MIÉRCOLES DE LA 24ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (A) 

SANTOS CORNELIO Y CIPRIANO

Lectura del santo evangelio según san Lucas (7,31-35):

En aquel tiempo, dijo el Señor: “¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis. Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores. Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón”.

HABLA LA PALABRA: Con Cristo todo cambia

Ni las tradiciones judías, ni los ayunos rituales, ni la mentalidad de ninguna tradición cultura y religiosa puede desafiar al Dios que se hace uno de nosotros, al Dios hecho hombre, a Cristo Jesús, tal y como lo conocieron sus discípulos, quedaron admirados por sus palabras, sus gestos y su mirada, y lo dejaron todo para seguirle. Ellos lo tuvieron muy claro: con Él lo encontraron todo, y Él no les quito ni un ápice, sino todo lo contrario, de su humanidad.

HABLA EL CORAZÓN: Cristo no quita nada, y lo da todo

El día en que Benedicto XVI inició su pontificado, desafió con un mensaje al mundo y especialmente a los jóvenes:

  • Cristo “ciertamente les habría quitado algo” a los poderosos: “el dominio de la corrupción, del quebrantamiento del derecho y de la arbitrariedad. Pero no les habría quitado nada de lo que pertenece a la libertad del hombre, a su dignidad, a la edificación de una sociedad justa”.
  • Luego dirigiéndose a los jóvenes, preguntó: “¿Acaso no tenemos miedo de renunciar a algo grande, único, que hace la vida más bella? ¿No corremos el riesgo de encontrarnos luego en la angustia y vernos privados de la libertad?”
  • “¡No!”, respondió. “Quien deja entrar a Cristo no pierde nada, nada -absolutamente nada- de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana”.
  • “Así, hoy, yo quisiera, con gran fuerza, y gran convicción, a partir de la experiencia de una larga vida personal, decir a todos vosotros, queridos jóvenes: ¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo. Quien se da a él, recibe el ciento por uno. Sí, abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo, y encontraréis la verdadera vida”.

HABLA LA VIDA: Santos Cornelio y Cipriano

Hoy celebramos a los santos Cornelio y Cipriano. San Cornelio, Papa, fue martirizado en Roma durante la persecución de Decio en el 253. San Cipriano, obispo de Cartago, fue martirizado en Cartago en el 258 durante la persecución de Valerio. Se celebran el mismo día por la sintonía espiritual que hubo entre ambos y que se manifestó en su correspondencia y afecto que demostraron.

Eran obispos, el uno de la principal sede de Occidente, Roma, y el otro de la principal sede del África latina, Cartago. Hicieron ambos frente a la desviación montanista de Novaciano y defendieron ambos de forma ejemplar la unidad de la Iglesia.

Cipriano le escribió a Cornelio: “En caso de que Dios le haga a uno de nosotros la gracia de morir pronto, que nuestra amistad continúe junto al Señor». De esa amistad, que continúa en el cielo, se hace eco la liturgia romana al celebrarlos juntos en una sola memoria”.

Ellos también conocieron la novedad de Cristo, la compartieron, y dieron la vida por haberla encontrado.