“Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: ¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?”.

Resulta muy distinto Dios frente a los poderosos de la tierra. Quien quiera acercarse al Señor con posturas “diplomáticas”, o haciendo valer sus cualidades, nunca se encontrará con Él.

Acercarnos a Dios, al creador de cielos y tierra, al que hizo todo y sin El nada ha sido hecho, nunca se lleva a cabo con esfuerzos humanos. Se trata de descubrir que ha sido Dios el que ha querido acercarse a nosotros, el que nos ha mirado “levantando los ojos”, pues se ha hecho de nuestra misma condición.

Por tanto, sólo los humildes se encontrarán con los ojos de Jesús, y sentirán su confianza, que proviene del Espíritu Santo.

“Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.” Dios se acerca a los hombres … pero nosotros (¡tantas veces!), pensamos en nuestros logros, o cómo podemos triunfar en este mundo.

¿Cuál fue el triunfo de Jesús? … Fue ejecutado, dispersaron a todos sus “secuaces”, y todo (supuestamente) acabó en nada. Sin embargo, Cristo resucitó, venciendo al pecado y a la muerte. Dios, siempre por amor, se sobrepasa a todo lo que nosotros podamos pensar o imaginar … ¡siempre!

María sabía llevó entre sus brazos al Hijo de Dios (su propio hijo). Sin embargo, ella se hizo débil en la pequeñez, y contemplaba con asombro y gratitud el Misterio … ¿Aprenderemos también a asombrarnos de todo lo que hace Dios en nuestra vida?