Raro título para un comentario al Evangelio. Hiru y Lau son los nombres de mis dos nuevos cachorros de perros, de apenas un mes y una semana de vida. Se llaman hiru y lau que son tres y cuatro en euskera pues ya tuve a bat y bi que eran unos y dos. Son dos cachorros pequeñajos, de un mes y una semana de vida, dormilones, juguetones y cagones. Aunque tienen su espacio en mi casa para estar unas horas al día están conmigo sueltos por toda la casa, por ejemplo mientras escribo este comentario. Hace una semana tenían miedo, se juntaban los dos hermanos es una esquina y pretendían huir cuando te acercabas. Dándoles de comer y buenos tratos ya se dedican a jugar entre ellos, pero siempre pendientes de si me muevo para ir detrás…, aunque se despistan muy fácilmente. No puedo decir que ya me sigan, pero siempre están pendientes de dónde estoy y dejan de jugar o de dormir si me cambio de habitación y me buscan hasta que me encuentran.

«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?».Él le dijo: «»Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente». Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»

Dicho así, tan directo, la verdad es que no. Miro mi vida en cada examen de conciencia , y mil cosas me despistan de Dios cada día y muchas veces parece que se ponen por encima de Él. Me gustaría que el amar a Dios fuera el primer motor de mi vida…, pero no, tengo muchos otros intereses que saben escalar fácilmente la escala de mis valores. Soy indigno, al menos lo decimos cada día antes de comulgar.

Pero entonces pienso en mis perrillos. Son muy pequeños, se despistan con cualquier cosa, aun no saben que no es bueno morder los muebles y en cuanto te despistas se han hecho de vientre en mitad del salón. Están en sus cosas pero cuando me muevo me siguen, al menos un poco que son muy pequeñajos. Y cuando no les haces caso de pronto aparecen a tus pies mordisqueando, como en este momento. No sé si los perros llegan a querer, lo que sí sé es que son fieles.

Tal vez, Señor, yo no te quiera con todo el corazón, con toda mi alma, con toda mi mente. Me conformo con ser un perrillo que esté pendiente de ti, aunque sólo sea porque me das de comer para el espíritu. Estar pendiente de ti, a pesar de mis despistes. Seguirte cuando vea que te mueves, aparecer de sorpresa a tu lado. Me conformo con eso Dios mío. Y Tú estate pendiente de donde estoy, búscame cuando me pierda, regáñame cuando me equivoque aunque no lo entienda. acariciame cuando esté a tu lado para que desee siempre estar junto a Ti. Ser un perrito es mejor que ser soberbio, que no ser nada. Y conocer a tus amigos. no ladrarles y asustarles sino acercarme ellos con la confianza con la que ellos se acercan a Ti.

Madre Maitanes del cielo, no sé si llegaré a Mara a Dios con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo mi ser…, déjame ser un cachorrillo ante tu Hijo, con eso me conformo.