosa que era bastante comprensible y razonable, ya que así podría recomenzar en su vida. Noemí, a pesar de su situación dramática, deja a Rut en total libertad: «Mira, tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a su dios. Vuélvete tú con ella.» Pero Rut la contestó: «No insistas en que te deje y me vuelva. Donde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo es el mío, tu Dios es mi Dios.»
Seguramente todos conozcamos situaciones de amor incondicional: ese padre que se prejubila para poder cuidar de su hija enferma de cáncer, esa madre que cuida de su hijo con síndrome de down hasta el final de sus días, esa joven que se casa con su novio que está en silla de ruedas por un accidente, ese profesor que no desiste de sus alumnos más probleáticos, etc. Estos y muchos más, son casos admirables, que responden a la pregunta que se le plantea a Jesús en el Evangelio: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?»
Pero, si somos sinceros, muchas veces nos sentimos incapaces de vivir una calidad de amor así; la respuesta de Orfa nos es más natural. Pero Jesús nos recuerda que El es la vid y nosotros sus sarmientos o en otro lugar, que El nos amó primero y que por eso podemos amarnos algo más incondicionalmente.
Jesús es el primero que decide hacerse hombre y unir su destino al nuestro, pasando por todas las etapas, alegrías y penas de la vida humana hasta la muerte y muerte de cruz. ¡Y no acaba ahí! Hay una homilía anónima que suele leerse en sábado santo que dice:
“Dios en la carne ha muerto y ha descendido a sacudir el reino del abismo. Va a buscar a nuestro primer padre como si fuera la oveja perdida. Quiere descender a visitar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte…a Adán y Eva…Y tomándolo por la mano lo sacude diciendo: «Despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz
A ti te mando: ¡despierta tú que duermes!, pues no te creé para que permanezcas cautivo en el abismo; levántate de entre los muertos, pues yo soy la vida de los muertos. ¡Levántate, obra de mis manos! Levántate, imagen mía, creado a mi semejanza. ¡Levántate, salgamos de aquí! Tú en mí, y yo en ti, formamos una sola e indivisible naturaleza. “
En éste texto queda reflejado cómo Jesús ha sido el primero en decirnos a nosotros: «No insistas en que te deje y me vuelva. Donde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo es el mío, tu Dios es mi Dios.» Las palabras de Rut prosiguen: «Donde tú mueras moriré y allí seré enterrada. Que Yahveh me dé este mal y añada este otro todavía si no es tan sólo la muerte lo que nos ha de separar.»» Jesús, a través de su muerte, llega a ser enterrado donde nosotros fuimos enterrados por nuestro egoísmo, pero no se queda allí: baja hasta los infiernos a buscarnos y por su Resurrección nos lleva con El a la vida abundante, a la luz, a vivir nuestra verdadera identidad que es amor sacrificado, gratuito e incondicional.
Hoy somos invitado a saborear interiormente éste gran amor incondicional de Jesús por cada uno de nosotros, que va incluso más allá de la muerte. Esto provocará tal seducción, algo que no se consigue desde nuestra fuerza de voluntad, podremos llegar a ser personas incondicionales como Rut.
Dios, su hijo Jesus Cristo y su Espiritu realmente nos ama,somos sus hijos. Por que no darle siempre las gracias por lo que hace por nosotros?. Tenemos que tenerlo en la mira de nuestro corazon y asi tambien amar a nuestro projimo como a nosotros mismos. Nuestra vida cambiara totalmente. Del cielo a la tierra.
El comentario de hoy ha sido enormemente descriptivo y ha calado sustancialmente en mi alma y en mi corazon. Gracias mil.
Fernando Pena
gracias padre
AMÉN!!
FORTALECIDO AMANECER EN CRISTO JESÚS, DESDE MÉXICO, QUE PARAFRASEANDO A RUTH, AL TENER ÉSE *AMOR INCONDICIONAL*, AL HABERLO CONOCIDO, SIEMPRE LE DIGAMOS, » *TU PADRE, ES MI PADRE, SEÑOR JESÚS»*
BENDICIONES!!
Gracias por estos comentarios!!!!
Donde va el Amor, es impensable retroceder, entregas tu vida, todo cuanto eres y posees, entrando a formar parte de una Comunión de amor y vida.
Rabindranat Tagore, uno de los poetas y escritores que más se ha acercado al cristianismo, en uno de sus poemas expresa así la ausencia del amado-a:
«Cuando te fuiste, dejaste en mi vida la ausencia de tu amor, caí en tristeza y llanto, hasta que la Luz de DIos volvió a encender, la trémula y tintineante lamparita de mi corazón».
«Sólo entonces comprendí, que hombre y mujer eran en mí, uno para siempre».
Rut y Noemí, dos mujeres viudas, encontraron en su soledad, esa presencia de amor que sigue fiel, acompañando nuestra vida, en medio de la dificultad.
El Amor también enseña, a correr riesgos de incertidumbre, osada valentía. Nada está acabado, sin solución, aunque tengamos la sensación de estar «remando contra corriente» y tantas veces haciendo imposible la ziaboga.
Una vez más, Jesús nos dice: ¡No tengáis miedo! Permaneced en mi Amor.
La historia de estas dos mujeres, es la enseñanza de que Dios, no nos «suelta» del todo, su Amor de Padre, conoce nuestra carencia y necesidad.
Gracias a todos los sacerdotes, por comentar cada día la Palabra y compartirla. Mi oración por sus intenciones.
Miren Josune