MARTES 28 DE ENERO DE 2020 / III SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

TODO EL QUE HACE LA VOLUNTAD DE DIOS (Marcos 3, 31-35)

Jesús aprovecha el momento en el que advierten de que su madre y sus primos están entre la multitud para afianzar su discurso, y llamarnos madre y hermanos a todos nosotros si buscamos y hacemos la voluntad de Dios, es decir, si libremente elegimos que lo más inteligente en la vida para acertar en el ejercicio de la libertad es discernir cuál es la voluntad de Dios, y elegirla libremente, uniendo nuestra voluntad a la suya.

Decía Santo Tomás de Aquino, a quien hoy celebramos, que la santidad no consistía en saber mucho o meditar mucho -lo cual dicho por él tiene mucho valor pues ha pasado a la historia como uno de los más grandes sabios-, sino amar mucho. Porque sólo amando hacemos la voluntad de Dios: en amarle a él y amar a los hermanos está resumida la voluntad de Dios.

Y saber que podemos hacer la voluntad de Dios significa también reconocer algo maravilloso: que él tiene una “voluntad” sobre cada uno de nosotros, es decir, un plan, un sueño, por lo que podemos sentir y rezar así, como reza el Padre Carlos G. Valles S.J.:

¡Cuánto me consuela, Señor, saber que tú tienes planes sobre mí! Para ti no soy algo inútil. No soy del montón, no soy una creación de rutina, no soy un producto accidental. Estoy en tus pensamientos y en tus planes desde antes del comienzo de todas las cosas (…) Hay un plan para mí en tu corazón, y eso basta para que yo valore mi vida y me atreva a existir. Tú ves donde yo no llego y sabes lo que yo no sé. Tú me conoces y, conociéndome, cuentas conmigo para llevar a cabo tus sueños (…) No sólo tienes planes sobre mí, sino que los llevas a cabo.

A pesar de mi ignorancia, mi debilidad, mi pereza y mi inconstancia, tú llevas a cabo tus planes y cumples tu promesa. Nunca me fuerzas, pero me llevas cariñosamente, con la ayuda de tu gracia, en el misterio que respeta mi libertad y consigue sus propósitos (…) He encontrado mi puesto en el mundo, porque he encontrado mi puesto en tu corazón.