LUNES 13 DE ABRIL DE 2020

EN TU PRESENCIA (Mateo 28, 8-15)

En el evangelio de hoy hemos recordado como cuando las mujeres que habían iban corriendo a contarle a los discípulos que el sepulcro estaba vacío, llenas de miedo, Jesús Resucitado sale al encuentro y las dice “Alegraos”.

¡Que bendición, que gracia de la Providencia más grande (los cristianos hablamos de gracia no de suerte), que regalo inesperado! Encontrarse con Jesús.

¡Es que si yo me encontrase con Jesús Resucitado en el camino de mi vida ésta cambiaría!

Pero, ¿acaso no podemos encontrarnos todos los días con Jesús?

En la oración colecta de la misa de este lunes de la octava de pascua hemos pedido:

Que él nos muestre el verdadero camino de la vida para que vivamos en la alegría de su presencia

En la alegría, la que Jesús nos da como a las mujeres del Evangelio, y en su presencia, porque como con ellas, Él también se hace presente en el camino de nuestra vida.

Recordemos una a una todas las presencias de Jesús que el mismo nos prometió:

  1. En medio de nosotros, cuando nos reunimos, como hacemos ahora, en su nombre (“Dónde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18, 20)
  2. En la Palabra de Dios: en ella él nos habla…
  3. En la Eucaristía, guardada en el Sagrario, y que un día podremos alimentarnos de ella (“Tomad y comed, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”: Lc. 22, 7-8).
  4. En el corazón de cada uno de los bautizados en su nombre (“El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él”: Jn. 14, 23)
  5. En el servicio de los sucesores de los apóstoles (los obispos) y sus colaboradores (los sacerdotes): “El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado” (Mt. 10, 40).
  6. En los hermanos más pequeños, los más necesitados (“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”: Mt. 25, 40)
  7. Y entre ellos, especialmente en los niños y en los que se hacen como niños (“El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí”: Mt. 18, 5).
  8. Siempre, en todo lugar y tiempo, donde vive su Iglesia (“Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”: Mt. 28,20)

¿Y tú, cómo y cuando encuentras a Jesús?

¿Lo encuentras en cada una de estas presencias?

¿Qué pasa en tu vida con cada una de estas presencias suyas?