A partir de mañana hay que fichar en el trabajo obligatoriamente. Como en las parroquias no se solía hacer he tenido que hacer una investigación sobre distintos métodos de «fichaje». Desde la cartulina para firmar, al de huellas dactilares biométricas heliocordiales o la app con todo tipo de notificaciones «push». Cuando tienes que comprar algo nuevo siempre te entra la tentación de que sea los más moderno -aunque en nuestro caso iremos a la última hoja de cartulina impresa que haya-, pues siempre piensas que más moderno será mejor. Parece que no aprendemos que el aparato electrónico que compramos hace dos años ya está anticuado y un cambio del sistema operativo lo deja inservible. Lo antiguo es cada vez más moderno. Pero algunos siguen pensando que lo último es lo mejor, y en algunas cosas sí, pero en otras no tanto.

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de vosotros que no creen». Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede». Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?»

En al Iglesia se está por un llamamiento especial de Dios que nos lo da como don en el Bautismo…, y permanece quién quiere. Media ávida llevo escuchando que la Iglesia tiene que modernizarse, que tiene que estar con los tiempos. Curiosamente los que ahora se están poniendo a la última están haciendo y diciendo lo mismo que en los años 80 del siglo pasado. Será como si yo quiero ser moderno y me compro una computadora Atari, unos walkman, un teléfono inalámbrico y unos pantalones de campana. Otros sueñan ya con el concilio Vaticano quinto y con una Iglesia sin sacerdotes ni tradiciones trasnochadas, donde por encima del matrimonio lo importante es el amor y por encima de los dogmas están las propuestas. Son muy antiguos estos modernos. Quién quiera cambiar la Iglesia para hacerla más atractiva al mundo, con palabras menos duras sobre la verdad, la humanidad, el destino de la vida y la trascendencia…, que se marche a hacer otra iglesia.

La Iglesia vive en el mundo de hoy. Los jóvenes son más tecnológicos y los mayores lo suelen ser menos. Vivimos y conocemos las virtudes y los pecados de nuestra generación, participamos de sus crisis y de sus avances, caminamos con los hombres y mujeres de nuestro tiempo, pero para mostrarles el camino hacia el cielo. Lo hay más activistas, más meditativos, más iracundos y más graciosos. en la Iglesia hay sacerdotes, Obispos, religiosas, misioneros, empresarios, albañiles, pescadores, santos y sinvergüenzas. Lo importante es escuchar hoy la voz de Dios y cumplirla. Quien piense que la crisis de la Iglesia es de instituciones o medios y no de santidad está muy equivocado.

Pidamos a la Madre de la Iglesia que la cuide, que nunca la deje caer y si nos caemos sintamos su mano que nos levanta.