OH, ENMANUEL, REY Y LEGISLADOR NUESTRO, VEN A SALVARNOS, SEÑOR, DIOS NUESTRO.

Isaías profetiza que una virgen quedará encinta y tendrá un hijo llamado Enmanuel, que se traduce “Dios-con-nosotros” (Is 7,14). El anuncio que hace San Gabriel a la Virgen María abunda en esa idea: “el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios” (Lc 1,35).

Cuando alguien desea preparar un evento de envergadura, hace lo posible por invitar a gente “importante”, por su fama, su genialidad, su representatividad o su autoridad. Por ejemplo, si organizas una gala deportiva, el mejor reclamo sería decir que Rafael Nadal va a asistir, o Pau Gasol, o Cristiano Ronaldo. En ese caso, la gente se animaría más que si invitaras a jugadores de segunda o de tercera. Se puede aplicar a cualquier campo: económico, cultural, social, político, religioso…

Las personas importantes honran a todos con su presencia, porque son figuras relevantes, reconocidas, en algunos casos auténticos ídolos (del deporte, de la música…). Y es mayor la honra cuanto mayor reconocimiento y “escalafón” tenga el personaje: es mejor que venga el Rey y no un Infante; es mejor que venga el Papa que un Obispo; el Presidente que un Ministro, etc.

El título “Emmanuel” señala la categoría, el escalafón de quien nos visita: Dios mismo. En la historia de la salvación Dios se había hecho presente a través de criaturas (la zarza ardiente, el viento…) o a través de personas que son enviadas por su nombre (profetas, jueces…). En el momento de la Encarnación, el Señor mismo honra a la humanidad con su visita. No envía a nadie con un rango menor. Y por lo tanto, viene a estar con nosotros la persona de más alto rango posible. Nadie más grande que Dios, y nadie quien pueda honrar más a la raza humana que Dios mismo en persona. Reconociendo su dignidad, nos sentimos honrados, valorados, amados.

Ese reconocimiento de Dios-con-nosotros nos lleva a profesar la fe, como hizo el apóstol Santo Tomás: “¡Señor mío y Dios mío!”.

 

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Versículos del Aleluya (Leccionario).

(dom) 17 de dic.: Oh, Sabiduría del Altísimo, que lo dispones todo con firmeza y suavidad, ven para mostrarnos el camino de la prudencia.

(lun) 18 de dic.: Oh, Pastor de la casa de Israel, que en el Sinaí diste a Moisés tu ley, ven a rescatarnos con el poder de tu brazo.

(mar) 19 de dic.: Oh, Raíz de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ven a librarnos, no tardes más.

(mié) 20 de dic.: Oh, Llave de David, que abres las puertas del Reino eterno, ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas.

(jue) 21 de dic.: Oh, Enmanuel, rey y legislador nuestro, ven a salvarnos, Señor, Dios nuestro.

(vie) 22 de dic.: Oh, Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia, ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.

(sab) 23 de dic.: Oh, Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia , esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.

(dom) 24 de dic.: Oh, Sol que naces de lo alto, resplandor de la luz eterna, sol de justicia, ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.