No está bien que haya hambre en el mundo, cuando hay más recursos que nunca. No está bien que haya personas que pasen sed en un mundo cada día más pequeño. Tranquilos, no me ha dado un ataque de ecologismo integral, simplemente constato que es de sentido común el pensar esto, y que hay que ser muy malo o muy tonto para defender que es bueno que haya gente que muera de hambre y de sed. Pero nadie diría que es un ataque a sus derechos constitucionales si el médico deja sin comer a su paciente dos o tres días y sólo le administra suero. Tiene que tratar la enfermedad y, aunque eso le obligue a dejar al paciente sin comer unos cuantos días, es buscando el fin de que un día, cercano, pueda comerse un bien filete.
«Señor, danos siempre de este pan».
No está bien que haya lugares en el mundo donde no se pueda celebrar la Eucaristía. No está bien que se defiendan los derechos de todos los colectivos imaginables, pero ante la persecución a Cristo y a los cristianos el mundo siga callando. No podemos vivir en un mundo tan hipócrita que se manifiesta por los derechos -muy dignos-, de la ballena jorobada y mira para otro lado cuando a un hermano no se le permite rezar.
No está bien que ante a escasez de sacerdotes en occidente nos planteemos el cerrar parroquias, hacer unidades pastorales, cambiar la Eucaristía por celebraciones animadas y no nos pongamos las pilas a pedir al dueño de la mies que mande operarios para su mies. No se puede estar todo el día abriendo las puertas del mundo y cerrando las de las parroquias y conventos.
«Es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo».La Eucaristía, la sagrada Comunión, es un don De Dios, no un derecho del fiel. Por eso para recibir la Comunión hay que estar bien preparado y, en ocasiones, la Iglesia puede aplazarla. Creo que ya os conté de un matrimonio en mi parroquia. Ella divorciada con un hijo y el soltero, casado solamente por lo civil, pues por la Iglesia no podían. De Misa frecuente -más de dos veces en semana ademas del domingo-, pero sin comulgar. De un país de América tardó nueve años en llegar la nulidad eclesiástica. (Nota: Eso no es serio señores de los tribunales eclesiásticos, tardan mas en una sentencia de un matrimonio que en un juicio de corrupción bancaria mundial, y de eso también tendrán que dar cuenta a Dios). Pues después de 9 años y de instruir el expediente oportuno llegó la boda. El momento del consentimiento fue emocionante sin duda, pero en el momento de la Comunión rompieron a llorar como niños, pues su enfermedad había sido sanada y podían volver a recibir el alimento sólido y no solo el suero de la Comunión Espiritual. Estoy convencido que si hubieran estado comulgando porque un sacerdote les dijese:»No pasa nada, es vuestro derecho, sois muy buena gente.» En nueve años hubieran tirado la toalla de celebrar su matrimonio y hubieran seguido felizmente amancebados (es una palabra horrible, pero se dice así en castellano).
Cuidemos la Comunión, cuidemos nuestras Eucaristías. Por estar con el Señor Esteban dio su vida y nosotros vemos el cielo abierto cada día.
No pasemos hambre ni sed, con María acudamos a la fuente que mana y corre hasta la vida eterna.