SÁBADO 6 DE ABRIL 2019

EL VERDADERO PROFETA

En aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: «Este es de verdad el profeta».

Sabemos que Dios hizo surgir a los Profetas para seguir manifestando a los hombres sus designios de amor. Fueron profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Elías y Eliseo, Miqueas, Amós y Oseas…

  • Los Profetas denunciaron con vigor, incluso ante los reyes, los crímenes cometidos contra la Alianza: Solo tienes ojos y corazón para buscar tu propio interés y practicar la opresión y el atropello (Jer 22, 17).
  • Los Profetas anunciaron a todos el juicio inminente de Dios para que, convertidos, volvieran a él: Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tropezaste por tu falta (Os 14, 2).
  • Los Profetas amaron al pueblo de Israel e intercedieron ante el Señor por él: Señor, Dios, por favor, déjalo estar. ¿Cómo podrá resistir Jacob, siendo tan débil? (Am 7, 5).
  • Los Profetas anunciaron, jubilosos, la Buena Nueva de la salvación: Gritad jubilosos, habitantes de Sion, porque es grande en medio de ti el Santo de Israel as 12, 6).
  • Los Profetas mantuvieron en el pueblo la esperanza de que Dios cumpliría la promesa de enviar al Mesías: Pero brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y entendimiento, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor del Señor (Is 11, 1-2).
  • Los Profetas arriesgaron su vida por realizar la misión que el Señor les había confiado, a pesar de la persecución, la calumnia e incluso la condena a muerte por parte del pueblo: Hay que condenar a muerte a ese hombre. Ese hombre no busca el bien del pueblo, sino su desgracia (Jer 38, 4).

Jesús es más que profeta. Es el Hijo único de Dios. Pero precisamente por eso no sólo asume el legado de los verdaderos profetas (los que hablaron inspirados por el Espíritu Santo y prepararon al Pueblo de Dios para su venida), sino que en él se cumplen todas las promesas profetizadas. Desde Jesús ya no hacen falta “oráculos de Dios” porque él mismo es el único y definitivo oráculo de Dios. Ya no hay profeta más que Él. En todo caso, desde Jesús, los bautizados en su nombre, y constituidos en él sacerdotes, profetas y reyes, seremos profetas en Cristo profeta si somos altavoces de su única voz.

Y es que todos los cristianos son constituidos profetas con Cristo Profeta en el bautismo, para denunciar el mal, anunciar la Buena Noticia, orar por todos, e infundir esperanza, sin miedo a arriesgar en todo ello la vida. Y tú, ¿eres entonces también profeta en Cristo Jesús?