“Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos”. Lo que le hace a alguien ser “grande” es estar enamorado de Jesucristo. Ese es el testigo que debemos recoger de los Apóstoles: enamorarnos de Jesús. Si somos capaces de descubrir la ternura de Dios en nuestra vida, ninguna otra cosa nos hará más felices: “me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua”. Él nunca nos dejará solos… y nosotros nunca lo abandonaremos.
Por eso, no podemos perder la memoria de la historia … la de aquí y ahora (aunque sea en estas circunstancias tan dolorosas) … “¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?”. Así relataban los discípulos de Emaús su encuentro con Jesús Resucitado, y así hicieron memoria de Aquel que les manifestó su gloria. No sólo son cosas que no se olvidan, sino que han de permanecer en el alma …y que otros participen de nuestra alegría.
Decía hace años el cardenal Ratzinger: “El limite del mal queda vencido con la misericordia de Dios”. Esa fue la experiencia de la Virgen María. Nos aferramos a su mano, yendo juntos a construir la historia de los hijos de Dios…
Con la ayuda de la Palabra, debemos iluminar la situación y transformar la cruz, señal de muerte, en señal de vida y esperanza. Así lo que impide ver, se convierte en luz y fuerza a lo largo del camino.
Debemos experimentar la presencia viva de Jesús y de su Espíritu, presentes en medio de nosotros. Es el Espíritu el que abre los ojos sobre la Biblia y sobre la Realidad y nos lleva a compartir la experiencia de la Resurrección.
Cuando el corazón arde en la presencia de Dios la caridad se manifiesta en las obras, y alumbra iniciativas de vida y esperanza, que no solo llevan justicia y paz a los demás sino conversión a sus corazones, la llama viva de Jesús.
Hay muchos hoy domingo, en el día del Señor, abrazados a la cruz, cirineos, hermanos, haciendo Iglesia. El nos convoca, y nosotros por el boca a boca, y codo con codo, vamos yendo…
¡¡¡ Buenos dis Señor!!!
Gracias por concederme un días más. Dime que Quieres que haga. Para empezar he puesto música Gregoriana. Es la que oirás en el Cielo. Te Amo Dioz Mio
Deseo con ancia y el corazón ardiendo por ti Señor, poder Recibirte de manos de mi Pastor el alimento de Tu Cuerpo y Alma. Hasta entonces te recibo cada día Espiritualmente y te abrazo fuertemente
Encontrar sentido al sufrimiento, hace que se experimente la presencia viva de Cristo en nuestros corazones ♥️.
Todo está situación pasará, y aprovechemos para transformar nuestras vidas, más acorde a los deseos del Señor.
Dios nos da todo lo bueno, todo lo hermoso, todo lo que necesitamos. El pan nuestro de cada día. Y en la dificultad nos da su amor, nos da a su hijo que muere en la cruz por nosotros, que asume la condición humana para decirnos ‘no temáis, yo tengo la última palabra y es vida y amor’