“El Hijo del hombre tiene que padecer mucho” … ¿Por qué los salivazos, por qué los latigazos, por qué la corona de espinas, por qué los clavos, por qué las llagas y los ultrajes?… ¿Por qué pasar por la vergüenza de ver a nuestro Redentor desnudo y bañado en Sangre, pisoteado como un gusano?
Tratándose del Hijo de Dios, hubiera bastado una sola gota de Sangre, la que brota de una uña cuando uno se pincha los dedos con un alfiler, para redimir a todo el género humano. ¿Por qué, entonces, el suplicio de la Cruz? ¿Qué quiere decir ese “tiene que padecer mucho”, repetido tras la Resurrección … “Era necesario que el Cristo padeciera eso” (Lc 24, 26)? ¿De dónde viene esa necesidad que la Justicia Divina no reclamaba en absoluto?
Sin embargo, no todas las necesidades nacen de la justicia. Hay necesidades fisiológicas, hay necesidades mecánicas, hay necesidades culturales, hay necesidades colectivas… Y existe, también la necesidad que crea el amor. El amor hace necesario lo ocioso y lo convierte en urgencia. No es necesario que una madre permanezca en vela un sábado por la noche hasta las cuatro de la madrugada esperando a que su hijo adolescente vuelva a casa. Podría dormirse plácidamente y esperar a que la despertase el ruido de la puerta. Podría incluso no despertar hasta el día siguiente, con la confianza de que, un sábado más, volverá su hijo… Pero el amor convierte, en esa madre, la vigilia en urgencia, en necesidad más imperiosa que el propio sueño…
Ya estamos en el Calvario… No era necesario, para nuestra Redención, ese grito ensordecedor. No era necesario para nosotros, sino para Dios. Porque el Amor que Dios siente por ti, el cariño humano y divino que el Corazón de Cristo profesa al tuyo no podía expresarse carnalmente de otra forma que no fuera con la muerte sacrificial, con la entrega rendida de sus miembros, con el derramamiento de toda su Sangre, con el holocausto de una Vida ofrecida por Amor. ¿Qué querías, si no? ¿un abrazo, un beso, un poema? ¿Y de verdad crees que, en un abrazo, en un beso, en un poema podría Dios haber encerrado el incontenible Amor que siente por ti? No, no… Eso puede estar bien entre nosotros. Pero al Amor de Dios el beso más ardiente o el abrazo más apasionado se le quedaban muy pequeños. El Amor de Dios necesitaba derramarse del todo: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15, 13).
Miramos de nuevo a la Cruz. Nos situamos entre los brazos de María, como Juan, y escuchamos el grito de Dios: “¿Qué más tengo que hacer para que te des por aludido, para que sepas que te quiero?”. No hay que responder … Guardamos silencio.
Quiero guardar silencio, pero es tan hermoso , que te ahogas de emoción
Gracias
Amén!
Que bien explicado…gracias.
…!Acuerdate de mi!
Es una pregunta que también nos dirige a cada uno de nosotros. Podemos dar respuestas generales, ya sabidas, de “libro”. Pero cada uno de nosotros hemos de responder desde nuestras vivencias, desde nuestro trato personal con Jesús, con sus momentos de luz y de sombras, desde nuestro deseo, a pesar de nuestros fallos, de seguirle y nombrarle el Señor de nuestra vida…
Busco el silencio exterior y hacer silencio interior para disfrutar de un día sereno, bien vivido, en paz.
Con frecuencia la empatía falta, la acritud se manifiesta en los gestos,las palabras hieren y los silencios excluyen…
La caridad nos mueve a actuar de otro modo, a imitarle a Él y estar con Ella, todos los dias…
“.. ¿quién decís que soy yo?..”
Mi Dios y mi todo
“…tiene que padecer …y resucitar al tercer día”
“Quien entrega su vida por amor, la gana para siempre , dice el Señor…”
“..por tu cruz y resurrección, nos has salvado Señor “
“…Ir aprendiendo que el dolor es solo la llave santa , de tu santa puerta”
“…que ame mi gozo y mi agonía que ame el amor y ame la cruz”
“… Cuando me invoquen en la tribulación, los escucharé…”
Consoladora de los afligidos, intercede por nosotros
Cuando el Señor pregunta “¿Quién dice la gente que soy yo?” Tambien me esta hacienda la pregunta a mí, a cada uno de nosotros y podemos decir…”Tú eres mi Señor y Salvador”, “Tú eres el camino, la verdad y la vida”, “Tú eres mi amigo”. ¿Estoy dispuesta a seguirte en cualquier circunstancia de mi vida? Por eso te pido que aumentes mi fe cada dia porque en ese seguimiento te seré fiel
Que solemne ha sido el Funeral por D. Antonio. Se lo merecia. Él desde arriba, nos estaría Bendiciendo
El comentario de hoy deja como un fondo amargo. La vida de cada persona es una historia diferente. Si tienes la suerte de nacer en una familia con raíces religiosas no las guarda para la vejez. El amor a Dios ya forma parte de ti. A cierta edad que te sientes joven , vez a las personas mayores como algo lejano y algunos casi con cierto desprecio sin pensar que es obra de Dios conservarles la vida.. El ejemplo lo hemos tenido en D. Antonio, Ojalá pudiéramos seguir sus consejos de entrega por Amor a Dios.
Siempre he querido guardar silencio por impulsiva no lo consigo.a nadie le interesa mi vida y sin embargo no puedo evitarlo. Pido disculpas sinceras.
En cualquier momento uno de mis hilos me ha dicho que haga el equipaje que
En cualquier momento de estos días, me viene a buscar. No quieren que vuelva a pasar el confinamiento sola.Dejaré vacante mi sitio en
la Iglesia hasta que Dios quiera