En el evangelio de hoy se nos narra el anuncio del nacimiento de Juan Bautista. Mañana escucharemos el de la encarnación de Jesús. La escena de hoy sucede en el templo, donde Zacaías se encuentra cumpliendo con su oficio sacerdotal. El ángel que se presenta le dice: “No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado”. No sabemos cuál había sido la petición de Zacarías. Algunos autores señalan que difícilmente habría pedido tener un hijo dada la esterilidad de Isabel y la avanzada edad de ambos. Apuntan, entonces que Zacarías estaría pidiendo por la pronta llegada del Mesías. De ser así nos encontramos con que el ruego ha sido escuchado pero Dios ha incluido a Zacarías y su esposa en su plan de salvación. De ahí las palabras que añade el ángel “tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan”.

Si nos quedamos con estas palabras del evangelio encontramos algo que nos puede ayudar. Dios dispone la historia de la salvación y, para ello, asocia a su proyecto redentor a diferentes personas que colaboran con él. Zacarías se lleva esa sopresa. Su ruego ha sido oído, pero el plan de Dios lo incluye también a él, y a Isabel y, por supuesto, a Juan, que será el Precursor.

A las puertas de la Navidad no podemos dejar de pensar que el misterio de la Encarnación, aunque responde a la sola iniciativa divina, responde también al deseo de todos los hombres. Al leer este evangelio resuenan las palabras de Isaías “Ojalá rasgases el cielo y bajases”, que leíamos al inicio del Adviento.

En estos momentos de incertidumbre muchas personas estarán rezando con más inistencia, especialmente por el final de la paciencia y por tantas personas que sufren sus efectos en la salud, la pérdida de trabajo, la soledad,… En Jesús, Palabra eterna del Padre que se hace carne, sabemos que somos escuchados.

Pero quizás, cada cuál a su nivel, sintamos también que la respuesta del Señor nos implica a nosotros. Toda la salvación viene de él, pero cuenta con nosotros para mostrar su misericordia al mundo. Por ello, es posible, que en nuestra oración experimentemos también la llamada del Señor para llevar consuelo, ayudar al que pasa necesidad, …

El ángel anuncia a Zacarías que el nacimiento de Juan será motivo de alegría tanto en su casa como para muchas personas. Que también las luces que nosotros podamos recibir en la oración nos impulsen a llevar alegría a nuestro alrededor.