Cuentan que esta primera generación del siglo XXI se denomina la del “Prozac”. Como sabéis, esta medicina no es otra cosa sino un ansiolítico que ha adquirido gran fama por la cantidad de gente que la consume por prescripción médica. Sin ánimo de señalarme, creo que una gran mayoría, de una manera u otra, sufrimos el fatídico síndrome de la ansiedad. Todos somos testigos de las “prisas” que tiene nuestra sociedad por “hacer cosas”. El problema, da la impresión, se encuentra en que ese ajetreo que busca, o bien estar a la última, o ver quién llega antes a descubrir lo más novedoso (aunque, como también hemos visto, muchos de esos progresos pueden inducirnos a actuar contra la propia condición humana: abortos, eutanasia, embriones…), no supone, en definitiva, un aporte a lo que el ser humano necesita. Y nos hemos convertido, más bien, en objeto curioso de estudio para algunos, prometiéndonos en un futuro no muy lejano (creo que esas promesas llevan siglos realizándose), una vida mucho más prolongada, y con un alto grado de bienestar. Y así, de la misma manera que nos jactamos de sacar a la luz miles de encuestas sobre las cosas más absurdas, habría que realizar la más importante, con una pregunta muy concreta: “Pero, ¿es usted verdaderamente feliz?”.
“Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis”. Gracias a Dios, la Cuaresma es un tiempo que nos hace colocarnos en el lugar adecuado. Contemplar la vida de Jesús, es descubrir que, aunque de manera distinta, existían otras ansiedades en los corazones de los hombres, y que no podían soportar la “desfachatez” de la verdad. Intentan matar al Señor porque se hace pasar por Dios. Y, ¿cuál es su respuesta?: que tú y yo estamos también llamados a ser dioses. ¡Qué maravilla!… Somos hijos en el Hijo. Hemos sido elevados a la condición divina por los méritos de Cristo, y aún queremos hacer más “cosas” para demostrarnos… ¿el qué? Que lo importante es recordar que sólo en Jesús nuestras ansias y nuestros agobios encuentran el sosiego y la paz definitivas. ¡Que sí!, que hay que trabajar, que hay que procurar el ejercicio del bien común en esta sociedad que nos toca vivir… pero, todo con el corazón puesto en la debida rectitud de intención: dar gloria a Dios, y que sólo Él brille ante los ojos del mundo.
“Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí”. Quiero suponer que, una vez más, el Señor se retira a un lugar apartado para orar. ¿No sería realmente admirable que cuando fuéramos a pedir la receta correspondiente del Prozac, nuestro médico nos extendiera un papel que rezara lo siguiente: “… y todos estos medicamentos han de estar bien condimentados con una buena dosis de oración y paciencia”. Sé que para muchos resulta difícil recuperar lo esencial, porque se trata de algo que no se percibe a través de los sentidos (mucho más fácil es sentarse delante del televisor, y pasar horas “tontas” ante él, pues creemos que así nos evadimos de nuestros problemas). Pero, tal y como nos decía el “zorro” en el hermoso cuento del “Principito”: “Lo esencial es invisible a los ojos”.
Sí, creo que es la hora de tomar los 20 mg. de Prozac, pero te aseguro que tengo más ganas de que lleguen las siete de la tarde, y así poder celebrar la Eucaristía, y pasar un buen rato con mi Dios… “Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte”.
Hasta que no lleguemos a comprender que solo Dios nos llenará el ansía de felicidad que todos padecemos …necesitaremos sucedáneo…. Hasta llegar a decir….no me mandes más mensajeros ….que no saben decirme lo que quiero….San Juan de La Cruz así nos lo explico en su lectura del Cantar de los Cantares.
“Esta manera que Juan tiene de presentar el conflicto entre Jesús y las autoridades religiosas no es sólo algo que aconteció en el pasado. Es un espejo de lo que acontece hoy. Algunas personas se transforman en bombas vivas y matan a los otros en nombre de Jesús. en nombre de Jesús, nosotros los miembros de las tres religiones del Dios de Abrahán, judíos, cristianos y musulmanes, nos condenamos y nos enfrentamos mutuamente, a lo largo de la historia”
Pasaje de: http://www.ocarm.org. “Espanol Lectio Divina abril 2019.” iBooks.
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Buenos días, soy médico y no puedo estar más de acuerdo, yo sí puedo decir que en mi consulta, cada vez más receto oración. Es muy descorazonador observar cómo se rompen las personas en busca de algo sin saber muy bien qué porque ni se han podido plantear a qué aspiran realmente en su vida. La gente quiere ser feliz y no sabe dónde encontrar la auténtica fuente de la felicidad.
Gracias por esta reflexión tan actual.
A todos los que han apreciado esta reflexión, les agradezco de corazón sus comentarios. ¡Cuán ciega está la humanidad que busca la felicidad tomen todo aquel o aquello que nos aparta del Señor. Mil, mil gracias al sacerdote que ha escrito estas reflexiones. Yo también soy sacerdote y le agradezco al Señor por su vocación.
Muchas gracias por tan bella reflexión. Dios lo bendiga y a todos los lectores de esta nutritiva página.
«Nos creaste para ti y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en ti» San Agustín.