Al contemplar cómo ora Jesús nos damos cuenta de que se dirige a Dios con confianza, solo o con los Apóstoles. Obedece a la voluntad del Padre y le habla con amor:

Padre, este es mi deseo:que los que me has dadoestén conmigo donde yo estoy  y contemplen mi gloria (Juan 17, 24).

Jesús instruye a sus discípulos para que oren: les invita a presentar sus peticiones a Dios en su nombre y él mismo escucha las plegarias que se le dirigen. Hoy, él también nos enseña a orar:

Cuando recéis,no uséis muchas palabras…  pues vuestro Padre sabelo que os hace falta antes de que lo pidáis.  Vosotros orad así:”Padre nuestro que estás en el cielo” (Mateo 6, 7.9.)

El padrenuestro es el resumen de todo el Evangelio; es la más perfecta de todas las oraciones. Situado en el centro del Sermón de la Montaña, recoge en forma de oración el contenido esencial del Evangelio.

Cuando los cristianos encontramos dificultad a la hora de orar, basta con que digamos esta oración.

Cuando una persona se ha encontrado con Dios personalmente y no solo de oídas, y lo ha descubierto cómo luz y salvación, como Aquel que da sentido a toda su vida, lo lógico es que toda su existencia gire en torno a Él y le haga partícipe de todas y cada una de sus vivencias y sentimientos

Así, le dará gracias por su bondad, le alabará por su obra salvadora… y también, cuando experimente su propia necesidad o la contemple en los demás, pondrá en la presencia del Señor situaciones para que Él, si lo juzga oportuno, las remedie.

Saber orar es precisamente esto, hablar entrañablemente con Dios presentándole distintas realidades, sabiendo, al mismo tiempo, que Él realiza sus designios con paciencia, porque respeta nuestra libertad, y buscando lo que más nos conviene, que no es siempre lo que más nos apetece.

Orar no es convertir el corazón de Dios a nuestros designios, sino convertirnos nosotros a los designios misteriosos de Dios, amarlos de todo corazón y colaborar con ellos en la medida de nuestras posibilidades.

Para que podamos rezar con verdadero espíritu cristiano, Jesús nos ha entregado la oración del Padrenuestro; la oración más completa que podamos realizar, pues contiene en sí todo modelo de oración.

Esto es lo que los cristianos hemos de tener presente, que cuando Jesús enseñó a orar a sus discípulos con el Padrenuestro, no solo les dio una pauta o una regla para saber cómo tenían que dirigirse a Dios, sino que les proveyó de un instrumento único y maravilloso para interiorizar el mensaje evangélico de la salvación y poder convertir el corazón a luz de su verdad.