Una de las mayores dificultades que tenemos los cristianos hoy es saber comunicarnos con Dios. El modo de vida actual, la formación y nuestro juego de intereses personales dificultan la posibilidad de comunicarnos con el Señor. La oración nos cuesta mucho porque siempre hay interferencias que nos desaniman o no nos dejan huecos para ello. La lectura creyente de la realidad no la solemos practicar mucho con lo que al final nos movemos por impactos meramente afectivos o racionales. Percibir que Cristo está también en nuestros hermanos, en los demás y nos habla a través de sus personas tenemos poca agilidad y nos damos cuenta tarde, a posteriori. Además, no tenemos hábito de leer la Palabra de Dios, de saborearla y dejarnos interpelar por ella. Con lo cual, hay un problema serio de comunicación con Dios y la culpa no es suya. el problema somos nosotros.

Es verdad que hoy, la era de las comunicaciones, en la que todo este mundo avanza vertiginosamente, es la era en que las personas tienen más dificultades para comunicarse de verdad entre ellas. Hoy vemos ejemplos de la Sagrada Escritura, que aunque lejos de la situación actual, pueden darnos alguna pista para superar las dificultades de hoy. Dios se comunica a través del Arcángel Gabriel (que significa noticias de Dios) a dos padres que son buenos creyentes y deseaban tener descendencia. Les comunica una noticia muy importante para ellos, pero más importante para el bien común, para su pueblo. Los dos han sido elegidos por Dios y van a tener el tan deseado hijo que será especial, tocado por Dios y llamado a una misión importante para su pueblo. La reacción de cada uno nos muestra de manera distinta un problema en ellos a la hora de recibir la noticia. La mujer de Manoj no puso objeciones pero no quedo muy convencida. Zacarías desconfió del Ángel poniendo objeciones racionales.

Unos de los problemas en la comunicación es que no ponemos nuestra mente y corazón en aquel que nos comunica algo. Hay que empatizar, y centrar nuestra atención en el que nos quiere decir algo. También hay que ser conscientes y saber medir la credibilidad y nuestra confianza sincera en la persona o interlocutor que nos comunica. La falta de fe de Zacarías enfada al Ángel, quien te está hablando es Dios, no es cualquiera. HA creado la razón humana y la supera misteriosamente para nosotros, no para Él. Para recibir completamente un mensaje hay que ponerse en el lugar del emisor y buscar todos los matices que este tiene para poder comprenderlo.

Por ello, que importante es formarnos, vivir, crecer en nuestra fe, madurar nuestra relación con el Señor para ir mejorando la comunicación con Él. No te engañes, no lo sabes todo y puede mejorar mucho tu comunicación con el Señor. Cuando intentamos poner nuestros pensamientos, ideas o deseos en su voluntad, hay muy mala comunicación con Él. La lectura de la Palabra de Dios frecuente, la práctica de la oración asidua, la formación en la fe, el compartirla en grupo o en comunidad, son ejercicios necesarios para madurar esta comunicación. Si no lo haces ya, ¿a qué esperas? Aprovecha este adviento.