Este año nos está costando un poco más montar el nacimiento de la parroquia. Es cierto que va a ser bastante grande, unos 30 metros cuadrados, y que este año no lo monto yo (que ya he puesto uno dentro de una pecera para los niños), sino una comisión de voluntarios. Un antiguo obispo madrileño decía que para que las comisiones funcionasen siempre tenían que estar compuestas por un número impar de persona y que jamás llegasen a tres. Pero también es un aprendizaje aprender a colaborar. Tardará, pero seguro que el 24 ya está todo montado, hasta con su fuente de chocolate (si es que quieren hacerme caso, que lo dudo). Cuesta montar un belén de figuritas…, costó más montar el auténtico.

“La generación de Jesucristo fue de esta manera: …” Ya los evangelios son muy prenavideños. Meterse en los Evangelios es una práctica muy alabada por los santos. Ser una figura más de ese nacimiento que acompaña el desconcierto de María, la indignación de José, que escucha las palabras del ángel, que acompañas a José a casa de María para compartir su asombro. Meternos en el Evangelio y ser parte de esa buena noticia y participar en “los duros trabajos del Evangelio”. El misterio de la Encarnación es muy duro. Nos hemos acostumbrado a hablar del niño Dios, de Dios hecho hombre y por tenerlo tan cerca nos olvidamos de su grandeza y de su pavorosa realidad: Por nosotros Dios se hace criatura. Y podemos estar con José y con María en sus dudas, miedos, desconfianzas, perdones, asombros, alegrías, esperanzas, sorpresas…, junto a ellos y ellos junto a los vuestros.

Estos días seguirá revuelto el mundo y revuelta la Iglesia, oiremos noticias de todo cariz político, religioso, social, escucharemos noticias de guerras y terremotos, pero no os inquietéis: levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación. No creo que sea un acto egoísta dar un paso atrás, en estos días, de los “grandes problemas del mundo” y centrarnos en María, José y el Niño, en los pequeños, en los que no cuentan, en los que tenemos más cerca y a veces no tenemos tiempo para ellos, en los más débiles y enfermos y así, en tu pequeño Nazaret se oirá también: “La generación de Jesucristo fue de esta manera…”

Posdata: Ayer una persona me corrigió el mal uso de un tiempo verbal, se lo agradezco mucho, hay cosas que uno aprende mal y cuesta quitarse, tarde muchos años en decir persiana pues decía persiena…, ¡menos mal que no me dediqué a la decoración de interiores! Gracias Eduardo, hoy has tenido tu sitio en la Misa. Todas las correcciones son bienvenidas (no todas de golpe), que, hechas con cariño, siempre ayudan.